Prohibido chequear los mails durante las vacaciones

Prohibido chequear los mails durante las vacaciones

Por Michael Alison Chandler
Tras diez años de trabajo en la misma empresa, Debra Woodfork tiene pensado tomarse todo mayo como “mes sabático”. Debra es gerenta de planificación en una asociación de abogados corporativos de la ciudad de Washington y ha decidido que su primer viaje internacional sea a Japón. Y para asegurarse de que vuelva renovada, su empleador piensa ayudarla suspendiendo temporariamente su cuenta de mail de la empresa. Aunque está muy entusiasmada con la posibilidad de embeberse de la cultura japonesa, Debra admite que dejar de chequear los mails puede llegar a ser difícil.
“Lo hago tan automáticamente que a veces ni me doy cuenta”, relata Debra. La política de vacaciones “libres de mails” es una de las medidas que están tomando los empleadores para contrarrestar el estrés del mundo laboral actual, en el que la tecnología hace posible que la gente responda mails de trabajo hasta bien entrada la noche y no bien sale de la cama a la mañana.
Para los gerentes que intentan enfrentar el problema de la sobrecarga laboral, las vacaciones de sus empleados son un punto para empezar a marcar los límites, según comenta Cassidy solis, especialista del programa de flexibilidad del espacio de trabajo de la sociedad para el Manejo de los Recursos humanos. “Mientras que la jornada laboral tiene límites difusos, las vacaciones son un concepto bien definido”, afirma solis.
Recientemente, la agrupación en la que trabaja solis reconoció a la Asociación de Consejos Corporativos con su premio When Work Works (“Cuando el trabajo funciona”), destinado a los empleadores que se destacan por promover el equilibrio entre la vida personal y la laboral.

También premió a Creative Plan Designs, una consultora de fondos de retiro de East Meadow, nueva York, que reenvía automáticamente a otros empleados los mails recibidos en la casilla del correo del personal de vacaciones, y también a la empresa tecnológica olark, de san Francisco, que les da un plus salarial de 1000 dólares a los empleados que pueden pasar al menos cinco días de vacaciones sin chequear sus mails de trabajo.
“Tratamos de que sea un estímulo positivo para ayudarlos a entender que está bien tomarse un descanso”, dice Karl Pawlewicz, vocero de olark en Brooklyn. Pawlewicz responde desde su lugar de vacaciones en Quebec y dice que sólo rompió las reglas de su empresa para contestar esta requisitoria periodística. Pero asegura que también está teniendo tiempo de hacer “un montonazo de cosas”.
Los estudios indican que tomarse un descanso del trabajo –y de los mails laborales– reduce los niveles de cansancio y agotamiento laboral. Los empleados que regresan descansados tienen un mejor desempeño en la resolución de problemas y en todas las tareas creativas. según los empleadores, ese tipo de políticas también sirve como herramienta de reclutamiento de personal y fomenta la permanencia de los empleados en las empresas. Algunas compañías europeas han sido pioneras en restringir el uso de la casilla de mails laborales fuera de las horas de trabajo. La automotriz alemana Daimler permite que sus empleados configuren sus cuentas de correo para que los mails recibidos se borren automáticamente cuando están de vacaciones. Y Volkswagen, también radicada en Alemania, programa sus servidores para que no envíen mails a sus empleados después de hora.
A partir de enero, la nueva legislación francesa les concedió a todos los empleados del país “el derecho a desconectarse”. La ley exige a las empresas con más de 50 empleados aplicar medidas que impidan que los mails de trabajo invadan el tiempo de ocio. Una de las propuestas es directamente bloquear los mails laborales a partir de las 18.
La ley es en respuesta a un estudio francés sobre la “info-obesidad” que detalla los efectos sobre la salud de la dependencia crónica de la tecnología. otro estudio de 2014 de la Universidad de Columbia Británica reveló que las personas que chequean frecuentemente sus mails durante el día manifiestan niveles más altos de estrés, ya que deben cambiar constantemente el foco de atención entre sus tareas y reevaluar todo el tiempo sus prioridades.
En Francia, las reacciones ante la nueva ley fueron de tenores muy diversos, y los defensores de los entornos laborales que favorecen la vida familiar advierten que la política “cero mails” fuera del horario de trabajo no resuelve la problemática de muchos empleados. Algunos, por ejemplo, tienen colegas de trabajo en otras zonas horarias, y muchos valoran la flexibilidad de trabajar de noche o durante los fines de semana si eso les da cierta liberad durante el horario laboral.
Ellen Ernst Kossek, profesora de la Escuela de negocios Krannert de la Universidad Pardue, asegura que sus investigaciones muestran que la gente quiere trabajar en horarios distintos y de formas distintas. “Tenemos que enseñarle a la gente a tener hábitos de mail saludables”, dice Kossek. Para lograrlo, es importante que empleadores y empleados decidan juntos cuál es el tiempo razonable para responder un mail o qué horarios son adecuados para hacerlo.
Veta Richardson, presidenta y directora ejecutiva de la Asociación de Consejos Corporativos, dice que desenchufarse por completo del trabajo durante un par de semanas la ayudó en un momento crítico de su vida. “Aprendí que, sin importar el cargo que uno ocupe, las cosas funcionan aunque uno no esté”, señala. “Es una lección que nunca olvido.” El año pasado, cuando empezó en su nuevo trabajo, impuso ese mismo beneficio a los más de 80 empleados a su cargo.
Entre quienes eligieron aprovechar este beneficio se encuentra Joshua shields, subeditor de la revista mensual de la asociación, que el año pasado se fue de vacaciones a Uruguay. según cuenta, el primer día de vacaciones fue con su novia a la playa y ahí mismo le propuso casamiento.
Catherine Moynihan, directora del departamento de legales, fue una de las primeras en desenchufarse, durante un viaje de dos semanas con su familia a Australia. Dice que lo hizo bajo presión de Veta Richardson.
“Al principio estaba muy nerviosa”, admite Catherine. “Me di cuenta de que tenía el reflejo físico de chequear los mails en cualquier momento.”
Catherine logró finalmente hacer buceo, visitar amigos de Melbourne y hasta avistar algunos canguros. “Realmente me permitió olvidarme del trabajo, sin que se cuele en mis sueños o en mis caminatas nocturnas”, comenta.
Las paredes de la sala de reuniones de la asociación están cubiertas de fotos de viajes tomadas por los empleados durante los últimos 15 años. hay fotos del Parque nacional de los Arcos, en Utah; de las cataratas Victoria, en Zambia, y de un mercado de pulgas, en Pekín.
Tiffany Alexander, editora en jefe de la revista de la asociación, también planea tomarse un mes sabático tras diez años de trabajo en la institución.
Tiffani quiere viajar a grecia para aprender más sobre su antigua historia. “Quiero ir a Atenas y pararme en el mismo lugar donde estuvo parada Cleopatra”, comenta. Luego, piensa sentarse en el estudio que tiene en su casa para concentrarse en la novela histórica que está escribiendo.
LA NACION/THE WASHINGTON POST