Capetown, desde el cielo y la tierra

Capetown, desde el cielo y la tierra

Por Tomás Natiello
Desde el complejo portuario Victoria and Alfred Waterfront, corazón comercial y turístico de Ciudad el Cabo, lo que primero llama la atención son las montañas alineadas que parecen esconderse entre las nubes. La más famosa de todas es la Table Mountain (Cerro Mesa), de 1807 metros, que se erige soberbia a la vista de todos en un Parque Nacional que cuenta con 2285 especies de plantas. Descubrir entonces el panorama urbano desde la altura es una buena manera de comenzar a comunicarse con la excitante capital legislativa de Sudáfrica.
Si bien hasta la Table Mountain se puede arribar en auto, cuando no hay densa neblina lo mejor es tomar el teleférico. Desde allí se percibe la majestuosidad del continente africano hacia el norte, y hasta parte de la historia local con la silueta de la isla Robben -donde estuvo preso Nelson Mandela- en el noroeste. Pero las vistas también pueden alcanzar altura en interesantes recorridos en helicóptero (Empresa Civair, civair.co.za) que parten desde el Puerto de Victoria y Alfred. El Océano Atlántico, las playas desoladas y las bahías resguardadas empiezan entonces a ser objetos de deseo de lo que vendrá.
Ya de vuelta en tierra firme, lo primero es recorrer esta zona junto al mar, que posee 240 tiendas, 42 restaurantes y ocho pubs, además de los mejores hoteles de la ciudad. Entre ellos se destaca el afamado Cape Grace, sobre West Quay, y The Table Bay Hotel, junto al Victoria & Alfred Shopping y con la mayoría de sus 329 habitaciones mirando hacia el puerto. Merodeando, en un paseo por cualquiera de sus dos elegantes shoppings se consiguen delicados vinos sudafricanos, souvenirs, joyerías con diseños autóctonos, vestimenta y accesorios. Si la idea es comprar tallas de madera, máxima expresión del arte local, en The Waterfront Craft Market hay gran variedad de artesanías.

La recorrida debe completarse cerca de allí, en el casco antiguo, que no lo es tanto ya que se muestra como una amalgama de viejos y nuevos edificios. En el área es imperdible el Castillo Good Hope, que testimonia relatos claves de la época de la colonización inglesa. Por último, en el centro de la ciudad se eleva con personalidad el City Hall y sus campanarios, las casas del Parlamento y la Galería Nacional, cuya colección incluye arte africano y europeo. Entre los locales gastronómicos del área céntrica se destaca The Green Dolphin (Victoria and Alfred Arcade) con una excelente carta de vinos y, un poco más lejos, merecen conocerse Mama Africa (178 Long Street) y The Africa Café (108 Shortmarket Street), ambos famosos por el genuino sabor regional de sus platos y bebidas.
Por último, otra de las opciones que no podría obviarse en una estada en Capetown es el Steenberg Country Hotel, que muestra su aire señorial desde el corazón del valle de Constantia, a los pies de las montañas Steenberg. Se trata de la más antigua hacienda vitivinícola de toda la Península del Cabo, que actualmente, además de continuar produciendo grandes vinos, sumó a sus instalaciones un lujoso boutique hotel de 24 habitaciones distribuidas en tres construcciones y un campo de golf, al tiempo que transformó algunos de sus salones en increíbles restaurantes, todos famosos a nivel internacional. Distanciado sólo 20 minutos de la ciudad, el alojamiento invita a degustaciones de sus más exclusivas cosechas en el inmenso parque que bordea el campo de golf, junto al lobby.
Cuando de links se trata, los amantes del deporte no deben dejar de conocer el Western Cape Hotel, erigido sobre la orilla de una laguna que forma el río Bot, junto a la reserva natural de Kogelberg. Aparte de un campo de golf diseñado por Peter Matkovich el complejo cuenta con un completo centro de salud, instalaciones para conferencias totalmente equipadas y cuatro restaurantes, entre los que se destaca Gourmet.
EL CRONISTA