El legado de uno de los intelectuales más destacados del Islam

El legado de uno de los intelectuales más destacados del Islam

por Ricardo Elía

Pakistán fue el primer estado musulmán moderno en ser establecido en nombre del Islam en agosto de 1947; hoy, es el segundo con más musulmanes, después de Indonesia. Este país, que se extiende de norte a sur entre las montañas nevadas de Karakórum y las cálidas aguas del Índico, y de este a oeste entre la fértil planicie de Punyab (la tierra de los cincos ríos)y el árido desierto de Baluchistán, fue el resultado de la firmey visionaria concepción de su fundador, Muhammad Iqbal (1877-1938).

Iqbal vivió en el subcontinente indio durante el ocaso de la dominación británica. Está considerado como uno de los intelectuales más destacados en la historia del Islam moderno por su poesía, filosofía y humanismo. Fundador de Pakistán, sus ideas contribuyeron a tender puentes entre Oriente y Occidente que acercaron pueblos y religiones y erradicaron intolerancias y malentendidos.

Su poesía trilingüe (en urdu, persa e inglés) evoca las rimas de Rumi, Nizami y Hafiz. El escritor británico E. M. Forster (1879-1970) lo consideró un “pensador profundo y un poeta sublime”.

Iqbal fe un gran conocedor de las obras de Ibn Jaldún, Spinoza, Goethe, Kant, Hegel y Lenin, y cultivó las amistades de folósofos como Henri Bergson, y arabistas como Thomas W. Arnold, Louis Massignon y Miguel Asín Palacios. Islamólogos de la talla de Annemarie Schimmel y Arthur Arberri tradujeron su poesía y la introdujeron en los círculos académicos y místicos.

Muhammad Iqbal nació en la ciudad de Sialkot, la antigua Sangala (asedaida y conquistada por Alejandro el Grande en 326 a.C.), en el noroeste de la región de Punyab. El nombre Iqbal en árabe, persa y punyabí significa “buena fortuna”.

El filósofo, abogado y poeta gozó durante toda su existencia de una insondable espiritualidad, de un pensamiento singularmente racional y ecuánime, y de un don poético excepcional.

Luego de realizar estudios en literatura inglesa, idioma árabe, leyes y filosofía en Lahore (Punyab, hoy Pakistán) entre 1905 y 1908 cursó en la Universidad de Cambridge en Inglaterra y se doctoró en filosofía en Alemania.

En 1908, al cruzar el Mediterráneo, durante su viaje de regreso a la India, al avistar la costa de Sicilia, que fuera en su momento una de las luces mas brillantes de la civilización islámica durante más de doscientos cincuenta años (831.1091), escribió un poema lamentando aquella pérdida: “Hazme sufrir contándome la historia de tus días de antaño. /Yo llevaré tu regalo a la India. /Haré llorar a otros, como lloro yo aquí.”

En 1993 Iqbal fue el primer musulmán en rezar en la Mezquita de Córdoba desde que ésta fuera convertida en iglesia en 1236. En un poema alusivo escrito en urdu dice: “Tu belleza, tu majestad me dice que fuiste creada por alguien guiado por Dios”.

En 1930, Iqbal fue elegido Presidente de la Liga Musulmana Pan-India. Al asumir el cargo expresó una serie de conceptos que anticipaban la creación de Pakistán. Es decir, la necesidad de que los musulmanes del subcontinente se independizaran constituyendo un estado propio donde practicaran libremente su fe y sus tradiciones.

Iqbal había tomado conciencia de que los musulmanes para reedificar su civilización debían retornar a la senda del empirismo y el racionalismo que los había llevado a constituir la vanguardia de la ciencia y el pensamiento en la Edad de Oro del Islam (siglos IX-XIII).

Una de las obras cumbres de Iqbal es el “Yavid Nama” (Libre de la eternidad) compusto en persa en 1932, un drama poético, en el que la didáctica se pone en boca de numerosos personajes famosos que analizan el capitalismo y el socialismo. Su otro gran trabajo es “la reconstrucción del pensamiento religiose en el Islam”(1932).

Natalia Prigarina, la biógrafa soviética de Iqbal, afirma “Iqbal es grande por su apasionada condena de la voluntad débil y la pasividad, su airada protesta contra la desigualdad, la discriminación y la opresión en todas sus formas, es decir, económica, social, política, nacional, radical, religiosa, etc. Su predicación de optimismo, una actitud activa hacia la vida y el alto propósito del hombre en el mundo, en una palabra, es grande por su afirmación de los nombles ideales y principios del humanismo, la democracia, la paz y la amistad entre los pueblos”.

En el interior del mausoleo de Iqbal en Lahore hay inscriptos unos versos en persa que reflejan los sentimientos del poeta sobre la identidad de los musulmanes: “Ni somos afganos ni turcos, ni tampoco de la tierra de Asia Central./ Nos está prohibida la distinción de color o raza”.

 

CLARIN