Martin McGuiness. De señor de la guerra del IRA a arquitecto clave de la paz en Irlanda del Norte

Martin McGuiness. De señor de la guerra del IRA a arquitecto clave de la paz en Irlanda del Norte

LFAST.- Martin McGuinness, el comandante del Ejército Republicano Irlandés (IRA) que dejó las armas para convertirse en un arquitecto clave de la paz en Irlanda del Norte, falleció ayer, a los 66 años, tras lo cual se sucedieron homenajes tanto de aliados como de sus antiguos enemigos.
El que fue la cara del republicanismo irlandés durante algunos de los peores momentos durante tres décadas de sangriento conflicto, en el que murieron más de 3600 personas, siguió siendo una figura odiada para muchos protestantes probritánicos hasta su muerte.
No obstante, logró un amplio respeto en Gran Bretaña e Irlanda al ocupar un rol fundamental para sellar el tratado de paz en el Acuerdo de Viernes Santo de 1998 y permitir que Irlanda del Norte volviera de a poco a la normalidad.
“Todavía sigo viva”, respondió sonriendo la reina Isabel II al interés de su interlocutor, McGuinness, que combatió a las tropas británicas y asesinó al primo de la monarca, lord Louis Mountbatten, al hacer estallar su barco de pesca. La escena del apretón de manos, captada por las cámaras, transcurrió en Belfast en junio de 2016, durante una visita de la reina, y no era el primer encuentro entre estos dos antiguos enemigos.
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Al igual que muchos católicos norirlandeses de su generación, James Martin Pacelli McGuinness se crió en medio de la violencia sectaria y desde temprana edad abrazó la causa de una Irlanda unida.
Nació el 23 de mayo de 1950 en la ciudad predominantemente católica de Derry, también conocida como Londonderry, y vivió en el barrio periférico rebelde de Bogside, que en 1969 formó parte del área republicana autoproclamada Free Derry (Derry Libre).
En la década del 70, McGuinness fue admitido como miembro del IRA, catalogado como una organización terrorista por el gobierno británico. Fue uno de los muchos jóvenes nacionalistas que se incorporaron al IRA después del despliegue de tropas británicas en Irlanda del Norte, lo que se consideraba una violenta represión al movimiento por los derechos civiles encabezado por nacionalistas irlandeses.
Cuando en Derry se produjo la matanza del Bloody Sunday (domingo sangriento), en enero de 1972, que se cobró la vida de 14 personas cuando soldados británicos abrieron fuego contra manifestantes defensores de los derechos civiles, McGuinness ya era el segundo jefe de las fuerzas del IRA en la ciudad.
Ese mismo año, voló en secreto a Londres, junto con otros dirigentes del IRA, para mantener, sin éxito, conversaciones con el gobierno británico. Al año siguiente fue condenado por delitos terroristas relacionados con la posesión de explosivos en la República de Irlanda y cumplió una breve pena de prisión.
En los años 80, McGuinness fue, junto con Gerry Adams, un arquitecto clave en el ascenso electoral del Sinn Fein, el brazo político del IRA, defendiendo la estrategia de usar las urnas junto a las armas.
Sin embargo, el mismo hombre al que un político calificó alguna vez como el “padrino de los padrinos” desempeñó un papel fundamental para persuadir al IRA de que anunciara un cese del fuego en 1994.
McGuinness fue en 1998 uno de los dos firmantes del Acuerdo de Viernes Santo, que apuntaló el proceso de paz en Irlanda del Norte y el reparto del poder político entre protestantes y católicos.
Luego llegó a disfrutar de una buena relación con quien, desde el otro lado de la barricada, aceptó la paz para la provincia británica, el reverendo unionista Ian Paisley. Formaban un dúo tan llamativo que fueron bautizados los “hermanos Chuckle”, como la pareja de cómicos ingleses.
En 2007 se convirtió en viceprimer ministro de Irlanda del Norte, puesto que ocupó durante una década con tres primeros ministros unionistas: Paisley, Peter Robinson y Arlene Foster. Renunció en enero, poco después de que se le diagnosticó una rara enfermedad cardíaca.
El ex primer ministro británico Tony Blair, quien negoció con McGuinness para forjar el acuerdo de paz, declaró: “Habrá quienes no puedan olvidar el amargo legado de la guerra. Y para quienes perdieron a seres queridos, eso es totalmente comprensible, pero quienes pudimos, al fin, lograr el acuerdo de paz de Irlanda del Norte sabemos que jamás lo habríamos logrado sin el liderazgo, el coraje de Martin y su fe inquebrantable de que el pasado no debe definir el futuro”.
Aún muchas víctimas del IRA no lo perdonan. El ex ministro británico Norman Tebbit, cuya esposa quedó paralítica a raíz de un atentado del IRA en un hotel de Brighton en 1984, expresó esperanzas en que McGuinness “esté sufriendo en un rincón particularmente caluroso e incómodo del infierno por el resto de la eternidad”.
La metamorfosis de McGuinness de guerrero a político fue impresionante.
“Aunque nunca podré perdonar el camino que tomó en la primera parte de su vida, Martin McGuinness jugó al final un papel decisivo al liderar al movimiento republicano lejos de la violencia”, dijo la primera ministra británica, Theresa May. “Al actuar así, hizo una contribución esencial e histórica al extraordinario viaje del conflicto a la paz de Irlanda del Norte”, agregó.
Agencias Reuters, AFP, AP y DPA/ LA NACIÓN