12 Apr Una nueva droga para el colesterol podría proteger a pacientes cardíacos
El primer estudio riguroso que analizó una costosa droga nueva que reduce radicalmente los niveles de colesterol determinó que redujo significativamente la posibilidad de que pacientes de alto riesgo sufrieran un infarto o un derrame cerebral. Los convocados fueron personas que habían agotado todas las demás opciones.
Los resultados del estudio, que costó alrededor de US$ 1.000 millones y fue financiado por la empresa de biotecnología Amgen, fabricante de la droga, se publicaron el viernes en The New England Journal of Medicine.
La droga, Repatha, es lo que se denomina un inhibidor PCSK9 y puede hacer que el colesterol caiga hasta niveles casi nunca vistos naturalmente en adultos y tampoco en personas que toman estatinas para disminuirlo. La droga de Amgen y una similar, que venden las compañías competidoras Sanofi y Regeneron, fueron aprobadas por la Food and Drug Administration en 2015 con la esperanza —y el suspenso— de que disminuyeran el riesgo de ataques cardíacos y derrames cerebrales, y no solamente redujesen los niveles de colesterol LDL, que es el peligroso.
“Esto es como la época en que surgieron las estatinas”, dice el doctor Eugene Braunwald, cardiólogo de Harvard Medical School que fue el director fundador del grupo de investigación, aunque no participó de él como investigador.
Pero el costo va a ser un problema. Las estatinas se consiguen como genéricos baratos. Las drogas nuevas tienen un precio de lista de US$ 14.523 por año. “El próximo gran desafío es financiero: cómo pagarlas”, dice el Dr. David Maron, director de cardiología preventiva en la universidad de Stanford.
El doctor Harlan Krumholz, cardiólogo de la Universidad de Yale, coincidió en que dado el costo de la droga, los resultados plantean interrogantes acerca de cuál es su valor efectivo y quiénes deberían acceder a ella. Pero consideró al estudio “un examen de resultados consistentes” y dijo que “deberíamos celebrar” que la droga es capaz de reducir los riesgos.
El problema, afirmó, era que las expectativas se hubieran elevado tanto. “Hubo mucha arrogancia en relación con que poder bajar a 30 el LDL eliminaría las afecciones cardíacas”, dijo. Desde luego, no fue así. Alrededor de un 10% de los pacientes que estaban tomando la droga tuvieron un infarto o un derrame cerebral, o murieron debido a enfermedades cardíacas durante el test.
El estudio involucró a 27.564 hombres y mujeres. Un 80% ya había tenido un paro cardíaco y el resto había sufrido un derrame cerebral o había sentido dolor en las piernas y en los pies debido a estrechamiento de las arterias. Estaban tomando dosis óptimas de estatinas para bajar el colesterol, lo cual les permitía tener un LDL promedio de 92, claramente dentro del rango aceptable —LDL por debajo de 100— que se ha aconsejado para pacientes de alto riesgo.
Todos siguieron con sus estatinas, pero a la mitad se le indicó que se inyectara Repatha, conocida también como evolocumab, y al resto se le administró un placebo. Los que tomaban la droga nueva alcanzaron un LDL promedio de 30. Un cuarto de los participantes llegó a 19 de LDL o más bajo.
Los participantes del estudio que utilizaron la droga Amgen durante 2,2 años resultaron un 20% menos pasibles de morir por una cardiopatía, un infarto o un derrame cerebral . Y hubo una reducción de 15% en el riesgo combinado de tener un infarto o un derrame cerebral o morir de otra afección cardiovascular, ser hospitalizado por agravamiento de dolor torácico, o que se proceda a la colocación de un stent para expandir una arteria bloqueada.
Amgen estima que unos 11 millones de estadounidenses reúnen las condiciones para tomar la droga. Dicha cantidad incluye personas como las del estudio y personas con una afección genética, hipercolesterolemia familiar, que genera LDL alto incurable y riesgo severo de infarto cardíaco.
Los cardiólogos consideran que el estudio fue un test crucial para una hipótesis largamente sostenida: cuanto menor sea el nivel de colesterol en sangre, mejor.
Los resultados dan fundamento a esa hipótesis. No había límites aparentes para los beneficios de la disminución del colesterol, por lo menos a juzgar por los niveles sorprendentemente bajos logrados en el estudio.
El doctor Maron dijo que los resultados eran “increíblemente importantes”, y agregó: “El futuro se muestra más claro para pacientes con afecciones coronarias permanentes”.
Pero la doctora Rita Redberg, cardióloga de la Universidad de California en San Francisco, modera su entusiasmo y dice que le gustaría ver qué pasa con los índices de mortandad al cabo de un período de tiempo más largo.
CLARIN