07 May Máxima velocidad: la Fórmula 1 apuesta al vértigo para recuperarse
Por Pablo Vignone
Autos más rápidos y agresivos, pilotos más exigidos, una competencia acaso más nivelada que en torneos anteriores. Eso es lo que promete la Fórmula 1 en esta renovada versión 2017, que desde este fin de semana en Australia girará alrededor del mundo para competir en cuatro continentes apretando 20 Grandes Premios en ocho meses exactos. Está por verse si todos los cambios alcanzan para recuperar el interés perdido en los últimos años, en los que por momentos la hegemonía del equipo Mercedes compitió con el tedio.
Con autos que pueden ser hasta 5 segundos por vuelta más veloces, que consumen menos neumáticos (con lo que habrá menos paradas en boxes) pero más combustible (con un tope de consumo de 105 kilos por carrera), quedan incógnitas por develar. “La Fórmula 1 todavía es excepcional -analiza Alain Prost, cuatro veces campeón mundial, a pedido de LA NACION-. Sigue siendo el pináculo de la competencia, la tecnología es increíble, los motores de 1000 HP son fabulosos, pero a veces hay que tener en cuenta qué espectáculo quiere la gente”. No está claro que estos coches vayan a pasarse más fácilmente en 2017 y, ni siquiera, si van a atraer a nuevos adeptos, aunque su misión original sea retener a los fanáticos históricos. “Los jóvenes en Europa no se apasionan por los autos. ¡ni siquiera los compran!”, asegura Prost.
Sin su campeón, Nico Rosberg; sin Bernie Ecclestone, el personaje que la modeló durante 45 años, la Fórmula 1 arranca con un favoritismo, el de Mercedes, mucho menos acentuado que en temporadas anteriores, con Ferrari y, en menor medida, Red Bull Racing, acechando. “Cuando cambian los reglamentos, las escuderías no saben realmente cómo están -señala Prost-. Un equipo siempre puede encontrar la mejor solución o algo nuevo, pero también cualquier apuesta puede funcionar. Por eso la Fórmula 1 es tan especial”.
LA NACION