10 May Claves para manejar las deudas personales en un contexto de crisis económica
Por Silvana Saldisuri
Cada persona tiene su propia manera de enfrentar las crisis económicas, pero existe un denominador común que es la redistribución de cómo gastamos nuestros ingresos. En ese contexto se activa el factor conciencia para tomar recaudos al momento de manipular la billetera y para poder manejar correctamente las deudas, tanto las que ya tenemos como las que estamos pensando en tomar.
Expertos en el tema aconsejan primero hacer foco en el estado de situación por el que se está atravesando y así tomar el mejor curso de la acción para poner a resguardo la economía personal.
“Primero hay que diagnosticarse. Alguien quien actualmente está pagando deudas debería hacerse cuatro preguntas : Cuánto estoy pagando por mi deuda; cuánto me falta para pagar la deuda; si a este ritmo, voy a poder pagarla y qué otras alternativas tengo”, planteó el especialista en economía del comportamiento y especialista en creditos de la fintech Agilis, Alejandro Safdie.
Según explicó, “hay que entender rápidamente si estamos en apuros. Hay que mirar de frente la situación y así poder tomar el mejor curso de acción. De esta manera nos evitamos angustia y ahorramos dinero de intereses que tal vez no tenía sentido pagar. Por ejemplo, si estamos pagando el mínimo de la tarjeta, no estamos reduciendo el monto de la deuda, en otras palabras, es una situación insostenible”.
Por otro lado, planteó que “muchas veces estamos pagando deudas demasiado caras que podríamos refinanciar con mejores condiciones. Tal vez sacamos algún préstamo apurados o sin tener bien en claro cuáles eran las condiciones de financiación y estemos pagando cuotas demasiado elevadas”.
En esa misma línea, el director de escuela argentina de finanzas personales, Mariano Otálora, indicó que “si no alcanza la plata lo que hay que decidir es qué deuda cancelar primero. Lo recomendable es pagar la deuda más cara, teniendo en cuenta la tasa de interés, y dejar la deuda barata para otra instancia”.
A modo de ejemplo, describió que “es más conveniente pagar la totalidad de la tarjeta, debido a los altos intereses, y tratar de refinanciar o acordar pagos parciales del colegio de los chicos o de los servicio”. No obstante, aclaró tener siempre en cuenta que dejar de pagar no signifique una interrupción en la prestación de los mismos”.
“Otro tema importante a tener en cuenta, en lo que tiene que ver con las deudas ejecutables, es presentar siempre voluntad de pago. Esto significa que si no se puede pagar la totalidad de la deuda siempre es mejor poner la cara y pagar algo aunque sea simbólico”, destacó Otálora.
Con respecto a quienes no están endeudados, pero evalúan la posibilidad de tomar deuda para estabilizar una situación económica en apuros, Alejandro Safdie opinó que “deberían asegurarse que con la nueva deuda cancela todos los meses parte del capital y no sólo intereses, que el costo financiero total (C.F.T.) de la nueva deuda es igual o inferior a la deuda que quiere refinanciar y que pueda pagar la nueva cuota propuesta, de lo contrario solamente estamos dilatando el problema”.
“Más allá de que las crisis sean arduas, no recomiendo nunca dejar de pagar una deuda ya que desploma nuestro perfil crediticio y eso después influye mucho en el acceso a créditos de calidad a los que vamos a poder acceder más adelante. Las crisis eventualmente pasan. Hoy por hoy, la mejor alternativa es refinanciar deudas para bajar la cuota o usar los ahorros que teníamos guardados”, agregó.
En tanto, indicó que “cuando una persona quiere comprar algo, casi siempre le ofrecerán distintas alternativas crediticias. Cuando el dueño de una PYME o un cuentapropista tiene que comprar materiales o pagarle a proveedores, casi siempre lo hace a través de herramientas crediticias, ya sea con descuentos de cheques o cuentas corrientes.
El crédito ya es parte del mundo en el que vivimos y cada vez se pagan menos cosas al contado. El crédito nos habilita a todos a cumplir nuestros proyectos, pero hay que aprender a distinguir entre un crédito bueno y un crédito malo”.
Según planteó Otálora, quien quiera tomar deuda tiene que mirar muchísimo el costo financiero total de la misma para no comprarse un problema, porque las tasas están muy altas. Una alternativa, si es posible, es buscar otras opciones en familiares o amigos, o pedir a la empresa que te emplea un adelanto del sueldo”.
En tanto, agregó que “cuando tenemos una economía que nos está ajustando lo que hay que entender es que o tenemos que aumentar los ingresos, o bajar los gastos”.
Pequeños cambios para organizar las finanzas personales
Para el experto en finanzas y director de Resolvé tu deuda, Rodrigo Nadal, “en general se pueden identificar varias razones que impactan en las finanzas personales de las personas, desde los niveles inflacionarios o la pérdida de empleo. Cuando un deudor sufre una reducción en sus ingresos, puede caer en un descontrol financiero al no poder sostener su estilo de vida. Para evitar caer en deudas impagables es importante contar con educación financiera que permita al deudor administrar las finanzas de manera eficiente”.
Qué tener en cuenta para evitar caer en deudas y anticiparse a los sobresaltos financieros:
Detectar los gastos hormiga. Son los montos de dinero pequeños que se “escapan” al registro diario de gastos. Algunos ejemplos de éstos pueden ser: membresías y comisiones que se debitan de forma automática, el taxi, cigarrillos o compras al paso, el almuerzo de la oficina, cafés o bebidas que se compran en el camino al trabajo, etc. Para aquellas personas que cuentan con un ingreso reducido es clave identificar estos gastos para intentar eliminarlos en la medida de lo posible.
Tener una previsión de ingresos y egresos, para organizar un presupuesto. Comenzar con un análisis de los gastos fijos y variables que se realizan incluyendo cuánto dinero se puede ahorrar teniendo en cuenta este monto.
En ese sentido, desde la reparadora de crédito Resolvé tu deuda recomiendan utilizar la regla 70-30, en la que se destina 70% de los ingresos a los gastos básicos como vivienda educación, salud y transporte. El restante 30% se divide en partes iguales entre el pago de deudas, ahorro y entretenimiento. Una vez que se cancela una deuda, el 10% de ingresos que se destinaban a su pago pueden derivarse a entretenimiento o ahorro.
EL CRONISTA