Poliomielitis: hay riesgo de que vuelva una temida enfermedad eliminada y lanzan una campaña de vacunación

Poliomielitis: hay riesgo de que vuelva una temida enfermedad eliminada y lanzan una campaña de vacunación

Por Irene Hartmann
Polio es una palabra de otra época. El virus que podía paralizar los músculos de los chicos o, incluso, matarlos, es un fantasma inolvidable que remite a los años 50. A pesar de que el virus está eliminado en el país, el Ministerio de Salud anunció hace unos días que en octubre impulsará una campaña de vacunación pediátrica que incluye el refuerzo de la cobertura contra la poliomielitis. En el comunicado enfatizaron la existencia de un “riesgo de reintroducción” del virus. Acá, algunos matices para dimensionar esa posibilidad.

Pero primero hay que aclarar que en Argentina no hay casos de poliomielitis. No hubo ninguno desde 1984. Y en 1994, el continente americano logró certificar la eliminación del virus.

En segundo lugar, pocas estrategias sanitarias como la inmunización mundial contra la polio dan una muestra tan clara del alcance positivo que puede tener la vacunación.

Basta recordar que, cuando la Organización Mundial de la Salud lanzó en 1988 el programa de Erradicación Mundial de la Poliomielitis, había unos 350.000 casos en 125 países. Los chicos no caminaban. Muchos dependían de pulmotores. Otros se morían.

Treinta años más tarde, la notificación internacional bajó a 33 casos. Gracias a las vacunas, la polio había había perdido un 99% de terreno.

En 1956, por la epidemia de poliomielitis, fumigación contra el virus en un basural de Lomas de Zamora.

La pregunta es por qué el Ministerio de Salud, cuando anuncia para octubre una campaña dirigida a chicos de 1 a 4 años contra sarampión, rubéola, paperas y polio agrega el siguiente párrafo en el comunicado:
“Finalmente, la Estrategia para la Fase Final de la Erradicación de la Poliomielitis 2019-2023 refleja la urgencia de erradicar la poliomielitis, al haber sido declarada una emergencia de salud pública de importancia internacional en 2014”.

Y, sigue el texto: “La existencia de poliomielitis salvaje en distintos países del mundo hace que todos estén en riesgo de reintroducción. Es una enfermedad altamente contagiosa ocasionada por el virus de la poliomielitis y puede causar parálisis permanente”.

Aclaración del Ministerio de Salud
Juan Manuel Castelli, subsecretario de Estrategias Sanitarias del Ministerio de Salud de la Nación, recordó que “lo que vino ocurriendo, e incluso se comunicó, fueron casos de polio de origen salvaje en algunos países como Ucrania, y en Israel, por ejemplo, se reportó hace varios años. En función de eso y del informe anual sobre el estatus de eliminación en el país, lo que se hace es plantear la implementación de esta campaña, en conjunto con sarampión, como ya se hizo en otros casos”.

Castelli junto a la ministra Vizzotti y Carla Moretti, directora nacional de Relaciones Internacionales del Ministerio. Foto: Ministerio de Salud
Hay que aclarar que el virus es actualmente considerado endémico en dos países: Pakistán y Afganistán.

Ahora bien, ¿qué es la polio salvaje?
​Es la infección a través de materia fecal, por el agua o los alimentos. Técnicamente se llama contagio fecal-oral. Se lo diferencia de la infección provocada por la propia vacuna Sabin), que comenzó a administrarse en los años 70 en el país, con gran éxito para eliminar el virus, más allá del reporte mínimo de positivización causada por ese compuesto.

Y esto es porque la famosa vacuna-gotita, si bien era mucho más fácil de administrar a los chicos, está basada en lo que los expertos llaman “virus atenuado”, es decir, virus no del todo “muerto”, o como en realidad corresponde decir, no del todo “inactivado”.

Esta es la razón por la que, desde junio de 2020, ese formato de inmunización no se usa más en Argentina. Solo se administran vacunas en base a virus inactivado. En el caso de la polio, la IPV o la Salk, ambas inyectables.
Según recordó Castelli, “la última campaña de polio había sido en 2014”, por lo que era momento de enfatizar otra vez la cobertura en los chicos y “disminuir, así, el riesgo de reingreso”.

