Sin cooperación entre EE.UU. y China aumentará el riesgo climático

Sin cooperación entre EE.UU. y China aumentará el riesgo climático

Por Alieto Aldo Guadagni

En abril del año pasado, EE.UU. y China se habían puesto de acuerdo para cooperar en la lucha contra el cambio climático. Entonces anunciaron su compromiso para trabajar conjuntamente y con otros para reducir las emisiones, según confirmó un comunicado conjunto emitido por ambos gobiernos.

Pero hoy la situación es distinta, ya que está aumentando el riesgo global de una fragmentación internacional entre ambos países. Esto significa un mayor riesgo para la requerida cooperación entre todas las naciones para enfrentar el cambio climático, que amenaza, cada día más, a todo el planeta, por eso hoy el panorama global está enfrentando perspectivas inciertas.

Recordemos la nueva realidad económica mundial. El PBI chino ya ha desplazado al PBI de los Estados Unidos como el mayor PBI mundial, ya que ahora es un 18 por ciento mayor. En 1980, el mundo económico era diferente, ya que el PBI de Estados Unidos era casi 10 veces mayor que el de China. Tengamos en cuenta que estos dos países, que hoy lideran el aporte al PBI mundial, representan actualmente el 35 por ciento de este PBI, cuando en 1980 representaban mucho menos (24 por ciento). Esta realidad es importante, ya que ahora se está avanzando hacia un escenario conflictivo entre estos dos grandes países; desde el punto de vista político, y particularmente militar, esto tendría un gran impacto en todos los países. Hay que tener presente que estas dos naciones son los principales contaminadores del planeta, ya que sus emisiones de CO2 son casi la mitad de las emisiones totales de casi 200 naciones.

Es probable que el PBI chino siga creciendo en los próximos años más que el de los Estados Unidos, ampliando así su actual favorable diferencia. Esto se fundamenta en el hecho de que los niveles de ahorro e inversión de China son mayores que los de Estados Unidos; por ejemplo la inversión china llega al 41 por ciento del PBI, y la de Estados Unidos es apenas la mitad.

La globalización está asociada a grandes cambios mundiales y una creciente rivalidad entre estas dos naciones, una de las cuales –Estados Unidos, que lideró la economía mundial desde fines del siglo XIX– año tras año pierde terreno ante el gigante asiático, que viene creciendo mucho más. Esto es evidente en el comercio internacional, actividad donde es posible que, en un futuro cercano, China desplace a Estados Unidos como el primer importador mundial.

China dispuso una importante represalia por ahora diplomática contra Estados Unidos, por la reciente visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Esta visita diplomática a esta isla reclamada por China es la de más alto cargo jerárquico del gobierno de Estados Unidos desde hace nada menos que 25 años. La represalia china implica la suspensión de la cooperación con Estados Unidos en áreas muy importantes para toda la humanidad, como los acuerdos para afrontar el cambio climático. Estos acuerdos requieren una amplia y sólida cooperación a escala global.

Esta suspensión de la cooperación china con Estados Unidos en materia de calentamiento global es preocupante, aunque no se puede descartar que estas fricciones entre las dos mayores economías del mundo, en algo importante para el futuro de la humanidad, sean solo temporales. Recordemos que en la conferencia climática COP26 de la ONU, convocada por las Naciones Unidas a fines de 2021 en Glasgow, Washington y Pekín habían anunciado un acuerdo para fortalecer su cooperación.

Pero después de la visita de Nancy Pelosi a Taiwán, ya no se habla de cooperación, sino de conflicto. “Es imposible hacer frente a la emergencia climática si las dos principales economías y los dos mayores emisores no actúan, y siempre es mejor que lo hagan en colaboración”, sostuvo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. Estos compromisos ya se habían visto debilitados por la crisis por la guerra en Ucrania, que impulsó, por el bloqueo al gas ruso, un importante relanzamiento de las centrales eléctricas de carbón, altamente contaminantes.

Esto está ocurriendo mientras las olas de calor que se abaten sobre Europa con grandes sequías y fuegos que devastan el territorio recuerdan la urgencia de acelerar el paso en la tarea de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Como se ha dicho, las alteraciones en el mercado energético vinculadas a la guerra de Rusia en Ucrania han precipitado el acelerado regreso al carbón de varios países europeos. China ha aumentado el ritmo de autorización de nuevas centrales eléctricas basadas en carbón. También es preocupante la decisión del G-7 celebrado en Alemania a finales de junio de aceptar excepciones al compromiso de evitar inversiones públicas en el sector de los combustibles fósiles.

La buena noticia fue que el presidente Joe Biden firmó su principal logro para combatir el cambio climático, al ser aprobada por el Congreso la nueva ley que dispone la mayor inversión en la historia del gobierno federal de Estados Unidos para acelerar la transición a una economía verde con una reducción estimada de las emisiones de dióxido de carbono del país de alrededor del 40% para 2030. Una firme política climática también podría estimular la adopción de nuevas energías limpias, como el hidrógeno, esperando una pronta reducción de sus costos.

Esta creciente rivalidad entre China y Estados Unidos aumenta sensiblemente los grandes riesgos globales del cambio climático, ya que, como se ha señalado, es necesario un esfuerzo globalmente coordinado por todas las naciones para dejar de contaminar la atmósfera, porque al ritmo actual de aumento de las emisiones acumuladas de CO2 cruzaríamos la barrera crítica tolerable en apenas 10 años. El tema a ser encarado este año, por todas las naciones, en la cumbre mundial climática convocada por las Naciones Unidas que tendrá lugar en Egipto, es definir los compromisos y las acciones requeridas para respetar la meta de no cruzar la barrera de un aumento de la temperatura global mayor a 1,5°C. Por esta razón es urgente una transición rápida a las energías limpias. Lamentablemente, ni la invasión rusa a Ucrania ni este reciente y grave conflicto entre China y Estados Unidos ayudan a cuidar entre todos nuestra casa común.

Academia Argentina de Ciencias del Ambiente

LA NACION