30 Nov Lucio sufrió palizas previas y la policía no las investigó
Juan Carlos Toulouse tiene casi 30 años de experiencia como médico legista. Fue el encargado de hacer la operación de autopsia sobre el cuerpo de Lucio Dupuy, el chico de cinco años asesinado a golpes en La Pampa. El forense no dudó en afirmar que nunca había visto “algo así” en toda su carrera profesional.
Por ese homicidio están detenidas con prisión preventiva la madre de la víctima, Magdalena Espósito Valenti, de 24 años, y su pareja, Abigail Páez, de 27. Toulouse confirmó que hoy entregará el informe final de la necropsia al Poder Judicial de La Pampa, en el que se certificará que la muerte de Lucio fue consecuencia de “politraumatismos y una hemorragia interna”.
Perolas revelaciones de la autopsia son apenas el final del horror que padeció Lucio. Hasta ahora, el gobierno de La Pampa intentaba esquivar las acusaciones de que desde las instituciones del Estado provincial no se habían escuchado las acusaciones de maltratos que el niño habría recibido en la casa que compartía con su mamá y la pareja en Santa Rosa.
Ayer aparecieron dos pruebas muy fuertes en ese sentido: se conoció que la vecina del departamento de al lado de donde vivía Lucio le pidió a su hermano que llamara a la policía porque estaban “pegándole al nene”. Fue el 25 de agosto pasado. En el intercambio de mensajes de WhatsApp (que ayer difundió El Diario de La Pampa), esa vecina –que vive pared de por medio con el departamento donde habría ocurrido el crimen– dejó traslucir que eso era algo habitual: “Todos los días llega del jardín y la novia de la mamá lo caga a palos”, escribió.
En respuesta a esa denuncia, aquel mismo día un patrullero fue hasta el 2385 de la calle Allan Kardec, en Santa Rosa. Desde la vereda, los policías gritaron: “Señora, nos llamó el hermano de su vecina, dicen que está golpeando a un niño”. Desde adentro no les hicieron el menor caso. A pesar de lo que significaba la denuncia que habían ido a atender, esos oficiales no tomaron ningún tipo de medida adicional ni constataron cómo estaba el chico. Quizás, si lo hubieran hecho, Lucio hoy estaría vivo.
La revelación causó profunda conmoción en La Pampa, ya que, hasta ahora, desde el gobierno y el Poder Judicial provinciales se había afirmado que, a pesar de lo que afirmaba públicamente la familia paterna de la víctima, no había constancias de denuncias de maltratos contra Lucio que ameritaran una intervención estatal con medidas activas de prevención.
El jefe de la policía de La Pampa, comisario Daniel Guinchinau, salió al paso del revuelo causado por la difusión de aquel intercambio de WhatsApp. “Lamentablemente, el hermano de esta vecina pasó mal la dirección y el patrullero fue a un lugar equivocado… Fue una presencia que no dejó nada”, sostuvo.
Le llegó una respuesta fulminante: la de Pablo Omar González, el hermano de la vecina que escuchó que a Lucio le estaban dando una paliza. Dijo que al hacer la denuncia describió, incluso, la fachada del inmueble. “No se escude cobardemente detrás de un ‘pasaron mal la dirección’. El tema es que el efectivo que se presentó no actuó como debería haber actuado. Hágase cargo de su puesto […] y si le queda grande el saco, adelante con sus ‘vacaciones permanentes’”, le retrucó.
Antes de que se conociera esta denuncia, Silvia Gómez, madre de Christian Dupuy, el padre de Lucio, recordó que cuando hacía poco que el nene había aprendido a hablar, y cuando estaban en el proceso de revinculación, en chico le dijo: “Abi pegó acá y acá”; aludía a Abigail Páez y se señalaba la mano y la cola.
Más lesiones previas
Ayer se conoció la historia clínica de la víctima, donde surgen más señales de alarma que, de haber sido advertidas, podrían haber servido para evitar el trágico desenlace.
Según se informó, el 15 de diciembre del año pasado el niño fue atendido por el Servicio de Emergencia Médicas (SEM) por “traumatismos de miembro superior”, uno de ellos, “superficial”. Ese mismo día tuvo un ingreso en la guardia del Hospital Evita, de Santa Rosa, donde le diagnosticaron una “fractura expuesta en dedo de la mano”.
El 18 de diciembre, tres días después de haber sido atendido en el Evita, Lucio tuvo un ingreso en la guardia del Hospital Lucio Molas, donde certificaron que había sufrido una “fractura a nivel de la muñeca y de la mano”.
“Esa vez, la madre dijo que se quebró la mano porque se había caído de la bicicleta”, dijo una fuente citada por El Diario de La Pampa.
Un mes y cuatro días después, el 22 de enero de este año, el niño sufrió “traumatismos en el miembro superior [sin especificar en cuál]”.
Diez días después volvió a ingresar en la guardia del Hospital Evita por un código T14-1, que implica “traumatismo/herida de región no especificada del cuerpo”, según el diario pampeano La Arena.
El 23 de marzo último, Lucio fue atendido otra vez más por los médicos de guardia del Hospital Evita. Ese día le diagnosticaron traumatismo y, también, un mallet finger, que es una deformidad en el dedo que se genera por una fractura ósea de la falange distal.
Ayer, las dos acusadas del crimen fueron trasladadas a San Luis para ser alojadas preventivamente en una dependencia policial de esa provincia. Según explicaron a la nacion fuentes judiciales, la decisión de trasladar a las dos imputadas a una dependencia policial de otra provincia fue tomada por el juez de control Néstor Ralli como consecuencia de los incidentes de la jornada anterior, cuando fue atacada la seccional 6ª de Santa Rosa, donde ambas estaban alojadas.