Baruch Spinoza: cinco razones para leer a uno de los padres del pensamiento moderno

Baruch Spinoza: cinco razones para leer a uno de los padres del pensamiento moderno

Hijo de judíos portugueses, sobrio, cortés, estudioso de la lengua latina y luego de teología, Baruch Spinoza nació en Ámsterdam en 1632. Cuando abandonó la religión paterna, cambió su nombre por el de Benedicto, con el que firmó sus escritos y cartas. Publicó en vida sólo dos libros: Principios de la filosofía de Descartes. Pensamientos metafísicos (1663) y Tratado teológico-político (1670). En forma póstuma se conocieron otras obras, entre ellas la incomparable Ética demostrada según el orden geométrico y Correspondencia (1661-1676). Si bien cada uno de sus escritos posee un registro diferente, en todos ellos se iluminan formas de vida comunitarias más liberales y tolerantes que las que tuvo que soportar en su época. Spinoza fue excomulgado y debió exiliarse. Murió en La Haya en 1677. A continuación, cinco razones por las que descubrir el pensamiento de un filósofo cuyas ideas, 340 años después de su muerte, son el eje de una nutrida serie de títulos locales.

¿Por qué el miedo y el odio nos esclavizan?
En 2001, la editorial Cactus inauguró su catálogo con En medio de Spinoza, libro de clases de Gilles Deleuze dedicadas al filósofo holandés. Antes, Tusquets había publicado Spinoza: filosofía práctica, donde Deleuze elegía los aspectos más interesantes de Spinoza para su propia filosofía: la distinción entre ética y moral, la crítica de la conciencia individual, del ansia de juicio y de la afición humana por las “pasiones tristes” como el miedo, el odio, la codicia y la crueldad. “Vivimos en un mundo más bien desagradable, en el que no sólo las personas, sino también los poderes establecidos tienen interés en comunicarnos afectos tristes -se lee en Diálogos (Pretextos), de Claire Parnet y Deleuze-. Los afectos tristes son todos aquellos que disminuyen nuestra potencia de obrar. Y los poderes establecidos necesitan de ellos para convertirnos en esclavos.”
Cactus prosiguió con una línea spinoziana en el catálogo. Publicó el primer libro de Henri Meschonnic traducido en la Argentina, titulado Spinoza. Poema del pensamiento, y luego, Spinoza. Una física del pensamiento, de François Zourabichvili. Siguió con el Tratado teológico-político y el impar Spinoza por las bestias, un “bestiario” del filósofo Ariel Suhamy y la dibujante Alia Daval. Tinta Limón lanzó en 2014 Hegel o Spinoza, de Pierre Macherey, que presenta a Hegel como un “lector descarriado” del primero.

Enseña al filósofo a vivir sin filosofía
“El más filósofo de los filósofos que enseña al filósofo a prescindir de la filosofía”, escribió Deleuze en su libro de clases sobre Spinoza. Esa perspectiva orienta ciertas lecturas libertarias de los escritos spinozianos. En Queen Ludd Editora, Leonor Silvestri publicó Games of Crohn (diario de una internación), donde se postula, casi sin mencionar los conceptos spinozianos, un “saber vivir” en circunstancias difíciles. En sus cursos, destaca Silvestri, “se cuenta con Spinoza, pero sin estar sólo enfocados en él. Como decía Deleuze, sus textos enseñan a vivir y sirven para la vida”.

Cómo perfeccionar las democracias
Colihue editó los ensayos del filósofo y docente cordobés Diego Tatián. Spinoza. Filosofía terrena, Spinoza, el don de la filosofía y La cautela del salvaje analizan la teoría de las pasiones, la política y la ética de Spinoza. También en el sello Quadratta, Tatián dio a conocer una introducción al ideario del filósofo. Decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba, Tatián dice a LA NACION: “Una presencia de Spinoza en la cultura argentina es intensa desde 2001. Ante la implosión político-institucional de ese año, la filosofía spinozista es apropiada en clave libertaria por militantes sociales de diversas izquierdas para imaginar formas participativas y directas de la política y para pensar con ella condiciones de formación de una potencia colectiva antiburocrática y a distancia de las instituciones”.

Ejercer la compasión ante el dolor ajeno
Hace pocas semanas llegó a las librerías otro título de la colección Vidas Ajenas, del sello chileno Ediciones Universidad Diego Portales. Con traducción de Alan Pauls, Vidas de Spinoza reúne tres escritos de autores franceses compuestos pocos años después de la muerte del filósofo. “Como nunca en su vida tuvo una salud perfecta, aprendió a sufrir desde su más tierna juventud; es otra de las ciencias que nadie comprendía mejor que él. Sólo buscaba consuelo en sí mismo, y si era sensible a algún dolor, era al dolor ajeno”, escribió Jean Maximilian Lucas en 1735. Escrito con gracia y un tono reverencial que deja filtrar críticas a los ambiciosos sistemas de pensamiento de Spinoza, el libro es una puerta de entrada a una vida novelesca. Años atrás, el terapeuta y narrador Irvin Yalom se convirtió en best seller con El enigma Spinoza (Emecé), una biografía novelada que registraba en clave íntima padecimientos, esfuerzos y logros del padre del pensamiento moderno, a la vez que ponía la biblioteca de Spinoza en la mira del ideólogo nazi Alfred Rosenberg.

Pensar la libertad como sabiduría
Sociólogo, profesor de filosofía contemporánea en la Universidad de Buenos Aires y editor de la revista El Ojo Mocho, Alejandro Boverio reivindica la actualidad de Spinoza entre los lectores argentinos. “Su lectura es una incesante invitación a desconfiar de los falsos bienes y a preguntarse por la libertad como una suerte de sabiduría que busca comprender la necesidad de las causas y los efectos, en donde la interrogación por el cuerpo, por lo que un cuerpo puede, se vuelve fundamental.”

¿Por qué su pensamiento no pierde vigencia y se renuevan las aproximaciones a su obra? “La obra de Spinoza se articula alrededor de una pregunta que sigue asediándonos -responde Boverio-. ¿Por qué los hombres luchan por la servidumbre como si lo hicieran por su salvación?”

Obras esenciales

Metafísica: Su primer libro se publicó en 1663: Principios de la filosofía de Descartes. Pensamientos metafísicos

Teología y política: En 1670 editó Tratado teológico-político, en el que ofrece su interpretación de los textos bíblicos fundamentales

Ética: Correspondencia (1661-1676) y Ética demostrada según el orden geométrico se publicaron tras su muerte, en 1677
LA NACIÓN