20 Jan Siete políticas de la nueva administración que pueden cambiar a los Estados Unidos
Por Barney Jopson, Daniel Dombey, Shawn Donnan y Demetri Sevastopulo
El nuevo presidente prometió deshacerse de algunos de los distintivos logros de Barack Obama, incluyendo el “Obamacare” y las medidas relacionadas con el cambio climático. También quiere lanzar enormes iniciativas en materia de impuestos e infraestructura, y moldear la Corte Suprema designando al menos un juez.
Además, en el frente externo, prometió acabar con el acuerdo nuclear con Irán y cambiar profundamente las relaciones de EE.UU. con China, Rusia y la Unión Europea (UE).
Existe un sinnúmero de cosas que Trump puede hacer con sus poderes ejecutivos, pero necesitará votos de los demócratas para pasar legislación clave a través del Congreso. El presidente entrante también tendrá que llegar a acuerdos con los republicanos cuyas preferencias no están totalmente alineadas con sus propias ideas.
A continuación se encuentran siete áreas en las cuales las políticas estadounidenses pudieran cambiar significativamente bajo el nuevo presidente.
Comercio
Trump se opuso al Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) que el presidente Obama concluyó con Japón y otras 10 economías del mundo, y exigió cambios fundamentales al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con México y Canadá. Los funcionarios entrantes anunciaron que impulsarán una renegociación del TLCAN, que ha estado en vigencia durante más de dos décadas, como su primera prioridad.
Trump también puede dar inicio a una guerra comercial con China, un país al que acusó de manipular su moneda y al cual amenazó con la imposición de aranceles punitivos. Como presidente, tiene la potestad de realizar significativos cambios en la política comercial sin la aprobación del Congreso.
Política exterior
El nuevo presidente causó preocupación respecto a un cambio importante en la política de China diciendo que puede reexaminar el apoyo de EE.UU. a la política de “Una sola China” que ha estado en existencia durante casi cuatro décadas y que está diseñada para reducir las tensiones en relación a Taiwán, una provincia que China considera en rebeldía.
Trump declaró también que sería receptivo a que Japón y Corea del Sur desarrollen arsenales nucleares, una posibilidad que encendió las alarmas.
El presidente electo también señaló que el acuerdo de Obama con Irán, que busca impedir que la República Islámica obtenga armas nucleares, sería desmantelado o al menos reestructurado, aunque parte de su equipo ha adoptado una postura menos agresiva.
Trump también cuestionó los compromisos de los tratados estadounidenses con los aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que no pagan sus propios gastos y, a la vez, indicó la posibilidad de una relación mucho más estrecha con Vladimir Putin, el presidente de Rusia. Sin ir más lejos, esta semana, Trump sorprendió a los europeos al calificar a la OTAN como “obsoleta” y descartó a la UE como un “vehículo para Alemania”, además de clasificar a la canciller alemana Angela Merkel junto con el presidente Putin como un aliado potencialmente problemático.
Plan de asistencia médica
Una prioridad para el nuevo presidente es desechar las reformas de asistencia médica de Obama, las que Trump tilda de “completo y total desastre”. Prometió que la legislación será reemplazada por nuevas medidas con los cambios a producirse en un futuro cercano, al mismo tiempo que se deroga la ley vigente.
Algunos temerosos congresistas republicanos se preocupan de que un gran número de personas pierdan su seguro de salud existente. Tanto por razones de procedimiento como sustanciales, es mucho más fácil aprobar una legislación para revocar el “Obamacare” que acordar medidas para reemplazarlo.
Política fiscal
El nuevo presidente prometió la mayor revolución fiscal desde Ronald Reagan, comprometiéndose a desencadenar el crecimiento económico mediante la reducción de impuestos en general. Él asegura que ninguna empresa estadounidense pagará más del 15% de sus ganancias en impuestos, en comparación con un máximo actual del 35%.
Para traer de vuelta al país o repatriar u$s 1,2 billones de ganancias en el extranjero en poder de compañías no financieras estadounidenses, Trump también propuso un “impuesto de transición” del 10% sobre todas las ganancias en el extranjero.
Corte Suprema de Justicia
Para muchos activistas políticos en Estados Unidos esto pudiera ser la mayor consecuencia a largo plazo de la victoria de Donald Trump. Actualmente, la Corte Suprema está dividida entre cuatro jueces conservadores y cuatro liberales, con una vacante. Trump ahora tiene la oportunidad de nombrar un juez para restaurar una mayoría conservadora extraoficial. Y como algunos de los jueces liberales son de relativa edad avanzada, es probable que el nuevo presidente también tenga la oportunidad de inclinar el equilibrio del tribunal todavía más hacia la derecha antes de dejar el cargo.
Inmigración
Éste es el tema que provocó la mayoría de las intensas emociones durante la campaña, y Trump se aferró a la promesa de construir un muro en la frontera con México. sin embargo, “diluyó” otras promesas como su llamado a prohibir la inmigración musulmana y la deportación de once millones de inmigrantes no autorizados.
Algunos activistas ponen de relieve la incertidumbre que enfrentan 740.000 inmigrantes no autorizados que llegaron ilegalmente a Estados Unidos como niños y se identificaron bajo un programa del presidente Obama que buscaba eliminar la amenaza de deportación. Trump pudiera deshacerse de él con solamente una firma.
Cambio climático
Un escéptico del cambio climático tomará el control de la Casa Blanca y reemplazará a un presidente que buscó convertir las medidas para abordar el problema en parte de su legado.
Trump una vez calificó al calentamiento global como un engaño inventado por China. Más recientemente, comentó que era “una gran estafa para que mucha gente ganara mucho dinero”. Sobre la evidencia científica, declaró: “Todavía mantengo mi mente abierta. Nadie sabe realmente”.
El nuevo presidente prometió “cancelar” el acuerdo climático de París, al cual ningún país unilateralmente puede poner fin. E indicó que detendría todos los pagos estadounidenses para los programas climáticos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y que desea acabar con la iniciativa del presidente Obama de reducir las emisiones de carbono de las centrales eléctricas.
EL CRONISTA