31 Aug A dos décadas del fin del Concorde, vuelven los vuelos supersónicos: qué aerolínea los usará y para qué viajes
Por Agustina Devincenzi
Avanza una nueva apuesta por la vuelta de los vuelos comerciales supersónicos, a 22 años de la tragedia del Concorde, hecho que en 2020 precipitó su posterior salida del mercado aerocomercial y puso fin a la era de los viajes a la velocidad del sonido en 2003.
Con la intención de reanudar estos vuelos, American Airlines y Boom Supersonic anunciaron un acuerdo, mediante el cual la aerolínea le comprará al fabricante 20 aviones Overture, con opción de adquirir otros 40. El plan es trasladar a los pasajeros al doble de la velocidad que las aeronaves más rápidas que funcionan en la actualidad. Se podrá cruzar el Océano Atlántico entre tres y cinco horas.
CÓMO SERÁN LOS VIAJES SUPERSÓNICOS DE OVERTURE Y A DÓNDE VOLARÁ
Boom Supersonic reveló el diseño final de Overture hace unas semanas, en el salón Aeronáutico de Farnborough, en el Reino Unido. El avión empezará a producirse en 2024 y su lanzamiento está programado para 2025. Se espera que transporte a los primeros pasajeros en 2029. Está diseñado para trasladar entre 65 y 80 usuarios con un sistema automático de reducción de ruidos, para cumplir con los estándares de contaminación acústica.
Volará a una velocidad de Mach 1.7 sobre el agua (2000 kilómetros por hora), con un alcance de 4250 millas náuticas a 18.000 metros de altitud, lo que significa un valor agregado para la flota de American Airlines, que actualmente tiene las unidades más jóvenes y eficientes entre las aerolíneas estadounidenses.
A diferencia del Concorde, que consumía alrededor de 25.000 litros de combustible por hora, Boom Supersonic busca bajar los costos de mantenimiento. Overture apunta a ser 100% sustentable, utilizando combustible sostenible (sustainable aviation fuel, SAF, por sus siglas en inglés).
Según le adelantaron a El Cronista desde American Airlines, si bien es prematuro hablar de rutas específicas, la apuesta incluirá 600 rutas. Volar de Miami a Londres en poco menos de cinco horas y de Los Ángeles a Honolulu en tres horas se encontrarán entre las posibilidades. “A medida que Boom Supersonic continúe desarrollando Overture, trabajaremos juntos para comprender mejor dónde, cuándo y cómo encaja mejor el avión en nuestra red y operación”, aclararon.
Mientras que el Concorde visitó a la Argentina en tres oportunidades -en 1971 para una prueba experimental en Río de Janeiro, en 1978 cuando trajo a la selección francesa al Mundial de fútbol y en 1999 cuando movilizó a turistas que visitaron ciudades latinoamericanas en 21 días- en el caso de Overture, no están previstos vuelos a América del Sur por el momento.
El Concorde realizó vuelos regulares y charters a distintas ciudades, entre ellas, Miami, Nueva York, Río de Janeiro y Singapur. En ellos, viajaron personalidades como Juan Pablo II, la Reina de Gran Bretaña, Sean Connery, Elton John y Mick Jagger. Un pasaje costaba entre u$s 8000 y u$s 12.000, y a bordo se servía un menú de lujo, con champagne y caviar incluidos. Según anticipó Boom Supersonic, el objetivo es que el precio para volar en Overture salga un 25% más que en clase business y un 75% menos que en el Concorde.
“Podemos ayudar a American Airlines a profundizar su ventaja competitiva en la red, la lealtad y la preferencia general de los pasajeros, a través de la reducción a la mitad de los tiempos de viaje”, sostuvo Blake Scholl, fundador y CEO de Boom.
Por su parte, Derek Kerr, chief financial officer (CFO) de American Airlines, consideró que “los vuelos supersónicos serán una parte importante de la capacidad de servir a los pasajeros”.
