Manual para sobrevivir a la invasión de los muertos vivos

Manual para sobrevivir a la invasión de los muertos vivos

Por Hernán Ferreirós
En los últimos años, los zombis desplazaron a todos su rivales, incluidos los mucho más glamorosos vampiros, y se convirtieron en los monstruos más frecuentados por el cine, los cómics, las series de televisión, los videojuegos y hasta la literatura. Invasión zombie, el melodrama del año pasado del coreano Yeon Sang Ho acerca del vínculo de un padre con su hija en medio de un apocalipsis zombi, es la más reciente manifestación de este fenómeno en nuestra cartelera.
En la pantalla chica, la epidemia es total. A The Walking Dead, Fear The Walking Dead, Z Nation, iZombie, Stan Against Evil y Ash vs. Evil Dead (entre los títulos más recientes) se suma Santa Clarita Diet, la serie que hoy estrena Netflix. Allí, Drew Barrymore y Timothy Olyphant son una pareja de desarrolladores inmobiliarios que sufre un drástico cambio en sus apacibles existencias cuando uno de ellos empieza a experimentar ansias de comer carne humana.
Años atrás, la inclusión de escenas de antropofagia en una comedia de costumbres sobre la vida en los suburbios habría resultado un maridaje de géneros indigesto, sin embargo los zombis se volvieron un artefacto cultural tan extendido que su presencia, aun en los contextos más ajenos, ya no nos parece anómala, como prueba Orgullo prejuicio y zombies, novela y film exitosos que combinan a Jane Austen con muertos vivos.
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El efecto espejo
¿Por qué los zombis interpelan tan intensamente al público? Acaso porque en especial los zombis modernos -salidos de las películas del realizador George A. Romero- están tan vacíos de contenido que cualquiera puede proyectar en ellos sus propios terrores. Romero creó los primeros monstruos minimalistas del cine: un poco de maquillaje, unos harapos y una expresión tenebrosa alcanzaron para forjar una espanto imperecedero. Menos es más. Los zombis herederos de Romero no tienen identidad, historia, política ni deseo. Sólo tienen necesidad, hambre. No tienen razones, moral ni objetivos. Los zombis apenas son.
Como no es evidente qué son, necesitamos completarlos y darles sentido. La lectura más tradicional los presenta como una manifestación del temor a la desintegración del tejido social. La repentina aparición de zombis enseguida devuelve al mundo a un estado salvaje, sin otra ley que la del más fuerte.
Los zombis son agentes del caos, de la entropía; destruyen cualquier orden que se les ponga enfrente, desde el de la sociedad capitalista liberal, donde suelen aparecer, hasta el dictatorial o comunitario bajo en el que viven los (efímeros) sobrevivientes. Pero ese gran poder evocativo y simbólico no los agota.
Los zombis han sido descifrados de muchas otras maneras. El debut de Romero, La noche de los muertos vivientes (1968), fue visto originalmente como una aparición metafórica de los horrores de la guerra de Vietnam. También como una puesta en escena grotesca del propio capitalismo que, en su voracidad insaciable, agota todo a su paso o de las masas alienadas por el consumo (en especial luego de que Romero instalara Amanecer de los muertos, la secuela de su debut, en un shopping center). Claro que también están quienes prefieren verlos más literalmente, como el material mismo del que están hechas las pesadillas: una fuerza imparable que persigue sin detenerse jamás.
Así como un zombi no es ni representa una única cosa, tampoco hay un único tipo de zombi. Romero no fue el creador del monstruo ni el último en imprimirle variaciones. A continuación, una guía arbitraria y parcial sobre los zombis que nos muestran el cine y la televisión, que acaso sirva para entender de dónde vienen, en qué se están convirtiendo y, por las dudas, cómo enfrentarlos.

