20 Jan Arranca el modelo Trump: proteccionismo comercial y menos impuestos a empresas
Por María Candia
Donald Trump asume hoy la presidencia de los Estados Unidos con el nivel de popularidad más bajo para un mandatario norteamericano en al menos cuarenta años, pero la mayoría de los estadounidenses cree que impulsará la economía, creará más empleo para la clase media y manejará de manera eficiente el déficit presupuestario.
Sin embargo, los resultados de las encuestas que realizaron esta semana el diario Washington Post y la cadena ABC no parecen reflejar el nivel de incertidumbre que los expertos económicos profesan por estas horas en torno al marco de políticas que implementará la nueva administración.
Durante la campaña electoral, Trump mencionó como pilares de su programa el incremento de aranceles a las importaciones de China y de otros socios comerciales, hasta deportaciones masivas de inmigrantes ilegales, además de la implementación de una reforma impositiva y un ambicioso plan de infraestructura.
“Nunca tuvimos un presidente como este elegido durante el último siglo. Estamos en un juego de adivinanzas, mucho más que cualquier otra presidencia desde la segunda guerra mundial. Trump tiene planes muy ambiciosos de cómo moldear la economía de los Estados Unidos, pero tiene tantos frentes que la pregunta es cuál serán sus prioridades”, dijo a El Cronista Gary Hufbauer, investigador del Peterson Institute for International Economics, en Washington.
Pese a la falta de claridad de Trump respecto a que tan lejos llevará a cabo estas medidas, de acuerdo a Rodney D. Ludema, quien trabajó como economista jefe del Departamento de Estado bajo la administración Obama y es profesor de la Universidad de Georgetown, se espera que Trump rebaje los impuestos a empresas e implemente políticas para desregular el sector financiero y energético.
A su vez, Trump buscaría alentar la producción nacional, aumentar el gasto público en infraestructura e incrementar los impuestos a las importaciones, agregó Ludema. “Este conjunto de políticas probablemente aumentará el déficit fiscal y proporcionará un modesto estímulo a corto plazo para la economía, pero un dólar más fuerte amortiguará el estímulo y compensará en gran medida la protección de las importaciones”, sostuvo Ludema.
Sin embargo, el experto considera que a largo plazo la economía norteamericana estará mucho peor. “La posición de EE.UU. en el mundo se debilitará. Podríamos ver una guerra comercial. La distribución del ingreso empeorará y continuará el asalto tecnológico al empleo manufacturero. Los partidarios de Trump de la clase trabajadora no verán beneficios y muchos perderán su seguro de salud”, agregó Ludema.
Según el economista argentino Guillermo Calvo, de la Universidad de Columbia, reducir los impuestos corporativos es la una de las pocas medidas importantes que podría implementar Trump en el corto plazo, con la cual contaría apoyo del Congreso. “Dará incentivo a que el capital venga y que las corporaciones americanas se establezcan en el país”, dijo.
Sin embargo, Calvo aclaró que no conoce a nadie que se sienta seguro respecto a lo que hará Trump. “Creo que todos están de acuerdo que este país necesita ciertas cosas, como infraestructura. La cuestión es como lo va a hacer”, agregó Calvo, para quien no será tarea fácil que los republicanos aprueben gastos que podrían ascender hasta por lo menos 1% del PBI por año.
Gary Burtless, de la Brookings Institution coincidió: “No entiendo la propuesta de Trump en infraestructura y cómo recaudará los fondos para llevar a cabo este tema. Pero tampoco fue consistente en cómo reemplazará Obamacare o en relación a la política monetaria”.
Con respecto a la imposición de aranceles a las importaciones, Burtless indicó que Trump solo mencionó a México y a China durante la campaña: “Si el proteccionismo se dirige solo a dos países, esto no generará ningún cambio en la producción local”.
Para Calvo, precisamente el riesgo más importante para la economía norteamericana será si Trump incrementa el proteccionismo comercial, especialmente con respecto a China, una medida que podría “inundar” de productos chinos a América Latina y a la Argentina. “Si lleva adelante algunas de las medidas, como las sanciones a empresas norteamericanas que producen en el extranjero, puede paralizar el sistema productivo del país”, alertó Calvo.
Para Hufbauer, la retórica agresiva de Trump en materia de comercio exterior no se materializará. “Soy escéptico respecto a los aranceles altos, porque si se implementa tendremos una guerra comercial y esto afectará fuertemente a los mercados. Todo esto, pese a que la idea de imponer aranceles a China es muy popular entre los partidarios de Trump”, dijo.
EL CRONISTA