Los lazos sociales son críticos para tener una vida longeva

Los lazos sociales son críticos para tener una vida longeva

Por Jane Brody
Los estudios siguen acumulándose, mostrando que la interacción social es de gran importancia para la buena salud y la longevidad.
Como informó el Harvard Women’s Health Watch, “docenas de estudios han demostrado que las personas que tienen relaciones satisfactorias con su familia, amigos y comunidad son más felices, tienen menos problemas de salud y viven más tiempo”.
En un estudio de 7 mil hombres y mujeres en California, iniciado en 1965, los investigadores encontraron que “las personas que estaban desconectadas de los demás tenían casi tres veces más probabilidades de morir durante el estudio de nueve años que las personas con fuertes lazos sociales”, relató John Robbins en su libro “Saludable a los 100”.
Esta diferencia importante en la supervivencia ocurrió sin importar la edad, género, prácticas de salud o estado de salud física de las personas. De hecho, los investigadores encontraron que “aquellos con lazos sociales estrechos y estilos de vida poco saludables en realidad vivían más tiempo que aquellos con pocos lazos sociales, pero hábitos de vida más saludables”, escribió Robbins.

Investigadores del Centro Médico de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, encontraron que los lazos sociales pueden reducir las muertes entre personas con condiciones médicas graves. Beverly H. Brummett y otros informaron en 2001 que de los adultos con cardiopatía isquémica, la tasa de mortalidad fue 2.4 veces mayor entre los socialmente aislados.
Las personas que carecen de contactos sociales son más propensas a experimentar niveles elevados de estrés e inflamación. Estos, a su vez, pueden mermar el bienestar de casi todos los sistemas corporales.
Ante la ausencia de interacciones sociales, se puede reducir el flujo de sangre a los órganos vitales y perjudicar la función inmune. Incluso la forma en que se expresan los genes puede resultar afectada, alterando la capacidad del cuerpo para reducir la inflamación. La inflamación crónica está relacionada con enfermedades del corazón, artritis, diabetes tipo 2 e incluso intentos de suicidio.
En un informe de 2010, investigadores de la Universidad de Texas, en Austin, citaron “evidencia consistente y convincente que vincula una baja cantidad o calidad en los lazos sociales con una serie de condiciones”, incluyendo el desarrollo y empeoramiento de enfermedades cardiovasculares, reincidencia de infartos, trastornos autoinmunes, hipertensión y cáncer.
La falta de interacciones sociales también daña la salud mental. El apoyo emocional que proporcionan las conexiones sociales puede fomentar “un sentido de importancia y propósito en la vida”, escribieron los investigadores de Texas.
Emma Seppala, del Centro Stanford para la Investigación y Educación de la Compasión y el Altruismo, y autora del libro “The Happiness Track”, de 2016, escribió: “Las personas que se sienten más conectadas con los demás tienen niveles más bajos de ansiedad y depresión”.
Entonces, no es suficiente enfocarte en comer tus verduras y hacer ejercicio. “No olvides conectarte”, aconseja Seppala.
CLARIN/THE NEW YORK TIMES