06 Aug Poliamor: los mendocinos que viven una historia de amor de a tres
Eliana Cuchietti y Nazareno Fernández eran una pareja convencional que combinaba amor y trabajo, ya que manejan juntos un callcenter. Maira Fernández comenzó a trabajar con ellos y después de un tiempo descubrieron que se amaban y que sólo se sentían completos como trío, por ello se asumieron como una relación poliamorosa.
Maira estableció de inmediato un vínculo amistoso con la pareja. Un vínculo que excedía lo laboral. Había siempre una salida que los divertía, una charla, una comida juntos. Pero notaron, no sin cierta incomodidad, que todo era mejor cuando lo compartían entre los tres.
Nazareno, de 41 años, relató al diario Los Andes: “Empezó todo como una relación laboral, luego de amistad, y ahora, de amor”.
“Empezamos a ver que sentíamos cosas que no entendíamos”, apuntó Maira, hoy de 23. “Los tres nos juntábamos sin problemas, pero si yo me juntaba sola con Eli, extrañábamos a Naza. Algo estaba pasando. Si éramos sólo dos, en cualquier cosa que hiciéramos nos hacía falta el otro. Eso fue llevando a plantear cómo seguíamos adelante”, amplió.
Ese planteo inicial terminó en lo que hoy explican de este modo: “Tenemos una relación de poliamor y de tres. No mantenemos una relación abierta, no somos swingers. Somos un trío y nos amamos”.
Después de cuatro años de relación de noviazgo, ahora conviven en el mismo hogar.
Al principio, cuando todos advirtieron que entre ellos había atracción física y amorosa, faltaba saber quién se animaba a expresarlo primero. Y aunque ninguna de las dos había tenido antes una relación homosexual, fueron ellas las que lo hicieron, y de un modo particular: con un beso en la boca, con sabor a vino, frente a los ojos de él.
“Habíamos organizado una juntada en nuestra casa y decidimos no salir a bailar. Era una cena después de pasar todo el día juntos. Con Mai, en un momento, nos propusimos hacerle una broma a Naza, diciéndole que íbamos a ser novias entre nosotras porque ya no nos gustaban los hombres. Cenamos, le ofrecí vino a él. Él dijo que no y ella sí aceptó. Y ahí nos dimos un beso. Quedó todo explicado”, recordó Eliana.
Nazareno contó al diario mendocino que no podía creer lo que veía: “Como hombre es una fantasía normal, estaba en medio de dos mujeres hermosas, pero no creí que ahora estaba por empezar a formar parte de una relación de tres”.
Lo plantearon en ese mismo momento dejando de lado las dudas. “Fue todo natural y sin problemas ya desde esa primera vez. Pasó lo que estábamos sintiendo: nos queríamos los tres, nos protegíamos. Era lo que le estaba faltando a la relación, porque antes ya habíamos notado que sólo dos nos sentíamos incompletos”, explicó Maira.
Lo sexual es lo que más curiosidad provoca en los demás: Nazareno explicó que se trata de “descubrir algo nuevo cada día”. Eliana, en cambio, dijo que es tan intenso lo que se siente que “no hay palabra que lo defina”; algo en lo que Maira coincidió.
Claro que el costado romántico y erótico puede resultar atractivo y divertido, pero tiene sus exigencias, por ejemplo, resolver cómo dormir y tener que comprar una cama XL: “Tuvimos que comprar una cama más grande, porque con la otra se nos hacía imposible”, reconoció entre risas Maira. Y agregó: “Teníamos una de dos plazas y murió, se rompieron todos los resortes. Para colmo, cuando compramos la nueva, era tan grande que no entraba por la puerta”.
Uno de los mayores desafíos al asumirse como trío, y ya no como pareja de dos, fue plantearlo con sus familias y amigos y luego exponerlo socialmente. “Nos ayudó mucho ver una serie que está en Netflix, que se llama ‘Tú, yo y ella’, la recomiendo”, explicó Nazareno. “No teníamos parámetros para lo nuestro, era todo un proceso de autodescubrirnos. Esa serie nos dio los parámetros”, sumó Eliana.
Nazareno dijo que, en su caso, casi no tuvo conflictos cuando hizo saber de su nueva relación a su padre. Pero también tiene tres hijas (“cada una de distinta madre, no es hombre de una sola mujer”, bromearon Maira y Eliana), y las dos mayores saben de la relación, aunque la más pequeña aún no.
Distinto fue lo que vivieron Eliana y Maira. “Hoy en día podemos compartir todo, pero en un primer momento, decírselo a mis padres me costó un poco, porque sabía que era un paradigma distinto. Pero una vez que se los dije, lo aceptaron”.
Maira tuvo que lidiar con dos problemas: su corta edad y explicar su relación con dos personas. “Era muy chica y empecé diciéndole a mi papá que tenía una relación con Naza. Era un problema, y le costó aceptarlo”. Ella se lleva 18 años con su novio y en ese entonces tenía apenas 19. “Cuando lo aceptó, después llegó la hora de contar lo otro. Mi mamá se había dado cuenta y se lo vio a venir, así que se lo dije con ella. Él hizo un proceso y ahora me pregunta más por ellos que por mí”, aseguró.
Eliana, Nazareno y Maira se consideran, prácticamente, una “pareja de tres”, que tiene un vínculo similar a la de otras parejas convencionales o matrimonios, y tras varios años de relación, se plantearon la posibilidad de ser padres en el futuro próximo.
“Sí, nos gustaría ser papás. Lo tenemos ya planeado y diagramado (risas)… pero todavía es muy pronto”, dijo Nazareno.
El plan lo explicaron Maira y Eliana: “Hemos hablado y queremos quedar las dos embarazadas al mismo tiempo. Nos gustaría mucho. Pero, por supuesto, no siempre se puede conseguir, así que si queda alguna embarazada de las dos antes, no hay problemas. Y ya veremos”.
Los tres comparten hoy amor, hogar y trabajo. Después de casi cinco años, de convivir desde junio de 2020 y de asumirse ante todos como trío, llegó la hora de un ritual, aunque sea meramente festivo ya que la poligamia no está aceptada legalmente: “Queremos hacer una fiesta de compromiso entre septiembre y octubre, aunque nuestro aniversario es en junio”.
La más chica del trío reconoció: “Ahora tengo todo”. Para Nazareno, el mayor de los tres, la energía que siente es “muy intensa” y para Maira, la del medio, siendo tres están “completos”.
CLARIN