La historia del guernica de Picasso

La historia del guernica de Picasso

Por Ignacio Gutiérrez Zaldívar
Hace 80 años, Pablo Picasso, quien vivía en París y estaba ideológicamente comprometido con la Segunda República Española que peligraba en su gobierno ante los ataques del generalísimo Francisco Franco y sus aliados, recibió el encargo de una pintura. Se trataba de una obra que debería ser expuesta en la Exposición Internacional de París que iba a ser organizada por los partidos comunistas de Europa.
No había tema, ningún encargo especial, salvo una pintura para ser expuesta en el pabellón español de dicha feria internacional. Mientras el artista pensaba qué realizar para cumplir con el encargo, se produjo, el 26 de abril de 1937, un feroz bombardeo a Guernica, una pequeña cuidad del país vasco, que perpetrado en conjunto por la Legión Cóndor alemana y la aviación italiana.
El ataque terminó con la vida de 126 personas y las razones de semejante acto de guerra se debieron a que dicha ciudad estaba en manos de la República y había tres fábricas de armas en ella. A la postre, terminó siendo el disparador de la que ha sido catalogada como la obra más importante del Siglo XX.
Los primeros bocetos de esta creación los realizó el autor el 1º de mayo de 1937. Luego, y no conforme, continuó con otros 44 estudios y bocetos hasta que finalmente comenzó a pintar la obra de 349 x 777 cm que quedó finalizada el 4 de junio de dicho año. Por lo tanto, la obra le llevó a Picasso 35 días de creación. Se debe comprender que no cuenta el bombardeo a Guernica. No es una ilustración del mismo, sino es simplemente tomar dicha destrucción como símbolo del terror y la guerra que por esos años sufría su patria natal.

Una de las historias que más me conmueve alrededor de la obra tiene que ver con un momento en el que se presentó un jerarca nazi en el estudio de Picasso y le mostró una postal de la obra, preguntándole “¿Fue usted el que hizo esto?” ante lo cual el genial malagueño le contestó: “fueron ustedes”.
Picasso, inteligentemente refleja la realidad política de España en ese momento y la lucha de la República ante las fuerzas de Franco. De hecho, cuando este militar toma el poder en España, Picasso decide que la obra no irá a su patria hasta que acabe su gobierno. Por ese motivo, fue resguardada durante 30 años en el MOMA. Es decir, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Y desde hace ya varios años esta genial obra puede ser visitada y apreciada en el Museo Reina Sofía, un antiguo hospital que es hoy uno de los museos de arte moderno más importantes del mundo y que es visitado todos los años por tres millones de personas.
Diversas son las interpretaciones de la pintura que consta de seis personas y tres animales: toro, caballo y paloma. En este marco, durante los próximos seis meses se realizará en el Reina Sofía una muestra con 180 obras del artista. Estarán relacionadas a su obra cumbre y mucho se hablará de la interpretación de la misma y del simbolismo que cada uno de los personajes tiene.
La muerte, la guerra, la brutalidad y la oscuridad están presentes en esta obra en la que Picasso los muestra crudamente como si fuera una imagen en blanco y negro.
EL CRONISTA