29 Mar Revelan que al imperio azteca no lo exterminó la guerra, sino la salmonella
Más que las guerras y las invasiones, lo que exterminó a los pueblos originarios de México fue la salmonella, una bacteria transportada a América por los soldados del conquistador español Hernán Cortés en el siglo XVI. Eso es lo que revelaron estudios y análisis de ADN de los restos de algunas de las víctimas de esa civilización, realizados por Johannes Krause, del Instituto Max Planck de Jena, Alemania, y publicados en la revista científica bioRxiv.
Antes de la llegada de los europeos, América estaba poblada por grandes civilizaciones que fueron literalmente barridas en pocas décadas. Se sabe por las crónicas de los misioneros que la mayor parte de esos pueblos originarios desapareció en medio de guerras. Pero también que fueron víctimas de enfermedades que no eran conocidas hasta entonces y que hicieron estragos apenas llegaron al continente.
Cuando los hombres de Cortés desembarcaron en México en 1519, su población era de 25 millones de personas, pero un siglo después ese número cayó a poco más de un millón. La información surge de los mismo diarios escritos por misioneros jesuitas que llegaron al continente destrás de los conquistadores.
Una oleada de epidemias terribles, conocida localmente como “cocoliztli”, que se extendió incluso hasta lo que actualmente es Guatemala -entonces territorio maya-, causó millones de víctimas en las civilizaciones originarias. El peor golpe fue entre 1545 y 1576 con casi 17 millones de víctimas de la enfermedad. Los responsables de ese “exterminio”, se presumía, fueron el sarampión, la viruela y el tifus pero no se contaba, hasta ahora, con datos precisos para reconocer el rostro de la verdadera causa de muerte masiva de aztecas.
Un relevamiento de la Universidad de México había sugerido que la causa de las muertes había sido una fiebre viral hemorrágica. Pero esas conclusiones no contaron con el sostén de la comunidad científica. El asunto de la salud azteca había quedado suspendido en una especie de limbo hasta que aparecieran nuevos elementos probatorios.
Ahora, debido al análisis de los restos de 29 cuerpos de nativos que murieron entre 1545 y 1550, los investigadores descubrieron la novedad. Lentamente, y mediante un sofisticado sistema de análisis, buscaron en el ADN trazas de la enfermedad y los datos recogidos identificaron la presencia de secuencias genéticas de salmonella. Así de simple.
La bacteria produce una enfermedad conocida como salmonelosis, una enfermedad diarreica que da fie- bre y dolor de panza y que hoy se cura prácticamente sin tratamiento, pero que entonces logró ser devastadora y no encontró barreras de ningún tipo. Cuando se habla de gastroenterocolitis, muchas veces se trata en realidad de salmonelosis. Una minoría de pacientes puede experimentar consecuencias a largo plazo como son: dolor en las articulaciones, irritación en los ojos y dolor al orinar (ver aparte). Pero es una enfermedad que se cura prácticamente sin tratamiento. Muy distinto del pasado. Ahora, para tener mayores precisiones acerca de lo que paso con uno de los grandes imperio de la historia universal, los investigadores proponen ampliar la investigación genética sobre los cuerpos de las víctimas que se encuentran en otras regiones.
CLARÍN