Jóvenes, pero clásicos: abogacía lidera las preferencias universitarias

Jóvenes, pero clásicos: abogacía lidera las preferencias universitarias

Por José María Costa
Abogacía, enfermería y psicología son las carreras que más eligen las mujeres de la Argentina. Ellos también coinciden con la primera opción, pero después prefieren ser administradores de empresas o contadores públicos. Ésos fueron los intereses de 904.328 ingresantes entre 2014 y 2015 que muestran los datos del Ministerio de Educación de la Nación a los que accedió LA NACION y que analizó junto con LN Data.
Los hombres representaron el 42% del total de ingresantes en las universidades públicas y el 43% en las privadas. Abogacía, administración de empresas, contador público nacional, computación e ingeniería en sistemas fueron las carreras con mayor número de inscriptos varones. Según un informe de la Secretaría de Políticas Universitarias, no hubo inscriptos en las carreras de auxiliar de la odontología e ingeniería en construcciones.
Así, las carreras vinculadas con las ciencias sociales y jurídicas fueron las elegidas por el 41% de los hombres. Les siguieron las relacionadas con la computación, la ingeniería y la arquitectura (25%); las asociadas con la salud (21%); las vinculadas con las artes y las humanidades (7%), con las ciencias duras (4%) y a otras (1%).

En el caso de las mujeres, las carreras que ocupan los primeros lugares son: abogacía, enfermería, psicología, contadora pública y administración de empresas. Tres de cada diez mujeres que empezaron la universidad eligieron alguna de ellas. Las restantes se repartieron entre las 150 ofertas vigentes.
Sin embargo, hubo dos carreras en las que no se inscribió ninguna: auxiliar de la odontología e ingeniería en construcciones, mientras que ingeniería en vías de comunicación tuvo una sola inscripta (y dos anotados) y agrimensura e ingeniería básica tuvieron dos ingresantes mujeres.
De esta manera, se puede ver que el 45% de las mujeres eligió carreras vinculadas con las ciencias sociales y jurídicas; el 34%, con el campo de la salud; el 8%, con las artes y las humanidades; el 7%, con la computación, la ingeniería y la arquitectura; el 4%, con las ciencias duras, y el 1%, con otras disciplinas.
“Según estudios de neurociencia, las mujeres tendrían más facilidad para identificar las emociones y pensamientos de los otros y responder a ellos con una emoción adecuada. Esta capacidad de «empatía» podría explicar por qué las mujeres eligen mayoritariamente carreras humanísticas”, señaló Paula Dubcovsky, del Servicio de Orientación al Estudiante de la Universidad de Belgrano (UB). Y agregó: “Los hombres parecen ser más racionales y tener más facilidad para procesar información abstracta. Éste podría ser uno de los motivos por los que muchos prefieren carreras vinculadas con el campo de las matemáticas y los negocios”, detalló la licenciada en psicología.
En los dos años analizados, 2014 y 2015, fue mayor el número de ingreso de mujeres que de hombres tanto en las universidades públicas (58%) como en las privadas (57%).

Intereses
En 2014 y 2015 fue mayor el crecimiento de los ingresos en las universidades públicas (4%) que en las privadas (1%). A pesar de que sólo uno de cada cuatro alumnos elige estas últimas instituciones, en algunas carreras la proporción de inscriptos es muy pareja. Sin embargo, en 14 disciplinas (teología, relaciones públicas, martillero público, diseño de interiores y relaciones institucionales, entre otras) es más marcada la cantidad de inscriptos en las privadas.
“Los planes de estudios entre universidades privadas y públicas son marcadamente diferentes. En el primer caso se debe atender a una formación general más amplia, en tanto que las propuestas de las segundas permiten acceder a una mayor amplitud de opciones específicas”, explicó a LA NACION Héctor Francisco Dama, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad del Salvador (USAL).
Dubcovsky señaló que en encuestas que se hicieron en la UB los estudiantes indicaron que eligen cursar una carrera en una universidad privada por los siguientes motivos:
Para evitar el Ciclo Básico Común (CBC), sobre todo, los estudiantes que no están empezando por primera vez la universidad o ya terminaron la secundaria hace algunos años.
Porque las clases son menos numerosas y eso les permite consultar al docente, encontrar dónde sentarse y escuchar la clase adecuadamente.
Por la atención personalizada de docentes.
En contraposición, la secretaria académica de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Catalina Nosiglia, consideró: “Las universidades estatales no sólo desarrollan enseñanza, sino que poseen una importante vinculación con el tejido socioproductivo a través de la extensión universitaria y, especialmente, de la investigación y producción de conocimiento. Aunque en los últimos años el sector privado está creciendo en su participación en el sistema universitario, la distribución sigue significativamente inclinada hacia el sector estatal a pesar de que el número de instituciones es similar”.
Sobre el bajo crecimiento de la matrícula en las universidades privadas, Dama explicó: “En los últimos 10 años se incrementó fuertemente la creación de nuevas universidades públicas en el Gran Buenos Aires y en todo el país, lo que generó un cambio determinante sobre la base de comparación en la variación de inscripciones”.
LA NACION