23 Apr Signos y trampas de la mente
Por Carola Sainz
Pienso aceleradamente. Asisto a un Almuerzo del Zodíaco, divertidísimo, creado hace 21 años por una periodista gastronómica querida y respetada, Monona Molina, que nos dejó hace un mes, bajo el signo de Acuario. Susy Forte, la astróloga a cargo del encuentro acuariano, la recuerda con extremo cariño y rescata la originalidad de su propuesta. Asocio ideas: en un momento en que consultoras, empresas y marcas buscan ansiosamente contenidos para promocionarse, calculo el valor de esta iniciativa que el HotelInterContinental implementa desde 1995. Festejar cumpleaños con invitados del mismo signo: otro éxito en la trayectoria de esta periodista, ex mujer de Miguel Brascó, que también impuso la tradición de los ñoquis del 29, “sin haberla patentado”, como mencionan.
¿Qué dicen los astros sobre el año que comienza? ¿Queremos conocer nuestro ascendente? Susy lo resuelve casi, casi, como una cuestión matemática: “El zodíaco es el cielo: una franja imaginaria de 360 grados, dividida en doce partes o ángulos de 30°. En cada ángulo hay un signo. La Astrología es topocéntrica. Toma como centro la Tierra, que gira hacia el Este, en una rotación que demanda 24 horas. En el momento que nace una persona, se traza una línea recta hacia el Este Celeste, donde está ascendiendo una parte del cielo. El Ascendente es lo que aparece cuando nacemos. Cambia cada dos horas, ya que la Tierra gira sobre su eje y hay doce signos. Y como es la parte del cielo que se asoma, la llamamos la Casa 1. La Casa 1 es la Personalidad. Es cómo el mundo nos va a ver o cómo nosotros nos vamos a asomar al mundo: lo primero que vamos a mostrar. Para los griegos, la Personalidad significaba Máscara. Es como la entrada de una casa. Ofrece la primera impresión, que luego puede modificarse a medida que nos van conociendo”.
Pero, ¿esa personalidad externa, el Ascendente, es más importante que el signo solar? “No. Lo más notorio es el Sol -responde Susy-. Y ustedes son de Acuario porque en el momento en que nacieron el Sol estaba en Acuario. Y Acuario es un signo mental. Experto en pensar. Es el más inteligente del zodíaco. Tiene que aprender a bajar toda esa energía de la cabeza al corazón. Debe dejar esa cabeza enorme, esa mente, para sentir. Si pienso, no siento”, explica.
Entonces pienso. Comparo temas. Y recuerdo las trampas que, en general, puede tendernos la mente. Retomo lo que dijo Francisco Moreno Ocampo, director regional de TLEX Argentina, en diciembre pasado, durante el lanzamiento de Liderazgo Transformacional para la Excelencia, un seminario que brinda técnicas para trabajar en la mentalidad de las personas e inspirar líderes. Advierte Moreno Ocampo: -Una de las cosas que hace la mente es quedarse con lo negativo. Te pasan cinco cosas buenas y una mala y la conclusión es negativa: “¿por qué me sale todo mal?” Y no es así.Otra cosa que hace es generalizar: “Mi hijo nunca abre un libro”. “En este país todos son corruptos”. Podés ver esto. Nadie dice que no exista. Pero no hay que caer en esas generalizaciones.
-La mente suele quedar atascada en el pasado (”me trató mal”). Y no tiene en cuenta lo que pasa ahora. Mirar hacia atrás no permite ver el presente. También desconfía de lo positivo. Si alguien dice, “sos una persona muy capaz”, seguramente uno pregunte: “¿realmente es así?”.
-La mente duda. Da por sentado lo negativo. Además, pospone lo bueno. Tiende a hacerlo después: agradecer, felicitar a alguien, dar un mensaje positivo. Pero cuando se está enojado, no espera. Reaccioná inmediatamente. “Esta es una tendencia que hay que revertir. Hay que felicitar enseguida, agradecer. No dejarse llevar por la ira”, recomienda el director de este programa que ya se aplicado en 300 organizaciones, de 60 países, en 15 años.
¿Podremos cambiar realmente de mentalidad? ¿Controlar nuestra mente, desacelerarla? Dudo, pienso, luego existo.
CLARIN