Al chico secuestrado lo quemaron con cigarrillos antes de matarlo de un golpe

Al chico secuestrado lo quemaron con cigarrillos antes de matarlo de un golpe

Por Gabriela Origlia

CÓRDOBA. Santiago Aguilera Allende, el joven de 18 años cuyo cadáver fue hallado ayer en Traslasierra después de haber estado desaparecido durante cinco días, presentaba en su cuerpo quemaduras de cigarrillo, hematomas o cortes, lo que podría indicar que lo torturaron antes de asesinarlo de un golpe en cabeza. Así surge de la autopsia, que aportó otro dato relevante: la muerte se habría producido el sábado, de lo que se deduce que habría estado cautivo más de tres días.

Mientras lo velaba, Carlos Aguilera, su padre, dijo que quienes lo mataron son “unos inhumanos que lo molieron a golpes”. Por el hecho está detenido Walter Gil, de 23 años, acusado de secuestro extorsivo seguido de muerte. Gil era empleado en el corralón de materiales que la familia Aguilera tiene en Las Tapias, cerca de donde viven, en el paraje Chuchiras. El propio Aguilera confirmó que su hijo conocía al acusado, con quien se comunicó telefónicamente antes de ser secuestrado.

Para la Justicia, Gil no habría actuado solo. De hecho, la hipótesis que maneja el fiscal federal Enrique Senestrari es que el lugar de cautiverio (y, eventualmente, la escena del crimen) no es el lugar donde fue hallado el cadáver de Santiago, en un camino rural de las afueras de Las Tapias, camino a Villa Dolores.

El resultado preliminar de la autopsia reveló que el adolescente –que era trasplantado renal– tenía “un fuerte golpe en la cabeza”, producido con un palo o, eventualmente, con el canto de un hacha, y señala que lo habrían quemado con cigarrillos en distintas partes. Otras fuentes señalaron que el cuerpo también presentaba cortes y hasta una herida profunda en una de sus manos, quizás hecha con un hierro.

El cadáver fue encontrado ayer por la mañana a unos 200 metros del Arroyo Seco, camino a Boca del Río, en el departamento San Javier. Lo vio un baqueano que reunía su ganado en la zona, que es de difícil acceso, por lo que los investigadores concluyen que quien arrojó allí el cuerpo es alguien que conoce las inmediaciones.

Un comunicado de la Fiscalía Federal 1 de Córdoba, a cargo de Senestrari, ratificó que un hombre “mayor de edad se encuentra detenido, imputado del secuestro extorsivo seguido de muerte” de Aguilera. El funcionario precisó que la autopsia se realizó el domingo a la tarde en el Hospital Regional de Villa Dolores, por parte del personal del Instituto de Medicina Forense del Poder Judicial de Córdoba.

En el comunicado se precisó que Aguilera tuvo su último contacto con su familia el martes 16 de agosto, alrededor de las 23, cuando se retiró de su domicilio y dijo que iría a la casa de un amigo, situada a unos 500 metros de la suya.

En Las Tapias todos se conocen, por lo que Carlos Aguilera y su esposa, Mónica Lucía Allende –la donante del riñón que le salvó la vida a Santiago cuando sus problemas renales hicieron impostergable el trasplante– se fueron a dormir. Por eso recién advirtieron la ausencia del chico cuando fueron a despertarlo para que vaya al colegio.

El miércoles 17 a las 6.49, la madre de la víctima recibió dos mensajes extorsivos en su teléfono celular, uno vía SMS y el otro, a través de WhatsApp, en el que se le indicaban que su hijo había sido secuestrado, le pedían $7 millones como rescate y le advertían que no acudiera a la policía. Le dijeron que se contactarían de nuevo a la 9 de la mañana. Eso nunca ocurrió.

A la lógica desesperación por el aviso del secuestro se sumó el hecho de que Santiago, como consecuencia del trasplante al que fue sometido, estaba medicado y debía ser muy estricto con los horarios de la toma de remedios. Por eso, cada minuto sin noticias aumentaba el riesgo de vida del chico.

Gil fue detenido el viernes 19 en el barrio Cura Brochero, de Villa Dolores, a raíz de numerosas contradicciones en su declaración y otros elementos de prueba obtenidos en el marco de la pesquisa. El joven, de 23 años, trabajaba en el corralón de venta de materiales de construcción del padre de Aguilera. Ese día también secuestraron su auto, un Peugeot 405.

Hasta el hallazgo del cuerpo se efectuaron amplios rastrillajes en distintos lugares considerados de interés para la investigación.

Participaron la Departamental San Javier de la Policía provincial, Bomberos Voluntarios, del Departamento Unidades de Alto Riesgo (DUAR) y del Equipo Técnico de Acción ante Catástrofes (ETAC) de los bomberos de la provincia, la división Canes, la Guardia de Infantería, la Unidad de Caballería y un helicóptero de la Patrulla Aérea de la Policía provincial, y lugareños y baqueanos, en atención a que se trata de una zona rural.

También se dio intervención a la Dirección Nacional de Cooperación Judicial y Ministerios Públicos del Ministerio de Seguridad de la Nación, que el viernes ofreció una recompensa de $3 millones a quien brindara datos útiles para dar con el paradero de Santiago. Hasta que el domingo a las 10.30 la última esperanza se desvaneció.

Los restos del joven fueron inhumados esta tarde; desde el mediodía se desarrolló –en medio de profundas muestras de dolor– el velatorio en la localidad de Villa Las Rosas, en Traslasierra, en el oeste provincial.

Durante la mañana hubo una movilizaron hasta las afueras del Palacio de Justicia de Villa Dolores, en reclamo de justicia. Participaron los estudiantes del Instituto Privado Cerro Azul XXII, de esa ciudad, que eran compañeros de la víctima, que cursaba el último año del secundario.

“Perdimos otro joven más. Aparte del dolor, nos genera una gran impotencia; sabemos que hay protocolos de la Justicia y todo lo demás, pero no podemos quedarnos callados ante este sabor amargo de que estas cosas siguen sucediendo”, dijo una manifestante.

”El pueblo merece saber, necesitamos respuestas cuanto antes. Este reclamo es algo representativo, esto le compete a la Justicia Federal, pero necesitamos reclamar las respuestas al Poder Judicial”, expresó una integrante de la agrupación Traslasierra Sin Miedo.

El comisario mayor Gabriel Díaz, jefe de la departamental San Javier, dijo a Radio Verdad que ante la situación se encuentra “triste y conmovido”.

”Vamos a seguir colaborando con todos los recursos, acá está trabajando el ETER, canes, Caballería, la División Antisecuestro, la División Homicidio, ETAC, Bomberos, el helicóptero de la provincia, la gente de la Departamental desde el primer día, siguiendo las órdenes del fiscal federal Enrique Senestrari, que llegó el primer día con su gente, y la investigación sigue su curso”, concluyó Díaz.

LA NACION