18 Jul No ceden las lesiones por accidentes de tránsito
Por Fabiola Czubaj
En un intento por mejorar el registro de las lesiones en el tránsito, la Ciudad publicó ayer el primer informe que discrimina el nivel de gravedad del trauma que sufren a diario peatones, automovilistas, motociclistas y ciclistas en las calles porteñas. Las cifras del año pasado no cedieron significativamente respecto de 2015, aun cuando desde 2010 disminuyeron en 1000 casos.
Si se tienen en cuenta los datos del Observatorio de Seguridad Vial porteño, 9750 personas necesitaron atención médica por un siniestro vial en 2015 y 9734, el año pasado. La diferencia se debe más a la baja calidad de los registros de la autoridad que interviene en la vía pública que a una tendencia descendente, según pudo conocer LA NACION.
Adriana Jakovcevic, gerente operativa del Observatorio, que depende del Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte porteño, explicó que hasta ahora contaban sólo con información de las personas que morían en los hechos de tránsito, cantidad de lesionados en general que registraba la Policía Federal Argentina y ningún dato del sistema sanitario.
Sólo el año pasado comenzaron a trabajar con el Ministerio de Salud de la ciudad. Accedieron a la atención en las guardias de 13 hospitales porteños, a los que el SAME traslada a los heridos. Con Epidemiología, organizaron el registro y el sistema de vigilancia de estas lesiones.
“La idea es poder tener mejor información para implementar medidas de prevención”, dijo Julián Antman, titular de la Gerencia Operativa de Epidemiología de la cartera sanitaria. “No hacíamos un seguimiento de esa información ni se usaba porque se desconocía su origen: un lesionado podía haberse golpeado en la calle mientras caminaba o porque iba en una moto y chocó. Ahora, ese dato está.”
El informe, publicado ayer en el Boletín Semanal Epidemiológico de la Ciudad, incluye los detalles de las atenciones brindadas durante 2016 a motociclistas, peatones, automovilistas y ciclistas en las guardias de los hospitales Durand, Ramos Mejía, Fernández, Piñero, Vélez Sarsfield, Tornú, Rivadavia, Penna, Zubizarreta, Pirovano, Argerich, Santojanni y Álvarez.
En total, se pudo obtener información de 9492 pacientes con lesiones leves o graves, seguidas o no de muerte, durante los 30 días posteriores a la atención, de acuerdo con la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se consideró que un paciente había sufrido lesiones graves si pasaba 24 horas o más en el hospital.
“Muy probablemente haya más casos, pero el sistema público asistió al menos a esa cantidad de pacientes por lesiones en siniestros viales el año pasado”, aclaró Antman.
“El registro hospitalario no es perfecto y no todo se registra. El tipo de lesión no siempre está consignado. Pero podemos decir que las áreas más lesionadas son las extremidades, seguidas de la cabeza y el cuello. Pero en el 75% de los casos, los datos no aparecen. Por eso estamos trabajando con Epidemiología, de Salud, para mejorar el registro hospitalario”, indicó Jakovcevic.
Del análisis conjunto surge que el 60,4% de los pacientes tuvieron lesiones leves y un 11% (1023) fueron casos graves, con una mayoría entre los 15 y 44 años. Treinta y cuatro de esas 1023 personas murieron. En el resto (28,6%), no se detalló la gravedad del trauma en la atención.
Los hombres fueron mayoría entre los lesionados graves. El 43% conducía una moto al momento del siniestro y el 25% viajaba en automóvil, seguidos de los peatones (17%) y los ciclistas (4%). La mitad de los que murieron eran varones, de entre 15 y 34 años, que andaban en moto. Cuatro de cada 10 peatones con una lesión grave tenían más de 65 años.
Para María Gabriela Vidal, directora del Comité de Trauma de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, los resultados del informe -como los de la edad o el género de los afectados en los hechos de tránsito- coinciden bastante con los que publica la OMS. “Por ejemplo, en el hospital San Martín de La Plata, que es centro de derivación, tenemos una alta incidencia de trauma por incidentes viales, donde el uso de moto y conductores sin casco derivan una mortalidad alta camino al hospital”, indicó Vidal, que leyó el informe a pedido de LA NACION.
Señaló, además, que “hay responsabilidad del Estado en los casos relacionados con las malas condiciones del entorno, pero también la conducta humana aumenta estos resultados graves”. Citó el consumo de drogas y alcohol entre las causas de estos hechos los fines de semana.
Alejandro Risso Vázquez, coordinador de la Unidad de Terapia Intensiva del Sanatorio Otamendi, también leyó el informe a pedido. “Gran parte de las lesiones se producen por no acatar las normas de seguridad, como son el uso de casco, respetar la velocidad establecida y el uso de cinturón. Eso está entre lo que más observamos en la atención de los pacientes que ingresan en la terapia intensiva”, dijo. Agregó que, en general, los pacientes que reciben “en las instituciones privadas por incidentes de tránsito son pacientes que tuvieron contacto con el sistema público de salud”.
Ambos coincidieron en llamar la atención sobre “datos importantes” ausentes en el informe oficial, como son la discapacidad permanente y el costo para la salud pública que generan estos siniestros.
En marzo pasado, ante las inquietantes cifras de lesiones y mortalidad en el tránsito, la Ciudad presentó un programa de seguridad vial, que incluye mejorar la demarcación de cruces y la señalización para peatones, restringir cuadras a vehículos motorizados en horarios clave y también reducir por zonas la velocidad máxima de circulación de 30 km/h. Asimismo, se contempla capacitar a 60.000 estudiantes de todos los niveles sobre temas viales.
LA NACION