Diez referentes de nuestro cine eligen cuál es la película que los hizo felices

Diez referentes de nuestro cine eligen cuál es la película que los hizo felices

Por Luján Francos
¿Es el cine una máquina de la felicidad? Cualquier cinéfilo diría que sí: más allá de la película hay algo trascendental en descubrir una historia en la oscuridad junto a extraños que comparten nuestro entusiasmo por tal ceremonia. Y la felicidad es completa, rotunda, si tenemos la buena fortuna de asistir a la proyección de una de esas películas que sabemos -incluso antes de terminar de verlas- que nos cambiarán la vida.
Eso no ocurre necesariamente con las mejores películas: a veces lo que es perfecto es el momento en que las descubrimos, no necesariamente la obra en sí misma. Pero cuando ocurre esa magia, algo de la película queda unido inextricablemente con nuestra historia. Así esa película se vuelve una máquina del tiempo emocional, con la que podemos volver atrás y recuperar un momento completo de nuestra existencia con sólo volver a verla.
La lista de esas películas que nos cambiaron, que nos hicieron emocionar, sin embargo, suele ser muy personal. O quizá sólo creemos que es así, y hay muchos otros que comparten nuestro top 10. Con la excusa de la edición de 50 películas para ser feliz (Paidós), del crítico Leonardo M. D’Espósito, diez figuras de nuestro cine eligieron un largometraje que cumple esa privilegiada función en su historia. Como para comparar, sorprenderse y descubrir.
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1 – Juan José Campanella
¡Qué bello es vivir!
Frank Capra, 1946
La película que a mí me hizo más feliz como espectador, la mejor película que vi en mi vida, es ¡Qué bello es vivir!, de Capra. La vi más de cien veces. Es una película que va directamente al hueso de para qué vivimos, para qué estamos aquí, de cuál es el objetivo de la vida. Creo que es la película que mejor lo responde. Además de ser la mejor dramatización del mito de Sísifo. Es una película que te da fuerzas para seguir adelante. Es una película que genera muchísima felicidad, además de contener el final más feliz de la historia del cine.

2 – Norma Aleandro
Fanny & Alexander
Ingmar Bergman, 1982
Vi Fanny &Alexander muchísimas veces. Me parece un ejemplo de maravilla de cómo llevar un libro muy complejo al cine, tanto la dirección como las actuaciones son brillantes. Tanto El acorazado Potemkin como Iván, el terrible y La conspiración de los boyardos, además de ser películas geniales con esos maravillosos actores rusos, me traen el recuerdo del Lorraine, donde se daban películas europeas. Al terminar la función nos íbamos a charlar sobre la película, sobre lo que habíamos visto y lo que nos había pasado con ellas, era la costumbre en esa época.

3 – Santiago Mitre
Pacto de sangre
Billy Wilder, 1944
La idea de felicidad en relación a una película es difícil de interpretar. Sí se me ocurren muchas películas que me gustaron, y que creo que todavía son de mis preferidas. En general, a los films que me hacen feliz -por decirlo de alguna manera- los vi muchas veces. Uno es Pacto de sangre, de Wilder: me pareció de una perfección tal que salí como anonadado y tuve que volver a verla muchas veces a lo largo de mi vida. Tiene una narrativa muy clásica, pero algunos procedimientos muy modernos también. Tiene todo lo que me gusta a mí en una película.

4 – Valeria Bertuccelli
La fiesta inolvidable, de Blake Edwards
Blake Edwards, 1968
La película que me hizo más feliz como espectadora es La fiesta inolvidable. Es la película que más me hizo reír en el mundo y que me sigue haciendo reír aun hoy como ninguna otra. Y si hay un personaje con el cual me siento absolutamente identificada es con el que interpreta Peter Sellers. Es un actor que amo por sobre todos los otros. Todo lo que hizo me enloquece. Desde el jardín, de Hal Ashby, también me parece una película memorable. Las grandes películas, con grandes actores, ¡brillan para siempre!

