01 Sep Conflicto con Chile: los millonarios negocios que esconde la puja diplomática
Por Martín Dinatale
El polémico decreto que firmó el presidente de Chile, Sebastián Piñera, el 28 de agosto pasado donde el país vecino avanza sobre la plataforma continental marina de la Argentina y unos 1.000 kilómetros cuadrados de la zona de Hielos Continentales esconde otros intereses de fondo más allá de la expresión nacionalista de acaparar territorio.
En el conflicto diplomático desatado con la administración de Alberto Fernández se pone en juego potenciales explotaciones de yacimientos hidrocarburíferos bajo el lecho marino, millonarios negocios pesqueros, la incursión en minerales y un posicionamiento geoestratégico sobre la Antártida.
No es casual el malestar que desató en el presidente Fernández y las notas de queja de la Cancillería argentina contra Chile por el decreto de Piñera. Se trata de un avance que podría entorpecer potenciales negocios petroleros para la Argentina y una infinidad de negocios bajo tierra que hasta ahora se desconocen.
En la Cancillería que conduce Felipe Solá expresaron a El Cronista ante una pregunta puntual que en la zona reclamada por Chile “hay riquezas minerales pero no están medidas”. Es decir, se sabe que bajo el lecho de la plataforma continental submarina que está en el área del Canal del Beagle que Chile tomó como parte de su territorio podría llegar a existir un enorme potencial de fallas de gas o petróleo para explotar aunque no se sabe la dimensión. También se proyecta en esa zona negocios millonarios de pesca de especies sedentarias, vieiras, esponjas, langostinos y mejillones.
En su momento, el secretario de Islas Malvinas de la Cancillería, Daniel Filmus dijo sin vueltas: “la demarcación de la plataforma continental permite tener certeza y seguridad jurídica respecto de las áreas en las cuales se puede desarrollar la potencialidad de la explotación off shore. Seguramente la reciente aprobación de la ley permitirá ampliar las posibilidades de la explotación de hidrocarburos en el Atlántico Sur”.
A la vez, en la Casa Rosada admitieron que en la zona en disputa con Chile hay minerales y eventuales yacimientos de petróleo. Esta afirmación se basa en el llamado a licitación que la Secretaría de Energía había abierto en más de 18 áreas correspondientes a la zona de ampliación de la plataforma continental marina que la Argentina ganó en el 2016 tras un fallo de Naciones Unidas.
Las licitaciones para la exploración y posterior explotación de yacimientos hidrocarburíferos bajo el lecho marino se encuentran en la Cuenca Norte ( frente a la Costa de Mar del Plata), en la Cuenca Austral ( frente a Tierra del Fuego) y en Cuenca Malvinas, cercana a la zona de aguas en disputa con Gran Bretaña.
Los trabajos de exploración que empezaron a hacer varias empresas en estas zonas fueron habilitados este año luego de una puja entre la Secretaría de Energía y el Ministerio de Medio Ambiente que lidera Juan Cabandié. Es que este ministro objetaba las operaciones de exploración submarina por el impacto medioambiental que implica en la flora y fauna marina. Pero finalmente se llegó a un acuerdo y se avanzó con estas tareas.
El decreto de Piñera que lleva las siglas CVE 2000795 avanza sobre 1.000 kilómetros cuadrados de una zona de los Hielos Continentales que ya estaba delimitada y busca sumar 5.000 kilómetros cuadrados al territorio de Chile que pertenece a la plataforma continental de la Argentina adjudicada por el fallo de la ONU.
También el decreto de Chile avanza sobre 20.000 kilómetros cuadrados en las cercanías de las Islas Malvinas que son patrimonio común de la humanidad. La incursión en este espacio no es antojadiza para Piñera: el presidente chileno intenta posicionar a su país en un mejor lugar ante el inminente debate mundial sobre los derechos de los países sobre la Antártida.
Ayer, el vicepresidente del Parlasur, Oscar Laborde, aseguró que “lo que corresponde es que Chile cumpla con los compromisos internacionales, como lo firmado con el Gobierno argentino en 1984 y ratificado en posteriores encuentros en Naciones Unidas”, y remarcó que “finalmente no se llamará a la mesa del diálogo” desde el Parlamento del Mercosur, como se evaluó en las primeras horas de la mañana.
En diálogo con El Cronista el parlamentario argentino también admitió que detrás del reclamo chileno se esconden otros intereses. “Está claro que Chile sabe del potencial económico de la plataforma submarina y del posicionamiento que todo ello implica en los futuros reclamos por la Antártida”, dijo Laborde.
Los estudios de prolongación del territorio argentino se empezaron a presentar en 1997 y Naciones Unidas comenzó a analizarlos seriamente en 2009. Entre 2012 y 2016, la Comisión de Límites de la Plataforma Continental analizó la presentación de la Argentina y en 2016 esa comisión de la ONU dictaminó en favor de la Argentina.
En aquel momento, la entonces canciller Susana Malcorra, afirmó que “celebramos que se ha definido todo el límite de la Plataforma Continental, lo cual nos da certidumbre, confirma cuál es el límite de la Argentina sobre el Océano y agrega una cantidad importante de kilómetros ya totalmente definidos a nuestro país, con toda la riqueza que subyace debajo de las aguas”.
En el fallo de la ONU -que ahora Chile busca irrumpir con su reclamo unilateral- la Argentina ganó 1.633 kilómetros cuadrados más de soberanía sobre los recursos del lecho y subsuelo de nuestra plataforma continental. Allí se cuenta la explotación de minerales, hidrocarburos y especies sedentarias, vieiras, esponjas, langostinos y mejillones, entre otros.
EL CRONISTA