11 Jan Carlos Felice: “Yo los invito a que nos pongamos al servicio”
Discurso del Presidente de OSPAT, Carlos Felice, durante el evento institucional del cierre de año de la Obra Social.
San Isidro, 19 de diciembre de 2016
Muchas gracias a todos por venir en un día tan especial. Muy agradecido en nombre de todos mis compañeros del Consejo Directivo y de todos los que hacemos esta obra social.
Y luego, muchas gracias porque me dan la posibilidad personal y magnífica de poder acompañarlos en su crecimiento: como las buenas montañas, ya tenemos nieve y los he visto crecer a muchos de ustedes. Y no solo los he visto crecer, sino que he visto formarse familias y he visto a los hijos de esas uniones. Gracias a sus historias, nosotros podemos hacer historia también.
Yo creo que se trabaja con la misma intensidad con la que se ama y la historia de cada uno es la historia de OSPAT en estos más de 20 años.
Soy yo quien les está enormemente agradecido porque he crecido en lo humano con ustedes.
Creo que solo se puede llegar a personas reales -en un mundo tan cibernético y on line- a través de la experiencia de esas personas reales.
Es trascendental ponerse del otro lado, distinto al propio, y saber que aunque muchas veces no podemos solucionarlo todo, sí podemos servir y hacerlo de la mejor manera. Me siento muy orgulloso de que los empleados de OSPAT hayan podido dar ese testimonio.
Se cumplen propósitos, se cumplen metas. Podemos hacer lo que tenemos ganas de hacer, que es una gran bendición: podemos servir al prójimo.
Necesitamos en esta sociedad reconstruir el diálogo, los ejidos sociales, la necesidad de pensar en el otro. Y las historias de nuestra gente nos hacen esforzarnos por ser mejores.
Siempre va a haber obstáculos, pero son desafiantes; hacen que sepamos aprender que esos obstáculos son, en realidad, posibilidades de crecer.
Así que con todos los grandes compañeros que me ha dado la organización en estos años y que gestionan junto con nosotros la obra social, estamos estoy contentos y emocionados de poder celebrar el trabajo, la vida, la bendición de poder llevar adelante lo que es una convicción para nosotros.
Si me preguntan cómo se gestiona una obra social, hay una linda frase de nuestro Ramón Carrillo (a propósito, se están cumpliendo 60 años de su muerte, así que es un momento propicio para recordarlo) que dice que “frente a la tristeza, la angustia y el infortunio social, la enfermedad es una pobre causa”.
Esa complejidad humana es la que humildemente queremos atender desde nuestra tan querida obra social.
La enfermedad es una pobre causa frente a la enorme posibilidad que nos da la vida y que nos permite pelear contra la inequidad, y a veces tener un resultado del que nos sentimos victoriosos sobre esa pobre causa.
Y creo realmente que los hombres y mujeres que trabajan en la obra social del turf dan esa pelea muy bien todos los días ¡se merecen un muy fuerte aplauso!
Hoy también nos acompaña gente del turf. Esa palabra, “turf”, es algo que nos enorgullece. Porque estas personas que aman y sufren cuentan con un corazón especial: un corazón que ama a esos fantásticos animales que son los caballos. Y ese amor nos permite ver y dimensionar qué es el caballo.
El turf es a veces lúdico, pero gira en torno al caballo y eso es lo que nosotros y muchos de los que están presentes queremos visibilizar. El caballo que nos acompañó en el cruce de los andes, el caballo que nos acompaña en el arado, el caballo que permite montar y recorrer el campo, el caballo que es trabajo, que es esparcimiento, que son cascos retumbando en la arena haciéndonos sentir felices a quienes somos aficionados a las carreras.
Y hay un secreto. Los hombres y mujeres del turf somos patriotas. La patria se hizo a caballo y la idea de Patria la tenemos especialmente enraizada. Por eso quiero invitarlos a ustedes y a todos esta noche, frente a este nuevo año que comienza, a honrar eso que siempre nos ha caracterizado, la Patria.
La Patria es cada hombre de Buenos Aires (pero también de Neuquén, de Río Cuarto, de Venado Tuerto, de San Juan, de Mendoza, de Mar del Plata, de Córdoba, de Santa Fe, del infinito país que tenemos de Ushuaia a La Quiaca), la Patria es cada uno de estos hombres y mujeres que soñamos que cruce el disco esta vez.
La Patria es cada empleado de OSPAT que batalla todos los días por estar a la altura de las circunstancias. La Patria es cada dirigente político, cada dirigente empresario, cada deportista, cada trabajador, cada persona que hace de su vocación algo que le da sentido a su existencia.
A los que queremos servir. Porque creo que esa es la misión de OSPAT.
Yo los invito a eso, a servir, a estar al servicio, a darle a nuestra existencia un sentido que vaya más allá de lo obvio.
El sentido de servicio es algo que nos tiene que posicionar frente al otro. Así que los invito a que reflexionemos sobre cuán importante es que podamos ser útiles, servir a los demás y que podamos extender puentes. Y los invito a cruzar esos puentes para ayudarnos mutuamente. La cooperación nos va permitir crecer y encontrarnos a los argentinos.
Nosotros, por nuestra parte, nos vamos a poner al servicio de los otros, de nuestros amigos, de nuestros afiliados, de nuestros con-ciudadanos, de nuestros asociados y nos apasionaremos en esta maravillosa tarea de hacer todo el bien posible.
Esa pasión se transmite, ese entusiasmo, esa ilusión, esa idea de poder trascender a través de esa búsqueda nos genera una sensación de satisfacción y felicidad que la queremos compartir.
Yo creo que el egoísmo suele ser tentador y cautivador, definitivamente seductor, pero tenemos que salir a buscar a una causa que nos eleve, que dé significado a nuestras vidas.
Y en OSPAT tratamos de hacer eso, buscar el sentido por el cual servir a una causa. Orgullosamente de parte de nuestros compañeros y de nuestros empleados yo quiero celebrar con ustedes diciéndoles que la vida, de este modo, es mucho más hermosa.
Salud, felicidad y prosperidad ¡que se encuentren los argentinos en este 2017!