5 – Adrián Caetano
Crónica de un niño solo, dirigida por Leonardo Favio
Leonardo Favio, 1965
La vi a los 17 años, cuando recién empezaba a estudiar cine. Después de verla, el cine estuvo para mí más cerca, más al alcance de la mano, más posible. Si no me hubiera sentado en aquel cineclub que regenteaba Fernando Martín Peña no sé si me hubiera atrevido a hacer alguna vez una película aquí. Favio me puso al cine delante de mis narices y no me pude negar: me invadió la felicidad de lo posible, de lo cercano, de lo propio. Sueño, muy a escondidas, poder hacer una versión contemporánea de Crónica de un niño solo. Pero eso es otro sueño, más inalcanzable.

6 – Verónica Llinás
Milagro en Milán
Vittorio De Sica, 1951
Fue la película que me abrió el mundo de la fantasía y de la sensibilidad de un modo increíble. No recuerdo con quién estaba la primera vez que la vi, pero sí recuerdo imágenes, como la escena de todos los pobres amuchados peleándose por un rayito de sol que sale entre las nubes. Y después el rayito cambia de lugar y todos corren hacia otro lugar; el que alquilaba la silla en el rayito de sol. Me impresionó muchísimo esa película. La vi de niña y después volví a verla de grande, para descubrir si había sido sólo una impresión de chica y no, me maravilló nuevamente.

7 – Axel Kuschevatzky
Gene Kelly en Cantando bajo la lluvia
Stanley Donen y Gene Kelly, 1952
El problema es que todas las películas me hacen feliz: ando con la felicidad fácil. Por supuesto que están las películas que te hacen pensar que el cine es más interesante que la vida real. De la infancia me enloquecieron dos musicales. Mi papá alquilaba resúmenes de Super 8, pero alguna de ellas me llevó a verlas en cine: Sinfonía en París es una de esas películas que siempre me volvieron loco. La otra que me hizo pensar que el cine era mucho más que la vida sin las partes aburridas es Cantando bajo la lluvia, de Stanley Donen.

8 – Graciela Borges
Las invasiones bárbaras
Denys Arcand, 2003
Me hacen feliz las películas que me dan emoción: la emoción puede ser tristeza o alegría. Estoy bastante en contra de las películas frías, a pesar de que hay tantas tan bien hechas. Las invasiones bárbaras me pareció muy conmovedora y me hizo muy feliz verla. Me permitió retomar muchas reflexiones acerca de mi vida con mi padre. La elijo no tanto por las virtudes del film en sí mismo, sino por la posibilidad que me entregó de reflexionar en profundidad acerca de mi propia vida a través de lo que veía en pantalla. Me emocionó mucho. La vi no menos de tres veces.

9 – Ana Katz
La novicia rebelde
Robert Wise, 1965
Vi la película en el cine y luego decenas de veces a diferentes edades: me identificaba cada vez con una niña distinta hasta llegar a María. Una vez la proyectaron en la escuela pública a la que yo asistía. Me fascinó también verla junto a mis amigos. Supe cada una de sus partes y aprendí de memoria varios de sus giros, que hacían convivir el surgimiento del nazismo con inocentes canciones y bailes austríacos.
Cuando escucho cualquiera de sus músicas algo se enciende en mí, como si reactivaran un encantamiento oculto, pero presente.

10 – Luis Brandoni
Cinema Paradiso
Giuseppe Tornatore, 1988
Me hacen feliz las películas que me recuerdan momentos felices de mi vida. La ilusión de esta juventud, de este cine que veíamos cuando jóvenes hizo que Cinema Paradiso conmoviera a millones de espectadores en todo el mundo. También me hizo feliz La vida es bella en ese mismo sentido.
Fueron muchas las películas que me hicieron feliz. Entre otras, estas que me dieron felicidad, no porque me haya divertido, sino porque me hicieron sentir bien. Como todos sabemos, el arte nos da la posibilidad de hacernos, aunque sea por un rato, mejores personas.
LA NACION