25 Aug Insomnio, un enemigo del buen dormir
Por Daniel López Rosetti
Dormir bien es esencial para la salud. Quiero enfatizar este punto: dormir bien es esencial para la salud. Tanto es así que, considere usted que un tercio de la vida la pasamos durmiendo. La naturaleza determinó que sea así porque mientras dormimos se producen una serie de modificaciones y funciones cerebrales esenciales para la vida y para la salud, tales como: el desarrollo de las funciones cognitivas, la concentración, la atención, la memoria y la función inmunológica, entre otras tantas funciones esenciales para el organismo. Por eso dormir, lejos de ser un mecanismo pasivo es un proceso sumamente activo donde el sueño es fundamental y el insomnio un enemigo.
Si tuviese que decir una palabra que pueda resumir la utilidad y la función del sueño les diría que el sueño tiene una función “reparadora” y esto es central. Recompone, restaura, reforma. ¿Por qué señalo esto? Porque le tenemos que prestar atención a la cantidad y calidad de horas que le dedicamos al sueño. Dormir no es un simple placer o una pérdida de tiempo, dormir es un requerimiento de la naturaleza. Modificar este requerimiento conlleva a alterar nuestra calidad de vida. Es por eso que las alteraciones del sueño ocupan un lugar importantísimo en la práctica cotidiana de la medicina. Para tomar conciencia de la importancia biológica de dormir basta considerar que dormimos aproximadamente ocho horas diarias y en consecuencia una persona de 60 años ha dormido cerca de 20 años de su vida.
Ni autodiagnóstico ni automedicación
Cuando la gente dice “tengo insomnio” y luego se atiende en un consultorio médico, ven que no siempre se cumple su autodiagnóstico. Y por eso es importante no autodiagnosticarse y aún más no automedicarse. Muchas veces llega al consultorio un paciente que manifiesta tener alteraciones del sueño que no son insomnio, por ejemplo lo que llamamos apnea del sueño que es un trastorno en el cual el paciente al dormir realiza una breve pausa en su respiración seguida por un ronquido fuerte, se trata de una obstrucción en las vías respiratorias que impide que el aire pase. Esto puede despertar al paciente e impedir que descanse bien pero no necesariamente es insomnio.
Entendemos médicamente por insomnio a aquella circunstancia en la cual el paciente tiene sueño y queriendo dormir no puede concretar su objetivo, es decir no logra conciliar el sueño. Quiero aclarar que esta es una definición básica de insomnio pero que existen muchas otras alteraciones del sueño.
Las causas del insomnio
Las causas de insomnio suelen estar relacionadas al estrés, a la ansiedad, a las alteraciones del ritmo de vida, a cambios en el horario habitual del sueño, pero también hay casos asociados a algunas enfermedades, o a la utilización de algunos medicamentos. Estas dos últimas causas afectan a nivel biológico, es decir afectan el “reloj” que marca el ritmo biológico del organismo humano. Sea cual sea el motivo, el tratamiento recetado por el medico variará según el paciente. La receta médica incluye un fármaco, un tratamiento terapéutico, una revisión conciente de hábitos charlados dentro del consultorio, un tratamiento abordaje medico multidisciplinario, o todas las anteriores. En cualquier caso es dentro del espacio del consultorio que se encausan las particularidades de cada persona como paciente.
Dormir mal no debe ser una costumbre
Entonces hasta aquí hablamos sobre el sueño como una función esencial exigida y ejecutada por la naturaleza; sobre la importancia de no asumir que tenemos insomnio sin diagnóstico médico, porque hay distintas patologías dentro de las que generan alteraciones del sueño; y también mencionamos las nociones básicas de lo que implica padecer insomnio. Ahora me gustaría agregar algo más y que no es menor, algo a lo que debemos estar atentos en el cuidado de nuestra salud y esto es que no debemos esperar a que las dificultades para dormir sean crónicas. No se acostumbre a dormir mal. Quien duerme mal simplemente antes o después, se enferma. El insomnio condiciona enfermedad.
Recuerde que estamos hablando de una función reparadora que tiene nuestro cuerpo. El insomnio no es el único enemigo del buen dormir, pero es uno de ellos y puede ser exitosamente tratado para recuperar la calidad de vida. Que tenga un buen descanso y si no es así, no dude en consultar al médico.
LA NACION