Haitiano
Origen: La palabra y el concepto zombi provienen del folklore de Haití y que fue moldeado por los esclavos traídos del África. Este zombi rural es muy distinto del monstruo urbano en avanzado estado de descomposición que conocemos: es el sirviente de un sacerdote vudú, quien utiliza la magia negra para volver a un muerto a la vida y mantenerlo bajo su control o para controlar a un vivo. A nivel metafórico, el zombi se vincula con la historia de Haití como país formado por esclavos insurrectos. La principal diferencia entre estos zombis y los que estarían por venir está justamente en el control: estos zombis son un objeto de poder, esclavos sometidos a la voluntad de un brujo, mientras que los otros no tienen control alguno, son una pandemia imposible de contener. Los primeros zombis del cine, aparecidos en el film White Zombie con Bela Lugosi, vienen de esta tradición.
¿Viven? A veces, algunos llegan a recuperarse.
Dieta: No comen. Forzarlos a ingerir sal puede terminar con el embrujo.
Cómo enfrentarlos: No suelen tener capacidades sobrenaturales, aunque son inmunes al dolor y a la compasión. Obedecen ciegamente a sus amos. La manera más efectiva de frenar a estos zombis es neutralizar a quien los controla o romper la nigromancia que los tiene cautivos.
Dónde encontrarlos: White Zombi (Victor Halperin, 1932); Yo caminé con un zombi (Jacques Tourneur, 1943).

Moderno
Origen: Creación de George Romero, probablemente inspirado en las historietas de terror de EC Comics como Cuentos de la cripta y la novela de Richard Matheson Soy leyenda, que narra la conversión de la población mundial, tras una guerra bacteriológica, en una raza de muertos vivientes similares a los vampiros. Desde Drácula de Bram Stoker y Frankestein de Mary Shelley, la literatura es un amplio panteón de no-muertos. Los resucitados o los personajes suspendidos entre la vida y la muerte son habituales en la imaginación gótica de Edgar Allan Poe. Más cerca de la ciencia ficción que de lo sobrenatural, H.P. Lovecraft creó a Herbert West, científico dedicado a la reanimación de cadáveres. Los zombis de Romero pertenecen a esta tradición, antes que a la haitiana.
¿Viven? No. Los zombis romerianos son cadáveres animados. Tras su resurrección no vuelven a ser quienes fueron en su vida, sino que son recipientes vacíos, sin memoria, lenguaje u otras características humanas. Hay quien ve en esta condición una concepción dualista de la humanidad: estos zombis han sido abandonados por el espíritu y lo que queda son sólo restos mortales, movidos por espasmos que no pasan de una imitación grosera de la vida. Sus conductas son animales y cada uno de ellos es indistinguible del resto de su manada. El realizador siempre fue esquivo respecto a la razón de las resurrecciones. En su primer film se comenta vagamente la explosión de una sonda espacial en la atmósfera terrestre. En sucesivas versiones del mito, aparecen derrames radioactivos o mutaciones de virus de laboratorio, pero ninguna es una explicación concluyente o demasiado importante para la trama.
Dieta: Es proteica: sólo comen carne humana. Los zombis romerianos son antropófagos pero no caníbales: no consumen a los propios. A medida que el mito fue creciendo sus hábitos alimenticios también se sofisticaron, al punto de que algunos zombis gourmets no prueban otra cosa que la más delicada especialidad para el paladar del muerto viviente: el cerebro humano.
Cómo enfrentarlos: El zombi moderno es muy difícil de frenar. Dado que su biología está sostenida por el sistema motor, órganos como el corazón o los pulmones se vuelven redundantes y un daño brutal a cualquiera de ellos no los detiene. Encerrarlos o encadenarlos puede ser una solución temporaria, que eventualmente termina con un humano devorado. Una buena porción del cast de los films de zombis suele ser engullida antes de que alguien se dé cuenta de que para pararlos hay que destruir su cerebro. The Walking Dead descubrió que embadurnarse en sangre de zombi puede ser un camuflaje efectivo. En Zombieland (Ruben Fleisher, 2009) se repasa una lista consejos de supervivencia (“siempre revisa el asiento trasero”) que se revelan provechosos.
Dónde encontrarlos: La noche de los muertos vivientes (George Romero, 1968), sus secuelas (Amanecer de los muertos, Día de los muertos, Tierra de los muertos) y sus rebooteos (La noche de los muertos vivientes, Tom Savini, 1990), Shaun of the Dead (Edgar Wright, 2004), The Walking Dead (Serie de TV creada por Frank Darabont y Robert Kirkman, 2010).

