23 Mar No sé cuánto me queda, sólo sé que no son tres años más
Por Manu Ginóbili
SaN ANTONIO.- Sé que muchos se quedaron con la frase ‘ya no me queda tanto’. Pero quiero aclarar que es algo lógico y que lo dije antes. No sé realmente cuánto me queda en la NBA, sólo sé que no son tres años más (NdR: cumplirá 40 años el 28 de julio). Y tampoco tengo claro realmente qué voy a hacer. Disfruto de lo que estoy viviendo. Todavía no llegué a un estado mental en el que mi humor se vea afectado por un buen o mal partido. Siento que mi rendimiento mejoró en un 80%, aunque no estoy en el punto que desearía. Sí hago todos mis esfuerzos, trato de jugar lo mejor que puedo; en algunas oportunidades sale y en otras no. Tengo un rol que me gusta, que me mantiene sano y en un equipo que, aún con altibajos, tiene un muy buen récord. Estoy bien, con gente que aprecio, así que mucho más no puedo pedir en este contexto.
El equipo me ayuda a alcanzar este estado. Aunque debo ser sincero: estamos en el mismo punto de irregularidad de hace un tiempito. Damos cuatro pasos para adelante y por momento damos tres para atrás. Pareciera que de a poquito vamos avanzando y después perdemos en casa con Portland, y vamos a Memphis, que es donde debíamos haber reaccionado o jugado nuestro mejor partido, y volvemos a jugar mal. Cuando sentimos que apretaba la situación, volvimos a jugar un poco mejor. Todavía no estamos en nuestro estado óptimo. Pero ojo, los demás parece que tampoco. Nosotros tenemos casi 60 partidos ganados… Pero es cierto: está la sensación de que no estamos jugando bien, de que no exprimimos al máximo el potencial que tenemos. Ahora bien, después miramos la tabla de posiciones y vemos que no es simple tener nuestro récord.
Es posible que todas estas sensaciones puedan verse potenciadas porque en 2014 mostramos una versión muy alta de nuestro básquet. Saber que podés llegar a algo así y que el año pasado alcanzamos 67 victorias con un equipo que lucía más consistente, puso la vara muy alta. Y es razonable, porque tenemos el equipo y el potencial para repetir cosas similares. Es verdad que a lo largo de 82 partidos hay altibajos. Quizá lo que pesa es que este año se dio más seguido. Pero atención, porque en 2016, con eso de las 67 victorias, después no pasamos la segunda instancia de playoffs. Este año no somos tan estables, es cierto, pero tal vez nos sirva para mejorar cuando sea necesario.
Me mencionaron un par de veces que se me ve hablando más en el banco de los suplentes con mis compañeros en los tiempos muertos. La verdad es que lo hago sin darme cuenta. Me parece que hago lo mismo que hace unos años y quizás ahora la cámara lo muestra un poco más. Definitivamente no es intencionado o impuesto. No hago un esfuerzo mayor en este sentido.
Muchas cosas que suceden ahora en el equipo no están en mi cabeza como algo que me propuse hacer. Algunos me preguntan si ocupo el lugar de líder que tenía Tim [Duncan] y la verdad es que no tengo idea, porque tampoco sé qué piensan mis compañeros sobre eso. Nadie me lo dice, no es que me vienen a preguntar cosas a mí cuando necesitan algo. Siento que conozco algunas cuestiones y me parece que hay momentos en los que es mejor que te hable un compañero a que lo haga tu entrenador. Y cuando con Tony [Parker] sentimos que es necesario ocuparnos de algo, lo encaramos con naturalidad.
Y en esa línea es que tomo ahora cada cosa y me permito disfrutar, por momentos, de cómo jugamos. Tenemos muchos talentos y en la segunda unidad tratamos de darle al equipo una energía distinta, intentamos ser más ágiles y versátiles. Encontramos también que David [Lee] es un jugador ideal para eso. Entiende muy bien el juego. Con Pau [Gasol] también nos pasa lo mismo. Con él como titular prácticamente no coincidíamos en el campo; ahora que juega más minutos en la segunda unidad, estamos conectando más. El equipo intenta superarse en cada juego.
Y en este último tiempo no sólo disfruté de mi equipo, sino que también de lo que pasó con Bahía Basket. No es tan fácil ponerlo en palabras, porque hay que saber cómo está formado ese equipo, el trabajo que hay detrás, el promedio de edad que tiene. Porque salvo Jamal [Levy], Antonhy Johnson y Pancho [Jasen], después son chicos los que juegan la mayor parte de los minutos. Con un presupuesto muy humilde, que se haya colado serie a serie, primero en la Liga Sudamericana y después en la de las Américas, es increíble. Va a pasar un poco desapercibido porque no ganaron ninguna de las dos finales, pero lo de Bahía Basket es un logro muy grande. Fueron de punto en todas las series y mostraron carácter para llegar a las definiciones. Estoy asombrado y feliz por lo que les pasa. Y el hecho de que estén Pepe [Sánchez], mi hermano [Sebastián], el Puma [Montecchia] y Pancho [Jasen], y que sea un equipo de mi ciudad, hace que esté más conectado
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