Adiós al potrero: ahora a los jugadores los eligen con software

Adiós al potrero: ahora a los jugadores los eligen con software

El uso del Big Data para tomar decisiones es cada vez más común en el fútbol después de haber triunfado en otras disciplinas deportivas. Los Houston Rockets de la NBA contrataron a un economista hace más de una década para que implantara un sistema de contrataciones basado en estadísticas y en detrimento de los legendarios “ojeadores” de potrero, un método ya utilizado en el béisbol y que se popularizó gracias al libro MoneyBall, de Michael Lewis. Lo mismo ha comenzado a ocurrir en el ámbito del fútbol
Salvador Carmona, cofundador de Origami Sports, consultora especializada en análisis de fútbol explica que que la analítica de datos “trata de cuantificar y recoger información sobre las variables que intervienen en el juego con el fin de tomar decisiones: el estado, su adecuación al estilo del entrenador, pases completados, pases entre líneas, etc. Se trata de convertir la información que va más allá de los goles, tarjetas o asistencias, en algo que sirva para mejorar en la faceta deportiva”.
La tecnología actual permite relevar, por ejemplo, todos los “disparos” que se producen durante un partido y les otorga un valor en función de lo clara que haya sido la oportunidad de gol. Es decir, tiene en cuenta la cercanía del arco, la posición del arquero o la situación del resto de jugadores, entre otras variables. De este modo, ofrece a equipos profesionales y DTs, una visión más definida y personalizada del rendimiento.

“Tratamos de aprovechar la información que normalmente pasa desapercibida”, indica Carmona, quien recalca que intentan “aportar mucho más que datos como los kilómetros recorridos, los mapas de calor o los pases completados. Es un scouting para jugadores todavía infravalorado en todas las ligas”. La principal diferencia del fútbol con otras disciplinas ya citadas es que se trata de “un deporte con posesiones infinitas y a reloj corrido, por lo que es más difícil de analizar por la cantidad de datos que genera. Un pase no es equiparable a una canasta”, apunta el especialista en Big Data.
El especialista destaca además que la inclusión de las cámaras en el campo permite no sólo analizar las jugadas en grupo, sino también las capacidades de cada futbolista de forma detallada: los sprints realizados, sus cambios de ritmo o los kilómetros recorridos. Así, se ayuda a conocer más a fondo a los jugadores para explotar al máximo sus capacidades en el terreno de juego y cuándo deben o no tomarse un descanso.
“La mayoría de las acciones en juego son pases, por ello tenemos en cuenta 11 parámetros predictivos para reducir incertidumbres y saber qué hace bien un jugador y qué no. Si realiza siete de ellos bien es que es interesante”, explica el analista. En estas variables se conjugan lo físico y lo técnico, luego entra en juego la subjetividad humana. “Para mí son más importantes los eventos con pelota, porque los esfuerzos físicos se pueden entrenar. Muchos jugadores tienen la velocidad de Messi, pero no su técnica”, añade.
El software en cuestión también ayuda a la toma de decisiones finales como la elección de un jugador para un puesto concreto o bien un club pregunta sobre varios jugadores y analiza cuál encaja más en su plantel, utilizando variables como presupuesto, plazas libres, cláusulas de rescisión etc.
EL CRONISTA