20 Sep Inmunidad: describen cómo va cayendo entre vacunados y contagiados
Tras haber entendido un poco el coronavirus y desarrollado vacunas seguras y efectivas, el desafío hoy para los científicos es sistematizar las variadas respuestas del sistema inmune y establecer correlatos de protección clínica, sea luego de la infección como tras la vacunación. La baja de los anticuerpos, aseguran algunos expertos, arrancaría en un plazo muy corto (tres meses), pero la cuestión está en cuán profunda es esa caída.
Un grupo de especialistas australianos planteó tres modelos de cómo se da la baja en la inmunidad. Consideraron un modelo “ideal”, uno “intermedio” (parece ser el más común) y uno que podríamos llamar “pesimista”.
El foco del que partieron en el paper “Perspectivas de un control inmunológico duradero del SARS-CoV2 y prevención de la reinfección”, publicado en junio en Nature Reviews, fue entender por qué nos reinfectamos, aun cuando los anticuerpos supuestamente suben.
Partieron de una base que tal vez derribe el ánimo, pero que hay que tomar con cautela: los anticuerpos neutralizantes “caen en meses y no años”, asegura el trabajo.
Jorge Quarleri, doctor en Bioquímica e investigador Principal del Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y Sida (INBIRS, de la UBA-Conicet), resumió los modelos. “El ‘ideal’ es el de una persona que atraviesa el episodio agudo del Covid, y cuya respuesta inmune no cae por debajo del umbral de protección (en este paper, planteado en la línea del 50%), por lo que la posibilidad de reinfección sería nula. Es el escenario más deseable”, evaluó.
En el segundo, “la inmunidad cae por debajo del umbral, con lo que queda una inmunidad ‘parcial’, del 25%, aproximadamente. Hay posibilidad de reinfección, pero al haber inmunidad parcial, puede ir acompañada de síntomas ligeros, con una menor posiblidad de transmisión”.
El último escenario es un “decaimiento grande de la primera respuesta inmune, que se da en forma progresiva, acentuada y rápida. La persona con una cinética así tiene mayor susceptibilidad a tener una enfermedad que podría progresar en un
cuadro severo”. Comparativamente con el segundo modelo, ante una reinfección, el SARS volvería a multiplicarse como si fuera la primera vez.
En el comienzo de estas líneas se dijo que los anticuerpos podrían empezar a caer luego de tres meses. Es un dato inquietante, cuando se repite como un mantra que “la inmunidad dura ocho meses”.
Y hay quienes dicen seis. Otros, diez. Otros, que depende de la marca de vacuna. O de la edad de la persona. O de sus factores de riesgo. Que depende de la separación de las dosis. De si tuvo Covid o no.
Hay más preguntas que respuestas. Por suerte, surgen consensos. Uno de ellos (siguiendo a los australianos) es que la inmunidad tiene un pico que se genera 3 a 5 semanas después de la infección o de la vacunación. Pasado ese “clímax”, comienza a declinar. Primero más intensamente, luego a un ritmo más lento.
Todo está profundizado en otro trabajo, “Durability of antibody response to vaccination and surrogate neutralization of emerging variants based on SARS-CoV-2 exposure history”,
de investigadores estadounidenses, publicado en Scientific Reports.
Dos aclaraciones importantes: se centran en las vacunas ARNm (son una proyección relativa, pero no menor de lo que pasaría con otras vacunas) y no hablan de un “desplome” de los anticuerpos. Sin embargo, son claros en que, en tres meses luego de la segunda dosis, hay una caída en la inmunidad. En ese sentido instan a repensar y mejorar las estrategias de “reestimulación” por vacunación. Es decir, administrar terceras dosis.
También aparece un concepto más optimista, impulsado por lo que Quarleri llamó “eventos genéticos”.
Para entenderlo hay que recordar las dos grandes ramas de la inmunidad humana: la humoral (representada, entre otros, por anticuerpos neutralizantes y de unión) y la celular, o memoria inmunológica (linfocitos B y T). Ambas generan memoria inmunológica por largo plazo.
Quarleri explica que “la concentración de anticuerpos puede caer, pero durante la respuesta inmune secundaria (una segunda dosis de vacuna o, mismo, la reinfección por Covid) se produce lo que se llama ‘evento genético’ en las células guardadas en la memoria inmune”.
Dicho de modo sencillo, “las células responsables de la fabricación de los linfocitos B de memoria hacen que la próxima tanda de anticuerpos que produzcan sean mejores”.
CLARIN