Rápido
Origen: El zombi de Romero tiene una limitación, que lo hace más siniestro, pero menos efectivo: se mueve a la velocidad de un anciano en la cola del supermercado. El upgrade que necesitaba llegó con la comedia de Dan O’Bannon El regreso de los muertos vivientes (1985): esta película presentó al zombi que puede correr. Desde la exitosa 28 días después (2002) de Danny Boyle, éste se convirtió en el zombi más frecuente. Cuando no hay humanos en su rango olfativo, el zombi rápido permanece estático, para empezar moverse de modo frenético apenas detecta su alimento. En estos casos, la epidemia zombi suele ser confundida inicialmente con un brote de rabia.
¿Viven? No.
Dieta: Carne humana.
Cómo enfrentarlos: El zombi rápido es el más peligroso de todos, no sólo porque nunca se cansa, sino porque todo en su biología parece suceder de modo acelerado, incluida su transformación. En Guerra Mundial Z (Marc Foster, 2013), un individuo mordido tarda apenas 12 segundos en zombificarse, de modo que en cuestión de horas pueden convertir a todo un país. La única forma de detenerlos es el tiro en la cabeza, aunque la mejor estrategia es intentar no ser detectado.
Dónde encontrarlos:El regreso de los muertos vivientes y sus infinitas e indigeribles secuelas, Muertos de miedo (Peter Jackson, 1994), 28 días después, Resident Evil (Paul W. Anderson, 2002) y sus secuelas. Amanecer de los muertos (Zack Snyder, 2004), Soy leyenda (Francis Lawrence, 2007), Planet Terror (Robert Rodriguez, 2007), Dead Set (serie de TV creada por Charlie Brooker, 2008),Guerra Mundial Z, Invasión Zombie.

Metafísico
Origen: El zombi moderno es puramente tecnológico: su nebuloso origen está vinculado a la radiación, a una vacuna que falla, a una bacteria de diseño, o al intento voluntario de usar las herramientas de la ciencia para traer personas de la muerte. Sin embargo, a pesar de este planteo estrictamente materialista, el zombi parece ser una prueba de la naturaleza dual del hombre: serían cuerpos reanimados sin alma. En consecuencia, es estrictamente lógico que aparezcan almas sin cuerpo o otras entidades metafísicas como demonios, poltergeist, espíritus en pena, etc. que puedan tomar posesión de muertos y volverlos a la vida. De acuerdo a la fuerza sobrenatural presente, cambiarán sus facultades y fines: algunos buscan restitución, venganza, otros simplemente destruir a los vivos.
¿Viven? No. Si el huésped está vivo, se trata de una posesión tradicional.
Dieta: Almas humanas.
Cómo enfrentarlos: En este caso, el zombi es el huésped de una entidad sobrenatural, de modo que será necesario algún tipo de exorcismo o ritual paranormal que expulse o anule a aquello que anima al cadáver.
Dónde encontrarlos:Miedo en la ciudad de los muertos vivientes (Lucio Fulci, 1980), Posesión infernal (Sam Raimi, 1981) y sus secuelas. REC (Jaume Balauguero, 2007) y sus secuelas.

Inteligente
Origen: El germen del zombi inteligente ya está en Romero, cuyas criaturas carentes de toda interioridad empiezan a desarrollar un primitivo uso de herramientas y algunas conductas sociales. En la proliferación de films, sufrieron saltos evolutivos que les fueron restituyendo todo lo que Romero les quitó. Así, de ser una fuerza que sólo puede avanzar y destruir, empezaron a formar comunidades y a crear un lenguaje. En los últimos años, recuperaron la inteligencia que tenían en vida, como se ve en las series iZombie (2015) o Santa Clarita Diet (2017). En la venidera The Girl with All the Gifts su coeficiente intelectual supera al de los humanos.
¿Viven? Debatible. La conclusión suele ser que los zombis inteligentes son una forma de vida no humana. La idea fue planteada por Matheson en la novela citada, que concluye con la raza de resucitados tomando la posta de la humanidad: el narrador humano pertenece al mundo del pasado, de ahí el título. Un final lógico de toda saga de zombis: son imparables, en consecuencia, son lo que viene a reemplazarnos.
Dieta: Omnívoros. La piècede résistance de su menú sigue siendo la carne humana, pero, como son capaces de desarrollar vínculos afectivos y tienen voluntad, a veces prefieren un animal antes que un vecino.
Cómo enfrentarlos: No hay resistencia posible ya que son superiores, aunque no suelen darse en hordas sino de modo individual y en caso excepcionales.
Dónde encontrarlos: In the Flesh (serie creada por Dominic Mitchell, 2013), Warm Bodies (Jonathan Levin, 2013), iZombie, The Girl with All the Gifts, Santa Clarita Diet.
LA NACION