20 Jan Así es Donald Trump, el empresario que fue desde Queens hasta la Casa Blanca
En contra de la mayoría de los pronósticos y ante la mirada atónita de buena parte del mundo, Donald Trump se convertió oficialmente en el presidente número 45 de Estados Unidos.
Así como no fue un candidato cualquiera, el magnate, de 70 años tampoco será un presidente que deje indiferente a nadie. Su irrupción en la campaña electoral de 2016 y la evolución de su candidatura ya causaron un fuerte impacto en la cultura política estadounidense. Ningún político había generado tanta controversia como él. Ninguno fue tan parodiado.
El hombre, que en su carrera hacia la Casa Blanca denunció al sistema político estar sujeto a “manipulaciones”, acusó a funcionarios de “corruptos” y arremetió contra los medios que “envenenan el espíritu de los estadounidenses”, siempre cultivó la controversia y la polémica, al punto que podría decirse que es su marca más reconocible.
Nacido en Queens, Nueva York, en 1946, es el cuarto de cinco hijos de Frederick y Marie Trump. Debido a su temperamento intempestivo, sus padres lo enviaron a un internado militar a los 13 años, de donde salió y se puso a estudiar economía. Al poco tiempo decidió meterse en el negocio de la construcción, siguiendo los pasos de su padre, quien fue luego el artífice de su lanzamiento como desarrollador inmobiliario ayudándolo con “pequeño” préstamo de un millón de dólares.
Tomó el control del negocio familiar en 1971 e impuso su sello. Si su padre construía apartamentos para la clase media, él prefirió las torres de lujo, los hoteles-casinos y los campos de golf, desde Manhattan hasta Bombay.
Algunos de sus logros como empresario son más bien controvertidos. Si hubiese dejado su herencia en un banco, hoy sería más rico. Forbes estima que su patrimonio es de unos 4.000 millones de dólares, pero la cifra es pura especulación, ya que Trump nunca ha permitido que los números duros se conozcan.
Qué ocurrirá con su imperio económico es ahora tema de especulación. Hace dos semanas Trump convocó a una conferencia de prensa en Nueva York para anunciar el traspaso de su participación en sus negocios a sus hijos Eric y Donald, para evitar conflictos de interés.
La vida personal de Trump es a esta altura relativamente conocida. Con su primera mujer, Ivana Zelníčková, tuvo 3 hijos: Donald Jr. (38), Eric (32) e Ivanka (34). Con su segunda esposa, Marla Maples, tuvo a Tiffany (22). Su actual compañera es la modelo eslovena Melania Knavs, con quien tuvo a Barron (10).
Ya siendo empresario, Trump llamaba la atención como invitado en cualquier fiesta. Cuando contrajo matrimonio con Melania en 2005, Hillary y Bill Clinton estuvieron entre los invitados. En 2004 logró sentar las bases de su imagen masiva con su aparición como estrella en el show de NBC “The Apprentice”.
Vida privada, aventuras amorosas y líos de alcoba
En su vida privada tuvo llegada a muchas mujeres, y se dedicó a anunciar esos “éxitos” a quien quiera escucharlo como si fueran motivo de orgullo. Sus supuestas aventuras amorosas llegaban inclusive a la tapa de los diarios. Algunos eran verdaderos, otros no. Una vez llegó a fingir que era su propio encargado de relaciones públicas y, presentándose como un tal Miller, dio una entrevista en la radio.
Sus líos amorosos y demás historias le dieron bastante repercusión mediática. En algún momento, el propio Trump le confirmó al “New York Post” que había tenido un romance con quien después sería la primera dama de Francia, Carla Bruni. Poco después, Bruni salió a decir que el neoyorquino debía haber perdido su sano juicio, y entonces Trump respondió diciendo que efectivamente no había pasado nada.
Políticamente, el derrotero de Trump ha sido elástico, por decirlo de algún modo. Fue demócrata hasta 1987, luego republicano (1987-1999), miembro del partido de la Reforma (1999-2001), demócrata otra vez (2001-2009) y nuevamente republicano.
Su biógrafo, Michael D’Antonio, comenta que nunca se ha topado con alguien “tan persistentemente arrogante” como Trump, quien, según él, habla todo el tiempo de tres cosas: su buen aspecto, su inteligencia y su éxito. Durante la campaña, el magnate dejó esta faceta suya en evidencia más de una vez, llegando inclusive a declarar que “podría matar de un disparo a alguien en plena calle e igual no perdería ni un votante”.
Si bien Trump ya era conocido como un hombre maltratador y racista desde sus épocas de empresario de bienes raíces (en la década del 70 fue acusado de elegir a sus potenciales inquilinos basados en su color de piel), no fue hasta su lanzamiento como candidato presidencial que ese aspecto de su personalidad se hizo masivamente conocido.
Sus discursos corrosivos. muchas veces apoyados en la cólera, las frustraciones y las inseguridades de los estadounidenses, apuntó sin piedad contra mujeres, musulmanes y latinos, provocando además el rechazo de los electores negros. A esto hay que agregarle el escándalo a raíz de los comentarios sexistas grabados sin su conocimiento varios años antes.
Como recientemente dijo el vicepresidente saliente Joe Biden, todavía nadie tiene idea de cómo lucirá la presidencia de Donald Trump, pero podemos estar seguros de que controversia nunca estará muy lejos de él.
CLARIN