02 Aug Pese a la recuperación, aumentó la cifra de asalariados en negro y son más de 5 millones
Por Ismael Bermúdez
Los asalariados no registrados ya superan los 5 millones de trabajadores. Equivale al 41,6% sobre un total de 12.259.000 de puestos laborales en relación de dependencia privados, de acuerdo a la “Cuenta de generación del ingreso e insumo de mano de obra” del INDEC del primer trimestre de este año y que difundió este miércoles.
Además, hay 5.531.000 puestos de trabajos independientes – que en una alta proporción son precarios e informales — y 3.664.000 en el sector público. En total son 21.455.000 puestos de trabajo.
De los datos del Indec surge que en el último año hubo un fuerte crecimiento de los puestos laborales de asalariados no registrados, que fueron muy afectados por la pandemia y las restricciones a la actividad.
Así de 4.815.000 en el primer trimestre de 2019 descendieron a 4.533.000 en igual período de 2021 y ahora suman 5.100.000: un aumento del 12,5%, equivalente a 567.000 trabajos, superando la marca pre-pandemia. En el mismo período la economía creció al 10%.
El 41,6% es récord para un primer trimestre desde 2016, fecha en la que comenzo la serie de la encuesta del Indec.
El Indec aclara que “la cantidad de puestos de trabajo no coincide con la cantidad de personas ocupadas en tanto una persona que se declara como ocupada puede desempeñarse en más de un puesto de trabajo, es decir, realizar actividades secundarias y otras”.
En tres actividades son más los no registrados que los registrados: personal de casas particulares (68,2%), agro (59,5%) y construcción (57,2%).
Son datos oficiales que marcan el fuerte avance de la precarización y empobrecimiento de la fuerza de trabajo. Y unido al deterioro de los salarios, fue bajando la participación de las remuneraciones del trabajo asalariado en el valor de la producción.
Los datos del Indec indican que, desde el inicio de la serie en 2016 hasta el primer trimestre de 2022, punta a punta, los puestos de trabajo de los asalariados registrados privados se redujeron de 7.213.000 a 7.159.000.
En tanto, los “no registrados” de 4.404.000 subieron 5.100.000 y los no asalariados (“independientes”) de 4.718.000 a 5.531.000. Y el empleo público subió de 3.400.000 a 3.664.000.
El aumento del empleo privado durante todos estos años se concentró en los no registrados y en el cuentapropista que también tiene un fuerte registro de informalidad.
Una parte de esa informalidad son los trabajos de la “Economia Popular” que, a febrero, sumaban 3.225.268 trabajadores/as “independientes” no registrados.
Muchos de ellos se trata de vendedores ambulantes, personas que trabajan en comedores y merenderos comunitarios, fundamentalmente mujeres, feriantes, artesanos, cartoneros, recolectores informales de basura, limpiadores de vidrio de autos, pequeños agricultores; y de la construcción; quienes trabajan en infraestructura social y mejoramiento ambiental y pequeños productores y productoras manufactureras, entre otros rubros, según el Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (RENATEP)
Las actividades con mayores registros de asalariados informales son personal doméstico (1.072.000 puestos de trabajo), construcción (537.000), agro (513.000), comercio (880.000) e industria ( 615.000).
Los no registrados carecen de obra social, no tienen cobertura por accidentes de trabajo y no tienen derecho a los beneficios de jubilación y pensión de la seguridad social. Y además, explican por qué al alcanzar la edad jubilatoria no reúnen los 30 años de aportes para acceder a la jubilación.
En coincidencia con el Indec, la Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires informó que “el desempeño favorable del empleo en el último año estuvo asociado al crecimiento del empleo informal, en el que los puestos de baja calificación son el segmento más característico”.
La Dirección porteña agrega que “ los resultados muestran que la absorción de la fuerza de trabajo está siendo liderada por el trabajador asalariado desregulado. El segmento compuesto por los que no les efectúan descuentos jubilatorios o que aportan por sí mismos a la seguridad social tuvo un incremento interanual de 15,4% y de 5,5% con respecto dos años atrás”.
Este retroceso laboral fue acompañado de un deterioro en la participación de la remuneración del trabajo en el valor de producción: de representar a comienzos de 2016 el 54,2% de la “torta”, descendió al 49,8% en el primer trimestre de 2019 y al 46,9% en el arranque de este año.
Este achique en la porción de la “torta” en el valor de producción se explica por la caída de los salarios de los trabajadores registrados, y en mayor medida por la baja salarial de los “no registrados” que, en promedio, cobran un 50% menos. Y por el retroceso de los puestos de trabajo asalariados en favor del cuentapropista.
CLARÍN