Ahora el CEO de Goldman Sachs también usa Twitter para bajar línea

Ahora el CEO de Goldman Sachs también usa Twitter para bajar línea

Por Martín Burbridge
Parafraseando al sabio griego Arquímedes, Donald Trump podría jactarse de decir “Denme 140 caracteres y moveré el mundo”. Porque seguramente el presidente de EEUU debe ser quien mejor ha sabido sacar provecho de su cuenta personal en Twitter, para influir en los mercados financieros y la opinión pública, siempre por supuesto, pensando en su propio beneficio.
Claramente, el magnate inmobiliario entendió a la perfección cómo comunicar con los votantes sin tener que pasar por los medios, algo que le sirvió (y mucho) durante la última campaña electoral. Porque además de conseguir prensa gratis (se ahorró millones de dólares en publicidad), también fue capaz de manejar la agenda de noticias a su antojo.
Y por más que a la mayoría del periodismo le disguste esta forma de comunicación directa, que prescinde de las conferencias de prensa y de las incómodas repreguntas de las entrevistas, la realidad muestra que los 140 caracteres han sido una muy poderosa herramienta en las manos de Trump. Y que de a poco está haciendo escuela en el sector financiero.
Justamente, su primer discípulo (o por lo menos se puede decir que se inspiró en él) es Lloyd Blankfein, CEO de Goldman Sachs y uno de los pesos más pesados que hoy existen en los mercados financieros internacionales.
Por más que su llegada a Twitter haya sido muy reciente (empezó a twittear a principios de junio), la realidad muestra que el ejecutivo domina muy bien el arte de los 140 caracteres. Porque siendo la cara visible de una de las mayores entidades de EE.UU. (de hecho, Goldman es el banco con la mayor ganancia de la historia), muy rápido entendió para qué le podía servir la red del pajarito azul a la compañía que él dirige.
“Durante la crisis financiera nadie sabía nada sobre Goldman Sachs. Y si esto ocurre de nuevo, no voy a permitir que se vuelva a generar un vacío respecto de lo que somos. Voy a tener… vamos a tener que comunicarle al mundo entero a qué nos dedicamos”, sostuvo Blankfein en una reciente entrevista con Jim Cramer, periodista estrella de la cadena de televisión CNBC.

Comunicación instantánea
Si una entrevista puede ser un buen medio para dar a conocer los puntos de vista del banco, hoy en día luce un poco anticuada frente a la inmediatez de las redes sociales. Y lo que se vio durante la crisis subprime es que la comunicación instantánea falló casi por completo dentro del sistema bancario estadounidense.
En primer lugar, por su tradición de mantener el perfil bajo respecto de sus actividades, pero también porque los altos ejecutivos no tuvieron los reflejos suficientes para entender lo importante que era contar su versión de lo que estaba sucediendo. El “relato” de la crisis quedó en manos de los medios, lo que confirmó lo poco conectados con los medios digitales que estaban estos ejecutivos. Hoy en cambio, Blankfein toma la posta de Twitter (al igual que Jamie Dimon, CEO de JP Morgan Chase, los dos únicos que mantienen esta gimnasia comunicacional) para defender su compañía, sus empleados y dar cuenta de su trabajo, como él mismo explicó.
Es probable que todo esto no hubiera ocurrido sin la experiencia de Donald Trump a través de su cuenta de Twitter. Los mercados financieros saben mejor que nadie el poder que tienen esos (muchas veces impredecibles) 140 caracteres del presidente. A fines del año pasado, Trump felicitó al grupo japonés Softbank por anunciar una inversión de u$s50.000 millones en EE.UU.: en las tres ruedas siguientes, la cotización de la acción creció un 12%. Pero también se dan casos en los que un comentario negativo tiró el valor de un papel hacia abajo.
Por más que la cuenta de Blankfein recién esté empezando (cuenta con 37.000 seguidores y solo posteó siete mensajes), en un escenario de mínima le sirve como estrategia defensiva. Mientras que en uno de máxima, le puede llegar a permitir marcar parte de la agenda financiera, y al mismo tiempo generar (un poco) de empatía con los contribuyentes, quienes en general tienen una imagen muy negativa de Goldman Sachs.
Por eso debe ser que el ejecutivo se dio el lujo de atacar al gobierno de Trump en algunos de sus mensajes. Cuando EE.UU. anunció que se retiraba del Acuerdo de París sobre el cambio climático, Blankfein twitteó que “La decisión de hoy es una derrota para el medio ambiente y para el liderazgo de EE.UU. en el mundo”. ¿Habrá leído este mensaje Donald Trump? Pero también ha posteado comentarios críticos sobre la política antiinmigración del gobierno y para defender a la comunidad LGBT, toda una novedad para uno de los principales CEO del sector financiero.
“Cuando se trate de algo que se encuentre dentro de mi área de competencias, podría llegar a comentar por ejemplo que sería muy, pero muy malo que el gobierno estadounidense declarara un default. Como que casi tengo la obligación de brindar mi expertise a la clase política”, afirmó en la entrevista. “Pero comento también cuando eso afecta la capacidad de nuestros empleados a cumplir con su trabajo, así como a ser profesionales eficientes”, agregó. Al igual que Trump, Blankfein quiere disponer de sus 140 caracteres diarios para mover un poco más el mundo a favor de Goldman Sachs. Sin embargo, a la luz de los hechos, no le hace falta Twitter para lograrlo.
EL CRONISTA