La Copa del Mundo ampliada generará dinero, pero será más aburrida

La Copa del Mundo ampliada generará dinero, pero será más aburrida

Por Simon Kuper
Por el bien del juego. Así es el lema de la FIFA. Pero la decisión de la autoridad del fútbol mundial de ampliar la Copa Mundial a 48 equipos en 2026 es mala. De hecho, es un ejemplo perfecto del conflicto entre los intereses de la FIFA y los de los aficionados neutrales. La FIFA ganará más dinero y Gianni Infantino, su presidente, puede esperar que las agradecidas federaciones asiáticas y africanas lo reelijan en 2019. Pero incluso la mayoría de los aficionados asiáticos y africanos sufrirán mientras el principal torneo del fútbol se desliza hacia la mediocridad como resultado de esta decisión.
Cuando se trata de la Copa Mundial, para utilizar la frase del escritor Kingsley Amis, más es peor. En 1978, la Copa del Mundo tenía sólo 16 equipos. Desde entonces, se ha permitido la participación de equipos cada vez más débiles. La mayoría de estos equipos vienen al torneo a jugar a la defensiva y cometer faltas. Para los aficionados, es como ver a alguien intentar estacionar un autobús durante 90 minutos. Los conocedores de estas cuestiones consideran el partido Ucrania-Suiza en Colonia en 2006 (sin goles hasta la tanda de penales) el punto más bajo de los 10.000 años de civilización humana, aunque Paraguay-Japón en Pretoria en 2010 (cuando los goles no sólo estuvieron ausentes, sino que eran inconcebibles) es otro candidato.
La Eurocopa 2016 muestra lo que sucede cuando los torneos internacionales se amplían, en el caso de la Eurocopa, de 16 equipos a 24. Los equipos débiles jugaron a la defensiva y el promedio de goles por partido disminuyó a 2,12, la cifra más baja en 20 años.
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África envió cinco equipos a la Copa del Mundo de 2014, Asia sólo cuatro. Los habitantes de estos enormes continentes podrían argumentar que merecen más, pero no es así. Ninguno de los cuatro equipos de Asia llegó siquiera a la segunda ronda y el cliché de que un país africano ganará “algún día” la Copa del Mundo hace tiempo ha sido descartado.
Europa Occidental tiene sólo el 6% de la población mundial, pero sus equipos han logrado ocho de las nueve plazas del podio (primera, segunda o tercera) en las últimas tres Copas del Mundo. En 2014, el resto del mundo produjo sólo un equipo que pudo competir con ellos: la Argentina de Lionel Messi. Para los otros 16 equipos mediocres que calificarán a la competencia de 2026, lo más destacado serán los meses de emocionante anticipación antes de que comience el torneo. Su ambición será lograr empates de 0-0.
La mayoría de los juegos de primera ronda en las Copas del Mundo de 32 equipos son de menor calidad que los partidos de las ligas española, inglesa, italiana y de Campeones que los televidentes de todo el mundo están acostumbrados a ver. A partir de 2026 tendrán que ver 16 grupos de tres equipos antes de las rondas eliminatorias.
“Nada estimula más el fútbol en un país que participar en una Copa del Mundo”, dice Infantino. Pero no si se trata de una aburrida Copa del Mundo carente de prestigio.
Los espectadores – quienes ya no ven tantos deportes en vivo, quizás atraídos por los medios de comunicación social – pueden acostumbrarse a ver las Copas del Mundo sólo desde la fase eliminatoria. Y muy pocos países tendrán suficientes estadios para albergar estos eventos masivos.
En un mundo cuerdo, al cual el fútbol internacional no pertenece, China o EEUU serán los anfitriones en 2026.
La FIFA considera que el torneo ampliado generará u$s1000 millones adicionales de ingresos por las televisoras, los patrocinadores y la venta de boletos, que se sumarán a los u$s 5500 millones que se esperan de la Copa del Mundo en Rusia el próximo año. Mucho de ese dinero se destinará a las 211 federaciones nacionales y parte del mismo, si nos guiamos por la historia, a las cuentas bancarias personales de los presidentes de las federaciones. Por supuesto, el consejo de administración de la FIFA votó a favor de la ampliación: son como niños chiquitos que votan por la Navidad. No parece importarles que una Copa del Mundo con más equipos equivalga a una Copa del Mundo de menor calidad.
EL CRONISTA