Cifras de polio en el mundo
El conocido sitio de estadísticas Our World in Data (OWID) tiene reportes de seguimiento de casos de polio. A nivel mundial, en 2021 se notificaron 649 casos, la mitad de los que se habían detectado en 2020. Sin embargo, OWID advierte la existencia de un subregistro. Para 2020 estimaban un 50% más casos que los detectados.

En la medida en que “hay polio salvaje en algunos países de África y en el sudeste asiático”, repasó Castelli, la intención de la campaña local es, a sabiendas de que los adultos en viaje pueden hacer las veces de vectores, “evitar cualquier brote en la población pediátrica, como pasó con sarampión en 2019, y reducir al máximo el riesgo de transmisión de polio”.

No puede negarse que, en días en que el infierno de dos años de Covid se va diluyendo, hablar de una potencial vuelta de la polio casi suena a la peor noticia posible. ¿Es una exageración?

Consultado por este tema, Roberto Debbag se mostró cauteloso y afirmó que “en América hay un riesgo real de reintroducción”. Es médico infectólogo, pediatra y presidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica.

“Basta decir que la vuelta de la polio es un riesgo real. Por eso hicimos un documento desde la Sociedad, en donde enfatizamos la necesidad de recuperar las tasas de vacunación para menores de 2 años, en particular”, subrayó.

Según evaluó, “el riesgo está basado en las bajas coberturas de inmunización, más los casos detectados en diversas regiones del mundo con conflictos sociales y bélicos, y la movilización de personas a nivel global”.

A mayor vacunación, menor riesgo
Las enfermedades que busca prevenir la campaña que arrancará en octubre deberían cubrirse regularmente a través del calendario oficial de vacunación, con “dos vacunas triple virales, que protegen del sarampión, rubéola y paperas, y se dan al año de vida y a los 5 años. Sin embargo, en campaña vamos a dar la primera o segunda dosis, independientemente de la edad del chico, siempre que tenga entre 1 y 4 años”, explicó Castelli.

“Así, en el caso de menores que recibieron la triple viral del primer año de vida, si ahora tienen 2 años, por ejemplo, les vamos a dar la segunda dosis, aunque no tengan los 5 años cumplidos”, reforzó, y aclaró: “La consideración de la campaña es asegurarnos que todos los niños tengan una dosis. Una es mejor que nada y no es perjudicial vacunar un poco más seguido que lo que marca el calendario”.

“La intención es reducir el número de personas suceptibles”, explicó el subsecretario, en alusión a un hecho que no debería olvidarse. Y es que la vacunación cobra sentido cuando se respalda colectivamente, más allá del obvio efecto individual.

Sobre la inmunización contra la polio, el esquema completo por calendario incluye cuatro dosis: a los dos, cuatro y seis meses, y un refuerzo a los 5 años. Pero, reiteró Castelli siguiendo la lógica anterior, “ahora se administrarán dosis adicionales a todos los chicos de 1 a 4 años, más allá de que no les toque el refuerzo”.

La pesadilla de la polio
El funcionario recordó que la polio puede afectar “a todas las personas suceptibles, pero, principalmente, a los chicos menores de 5 años. Puede transmitirse por contacto directo y por sustancias contaminadas, y produce parálisis, porque son virus neurotrópicos que afectan el sistema nervioso central, lo que puede generar parálisis musculares. Y si la parálisis se da al nivel de los pulmones, puede llevar a la muerte”.

Los síntomas iniciales de la enfermedad pueden ser confusos: fiebre, cansancio, cefalea, vómitos, rigidez del cuello y dolores en los miembros. Sin embargo, una de cada 200 infecciones produce parálisis en las extremidades. Y entre el 5% y el 10% de esos casos son letales.

El subsecretario recordó que en Argentina hay personas que hoy padecen las secuelas de la polio, y concluyó: “Es central recordar que es una de esas enfermedades que tiene la oportunidad de ser erradicada, pero precisamos que todos se vacunen. Hay lugares del mundo que, por razones de inequidad global, no acceden a la vacunas”.
CLARIN