28 Mar Wayne Shaw: la increíble historia del arquero y su pastel de carne
Por Waldemar Iglesias
La FA Cup -el trofeo más tradicional de Inglaterra, la competición vigente más antigua del mundo, nacida en 1871- tiene mil historias de asombro en su recorrido. Sobre ella se escribieron libros diversos y dispersos, se filmaron películas, documentales varios. Hoy, ahora, esta temporada sucedió y está sucediendo un capítulo que no debería faltar en ninguna antología. El protagonista se llama Wayne Shaw y tiene varias aristas que parecen cuento o mentira o realismo mágico: tiene 45 años que cumplió en el último enero, se convirtió en arquero por casualidad, se hizo famoso porque a pesar de sus 116 kilos formó parte del plantel del Sutton United -equipo de la quinta categoría inglesa, semiamateur- que se coló en los octavos de final de la Copa frente al multiestelar Arsenal.
El lunes, con su cuerpo enorme, con su cara rosada de bares recorridos, se sentó en el banco de suplentes del Sutton. No es exageración: el mundo entero -al menos aquel que abraza al fútbol como una cuestión cotidiana- quería verlo ingresar a Shaw. Aunque sea un ratito. Quizá porque el hombre se transformó en el involuntario representante de tantos amateurs que sueñan con rozar la élite, con enfrentar a los ricos y famosos que la televisión muestra por el planeta. No hubo caso: Ross Worner -con el número uno en la espalda y una decorosa actuación en el campo de juego- fue el que atajó todo el partido, ese 0-2 que le dio la clasificación al Arsenal en el Gander Green Lane, el escenario del partido, inaugurado en 1912 y con capacidad para 5,013 espectadores.
De todos modos, Wayne volvió a ser el protagonista central del partido. No jugó, no hizo goles como Lucas Pérez o Theo Walcott, pero hubo un detalle que generó adhesiones iniciales y cuestionamientos luego. Cuando al partido le quedaba poco para terminar, el arquero suplente más famoso agarró una suerte de pastel de carne y papa -un pie- que tenía guardado y ante la vista de todos, le dio un mordisco con intensidad, con esas ganas propias de Charly en su visita a la fábrica de chocolate de Willy Wonka. La gente sonrió ante esa actitud inesperada en el ámbito profesional.
Su historia tiene detalles que encantan: en las inferiores del Southampton era compañero de ataque de Alan Shearer, se hizo arquero más tarde cuando faltaba uno, trabajó como heladero durante más de dos décadas y hasta cortó el césped en el club. Pero el idilio entre el superhéroe amateur y sus seguidores a la distancia ahora está bajo sospecha: su acción quedó relacionada con una casa de apuestas (Sun Bets, propiedad del diario The Sun), que pagaba 8 libras a 1 si Shaw se comía “un tentempié” durante el encuentro frente al Arsenal.
https://youtu.be/CDj_hNOaUls
Según señaló Sky Sports, el Sutton United le pidió al arquero que renunciara. Shaw aceptó. Ya no dormirá en esa cama en la que él apenas entraba, ahí, en las modestas instalaciones del Sutton. Su última escena como futbolista será esa: él y su pastel de carne y papa. Solos, en el banco, ante las cámaras.
La FA está investigando ahora la vinculación de los hechos y existe la posibilidad de que sancione al arquero. También la Comisión Gubernamental de Apuestas inició un sumario sobre la cuestión. Richard Watson, miembro de la Comisión, señaló en el diario Independent: “La integridad del deporte no es un juego. Investigaremos qué sucedió”. Shaw sugirió que se había vivido como una broma. Y ofreció su sencilla explicación: “No había comido nada en todo el día, fui a la cocina y me agarré mi pastel”. Después se lo comió. Para la historia de la FA Cup. Y para la polémica.
CLARÍN