27 Aug Luc Besson: “me gusta ver la debilidad del hombre y la fuerza de la mujer”
Por Daniela Aguinsky
“Este país ama el fútbol, y creo que esta película de Tercera división, hoy está en la final”, cerró así la conferencia de prensa el cineasta Luc Besson, el día de su visita a Buenos Aires, a donde asistió a la Comic Con (convención de cultura pop que tuvo lugar en mayo). El responsable de filmes de acción y ciencia ficción como Nikita, El quinto elemento y el filme en que debutó Natalie Portman, El perfecto asesino, vino a presentar su nuevo filme, Valerian y la ciudad de los mil planetas, que transcurre en el siglo XXVIII, y se estrena el jueves en nuestros cines y en 3D. “Estoy luchando con tanques de Marvel y DC Comics, y hacer una película así es muy complicado. Fue juntar 200 millones de dólares para producirla, y no es que tenemos millones en el club para comprar al jugador que se nos ocurra”, agregó con analogía futbolera el también director de Lucy, que se hizo un rato para dialogar con Clarín.
¿Hacer cine de ciencia ficción se elige, o es algo inevitable?
Es lo que crece adentro de mí. A veces tengo una idea que amo, y después de seis meses se cae, como las hojas en otoño. No sabés exactamente por qué, capaz viste algo similar en otra película, o pensás que a la gente no le va a interesar lo que tenés para contar. Otras ideas se quedan.
Como “Valerian”, estuviste nueve años para concretarla.
Sí, fue bastante lento… Es igual a por qué ciertos hombres se te quedan en la mente cuando los conocés, y otros te los olvidás. Está este hombre que lo ves alguna que otra vez, y no podés no pensar en él, porque sentís algo. No sabés si es amor o qué, pero no lo podés olvidar. A veces ves a un tipo varias veces, y te desilusionás porque le descubrís otros aspectos que no te gustan, o a veces es peor, porque mientras más lo ves la cosa se pone mejor. Pienso que las ideas pasan por el mismo proceso. Uno se enamora de las ideas, crecen dentro tuyo mucho tiempo y no las podés olvidar. En este punto siento que tengo mucha experiencia, aunque un poquito de frescura me queda. Hice diecisiete películas, tengo el conocimiento, la credibilidad, y además estaba la tecnología para hacerla.
¿Qué hay de la industria?
Yo soy un artista, hago mi propia pintura. Es como si le preguntaras a Modigliani qué opina de la pintura en general, te diría “no me importa”. Es un área libre en donde puedo crear, eso es lo importante.
¿Pensás para las nuevas plataformas?
No. Pienso primero qué quiero hacer. Ahora que sé qué quiero contar, puedo preguntar cuánta plata tenemos. ¿Podemos hacerla? No, bueno, lo pongo en espera y hagamos otra cosa. No importa después si es cine, Netflix o qué. Si te pregunto “¿Querés casarte con un millonario?”, ¿qué me vas a decir’
Que depende de quién sea el tipo.
Yo soy igual. Elijo primero al tipo, y si es rico, mejor. Si es pobre, está bien, lo amo igual.
Hacés muchas analogías con el amor y las relaciones.
Sí, porque la relación con una película es muy romántica.
¿Y con las mujeres? Siempre estuvieron relacionadas a tu trabajo. (Su actual esposa, Virginie Silla, es productora de cine, y estuvo casado con sus actrices Anne Parillaud alias Nikita, Mila Jovovich y Maïwenn).
Con mi esposa al principio no trabajábamos juntos, teníamos miedo de mezclar las cosas. Pasar todos los días trabajando en una película puede ser demasiado. Llevó tiempo, pero un día decidimos probar y salió muy bien, ya vamos con cuatro filmes. Compartí mucho mi vida personal con las películas, pero ahora trato de no traer la película a casa. Uno necesita tener un lugar seguro, si no te volvés loco. En especial en una grande como ésta, resignás intimidad.
En tus películas está claro que hay un autor, pero a la vez son pochocleras. ¿Cuánto hay de cada cosa?
Creo que es como soy. Me gusta ser serio, pero cuando la cosa se pone pesada voy a tirar un chiste. Yo hago películas, no salvo vidas. En Valerian puede ser que te emociones una o dos veces, pero cinco minutos después te estás riendo, eso me gusta de la vida.
Tus personajes femeninos suelen ser los más fuertes de las historias.
Dicen que las mujeres son el sexo débil y el hombre el fuerte. Lo que me gusta es ver la debilidad del hombre y la fuerza de la mujer. Laureline es flaquísima, pero puede mover todo a su alrededor, en The Lady (2011). San Suu Kyi está en su casa veinte años, lucha con cientos de miles de soldados, y gana. Sin un arma y sin insultar a nadie. Eso me encanta. Al mismo tiempo, si el hombre es sólo músculos, no es interesante. Si dice “extraño a mi mamá”, ahí me interesa.
El tiempo es todo un tema.
En Valerian hay un problema con el tiempo, es verdad, creo que es una herramienta muy fácil para jugar el suspenso. Al momento en que te digo que tenés diez segundos para salir de acá porque explota todo, es tic-tac-tic-tac. El tiempo es una gran arma para los guiones.
¿Qué sigue ahora?
Estoy escribiendo Valerian 2, porque no me gusta esperar. Si a la película no le va bien, si a la gente no le gusta, no haremos una segunda parte. Muchos esperarían a ver si le va bien para escribirla, pero yo empecé hace tres meses. Simplemente quiero escribirla, aunque no la filme.
¿El secreto es escribir un poco todos los días?
Sí. Cuando tenés un hijo y tiene dieciocho años, es mejor tener más hijos en casa. Así no te sentís solo. Y yo tengo muchos hijos en casa.
¿Qué consejos le darías a los nuevos realizadores?
Es verdad que ahora es más fácil. Podés hacer una película con un iPhone y una computadora, pero no significa que sea fácil escribir una película. Si no tenés nada que decir, just shut the fuck up (cerrá el…). El mejor consejo es “no te mientas a vos mismo”. Si lo que escribiste no es bueno, aunque lo ames, escribí otra cosa. Cuando terminé de escribir Valerian, estaba súper feliz. Pero vi Avatar (de James Cameron, 2009), volví a leer mi guión y lo tiré a la basura. No podés pedir que te den 200 millones si no es lo suficientemente bueno. Después fui a Cannes, y financiamos la película en un día. Entonces creo que el nuevo guión fue lo suficientemente bueno.
La inspiración de un universo fantástico
Protagonizada por Dane DeHaan (el Duende verde de El sorprendente Hombre Araña 2) y la supermodelo británica Cara Delevingne (Encantadora en Escuadrón Suicida), el filme está basado en el comic francés Valerian y Laureline, de Pierre Christin, Jean-Claude Mézières y Évelyne Tranlé. Estas historietas, de las que Besson se enamoró a sus diez años, inspiraron también universos como el de Star Wars, de George Lucas, y Avatar, de James Cameron. “Es una estación espacial donde viven ocho mil especies de seres vivientes. Es lo que ocurre en las grandes ciudades, todos tratamos de vivir en paz, pero a veces se complica un poco la cosa”.