“La lista negra” cumple los 100

“La lista negra” cumple los 100

Aquella imagen de Reddington arrodillado en el hall de entrada del edificio del FBI, con las manos entrelazadas detrás de su cabeza semi pelada, parece quedar lejana en el tiempo. Pero está marcada a fuego entre los fans de una de las series policiales de acción más vistas en la Argentina. A casi cinco años del estreno de ese primer capítulo en los Estados Unidos -el 23 de septiembre de 2013-, esta jueves 19, a las 23, AXN pondrá al aire el capítulo número 100 de La lista negra (The Blacklist, su título original).

La serie, producida por Sony Pictures Television, gira alrededor del ex agente del gobierno estadounidense Raymond “Red” Reddington (James Spader), que se convierte en uno de los fugitivos más buscados por el FBI -considerado por muchos como el “Conserje del Crimen”-, pero que un día decide entregarse a esa fuerza policial con una oferta explosiva: propone ayudarlos a atrapar al terrorista más peligroso del planeta, Ranko Zamani.

Cuando el Buró consigue matar a Zamani gracias a su colaboración, Red se ofrece a prestar sus servicios para cazar a los criminales más buscados de una lista -“políticos, mafiosos, hackers”, enumera en esa mesa de negociación con el director Harold Cooper (Harry Lennix) en el final del capítulo uno-, que él mismo propone llamar “Lista negra”. Reddington sólo impone una condición: hablar exclusivamente con Elizabeth “Liz” Keen (Megan Boone), una oficial novata del FBI.

En esta quinta temporada, se ha visto cómo Raymond Reddington se siente más libre de preocupaciones, y a la vez que colabora con el FBI continúa en el proceso de reconstrucción de su imperio criminal. Red sienta las bases de esta nueva empresa y piensa diseñarla con Elizabeth Keen a su lado. Ella se encuentra dividida entre su papel como agente del FBI y la tentación de actuar sobre sus instintos más criminales.

En el episodio número cien, titulado “Abraham Stern”, Red va a la caza de un tesoro legendario y llama la atención del criminal Abraham Stern (Nathan Lane, el de la versión cinematográfica de Los productores), un manipulador que ha dedicado su vida a recuperar la fortuna que le pertenece por herencia, un personaje que probará que Reddington no es el único hombre peligroso que puede usar un traje de tres piezas (saco, chaleco y pantalón). Mientras tanto, Liz estudia los métodos de uno de los criminales más peligrosos de la lista negra.

Recordemos que en el final de la temporada anterior, la cuarta (alerta: spoiler), se develaron varias de las preguntas que proponía la serie: ¿por qué Red había elegido a una agente novata como Keen como su única interlocutora? ¿Por qué él conocía tanto de su pasado? ¿Qué vínculo los unía? Consumada la revelación sobre el vínculo familiar, resta saber si la trama dará otro de sus giros inesperados o Red y Lizzie apuestan a seguir trabajando juntos.

El éxito y la permanencia de The Blacklist, en una era plagada de producciones pensadas para ser maratoneadas vía streaming, quizás radique en que, si bien hay un hilo conductor alrededor de los personajes principales, en cada episodio -o cada dos episodios- se abre un nuevo caso. De ahí que La lista negra pueda verse una vez por semana sin dejar al espectador (tan) sediento por seguir.

Otro factor de la vigencia de la serie es la figura de James Spader, un actor que desde aquella Sexo, mentiras y video (1989), el primer largo de Steven Soderbergh, suele interpretar a tipos complejos, misteriosos, a veces indescifrables -o con algún desorden de índole psicológico, como en La secretaria, capaz de apelar al humor irónico en los momentos de mayor tensión. Por eso, Reddington es un personaje pensado a la medida de Spader, que ganó tres premios Emmy a mejor actor gracias a Boston Legal, la serie que protagonizó desde 2004 a 2008.

Además, siempre se dijo que Spader influye en los guiones de la serie creada por Jon Bokenkamp. “Tengo la injerencia suficiente para que funcione para mí. Los escritores y yo hablamos todos los días. Tuve una colaboración muy estrecha con ellos desde el principio”, le confesaba a Clarín hace unos años.

En esa misma entrevista, hacía una radiografía del excéntrico Raymond Reddington: “Este personaje encuentra humor e irreverencia en lugares impensados. Y cuando su conducta hace vislumbrar que es imprudente, no lo es en realidad. Todo está estudiado. Se trata de alguien que por un lado es muy peligroso, pero por otro se vuelve gentil y compasivo”, profundizaba.
CLARIN