“Estamos entusiasmados por la manera en que Boom dará forma al futuro de los viajes, tanto para nuestra empresa como para nuestros clientes”, expresó.
ANTECEDENTES DE VUELOS SUPERSÓNICOS
Los vuelos comerciales supersónicos se popularizaron en 1976, de la mano de Air France y British Airways con el Concorde; pero las pruebas por superar la velocidad del sonido comenzaron tiempo atrás. Antes de su certificación, el avión, bautizado como “el gran pájaro blanco”, debió acreditar horas de vuelo. El primer testeo fue en 1969.
En su creación, participaron el Reino Unido y Francia, como parte de este reto histórico de ingeniería que atenuó la rivalidad entre ambos países. Las principales dificultades con las que se toparon fueron el costo de producción y el ruido que producía. Lograron originar el producto final tras varios prototipos. Los británicos querían que se llamara Concord, mientras que los franceses insistían con Concorde, nombre que finalmente se impuso.
Los usuarios de los vuelos eran, especialmente, personas de negocios, atraídos por la idea de volar ida y vuelta desde Europa a Nueva York en el mismo día.
Los usuarios de los vuelos eran, especialmente, personas de negocios, atraídos por la idea de volar ida y vuelta desde Europa a Nueva York en el mismo día. El avión salía desde Londres a las 10.30 horas y llegaba a los Estados Unidos a las 9.30 de esa misma mañana (por la diferencia horaria). De regreso, despegaba desde Nueva York luego del mediodía y aterrizaba en Londres a la noche.
Los Estados Unidos y la Unión Soviética no se quedaron de brazos cruzados: también quisieron participar en la carrera. El proyecto estadounidense no se llegó a concretar, debido al rechazo público que generó por la contaminación acústica que produciría. En cambio, los soviéticos construyeron el Túpolev Tu-144. En 1968, dos meses antes que el Concorde, hizo su primer vuelo de prueba.
Pero en 1973, durante un vuelo de exhibición en el marco del Salón Aeronáutico de Le Bourget, los pilotos rusos intentaron impresionar al público con una maniobra y “el Concorde soviético” estalló en el aire. Murieron los seis tripulantes de la nave y ocho personas más en tierra, entre ellas, tres niños.
En cuanto al Concorde, su actividad cesó en 2003, luego de la catástrofe del vuelo 4590 de Air France. En la tarde del 25 de julio de ese año, despegó desde el Aeropuerto de París-Charles de Gaulle, Francia, rumbo al Aeropuerto Internacional John F. Kennedy de Nueva York, los Estados Unidos. Estuvo solo 118 segundos en el aire. Levantó vuelo seguido por una estela de fuego que salía desde el motor izquierdo y explotó en menos de dos minutos y a cinco kilómetros de la pista de la que despegó.
Murieron los 100 pasajeros del avión, la mayoría alemanes que viajaban a los Estados Unidos para embarcar en un crucero por el Caribe, y los nueve miembros de la tripulación, además de cuatro civiles hospedados en un hotel cercano al impacto, que se prendió fuego por la voladura de una de las partes incendiadas del avión.
La tragedia paralizó los vuelos durante casi un año. En 2001, los atentados del 11 de septiembre provocaron una caída generalizada de los viajes en avión, por lo que dos años más tarde, en 2003, Air France y British Airways decidieron dejar de ofrecer el servicio.
Las imágenes tanto del accidente del Concorde como del Túpolev Tu-144 dieron la vuelta al mundo más rápido que cualquier avión supersónico. Para evitar que la historia se repita, Boom Supersonic y American Airlines trabajan en maximizar la seguridad.
Antes de la entrega de cualquier Overture, según los términos del contrato, y teniendo en cuenta la catástrofe de Concorde, el fabricante debe cumplir con los requisitos operativos, de rendimiento y de seguridad estándar de la industria; así como de otras condiciones habituales establecidas.
EL CRONISTA