Las cenizas de Fidel Castro y el “Che” Guevara, juntas en Santa Clara

Las cenizas de Fidel Castro y el “Che” Guevara, juntas en Santa Clara

La caravana que lleva las cenizas de Fidel Castro retomó su marcha ayer, luego de pasar la noche del miércoles en el mausoleo del Che Guevara, en Santa Clara, la escala más simbólica del trayecto que terminará en el sábado Santiago de Cuba. Luego de dos días de homenajes en La Habana, la urna de madera que contiene las cenizas del líder de la Revolución cubana comenzó el miércoles un recorrido por 13 de las 15 provincias de Cuba, desandando el camino que lo llevó junto a sus “barbudos” hasta la entrada triunfante en La Habana el 1 de enero de 1959.
En Santa Clara, las cenizas de Fidel fueron llevadas al monumento donde reposan los restos de Ernesto Che Guevara. Allí permanecieron durante la noche antes de recibir ayer otro multitudinario homenaje. BDespués de Matanzas, la caravana atravesó la provincia de Cienfuegos hasta llegar a Santa Clara, lugar de descanso del “Che”, en un mausoleo que Fidel ordenó construir y que fue inaugurado en 1997, cuando fueron llevados a Cuba los restos del guerrillero, asesinado en 1967 en Bolivia.
Las cenizas del comandante de la Revolución descansaron en ese lugar, denominado “Complejo Escultórico Ernesto Guevara” donde se le rindió tributo con una ceremonia militar y una vigilia protagonizada por jóvenes que se extendió durante toda la madrugada.Ya en la mañana de ayer, las cenizas de Fidel siguieron su camino en dirección a la provincia de Sancti Spíritus, otro de los escenarios de la “Caravana de la Libertad” de 1959.
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Cubierta por la bandera cubana, la urna de cedro con las cenizas de Fidel partió el miércoles desde La Habana sobre un armón adornado con flores blancas que arrastra un vehículo militar y se dirige hacia Santiago, en el oriente de la isla, donde sus restos serán inhumados el domingo, tras un viaje por casi un millar de kilómetros, que recorrerá 13 de las 15 provincias de Cuba.
“Yo soy Fidel”, “Todos somos Fidel” y “!Vida Fidel!”, gritaban cientos de miles de cubanos, que se apostaron en las calles para despedir al hombre que los gobernó por casi medio siglo, y que murió el viernes a los 90 años.Muchos se emocionan hasta el llanto, al paso de los restos del padre de la Revolución cubana, que instauró un régimen comunista a menos de 200 km de Estados Unidos. A pesar del respeto, otros exigían, ahora, mejoras en la economía.
Que la “caravana de la libertad” pasara la noche en Santa Clara, la ciudad donde está enterrado su compañero de armas y amigo, a quien Castro conoció en 1955 fue para muchos un momento más de emoción. “Es el encuentro para la historia de dos comandantes que cambiaron la historia de Cuba y de la humanidad”, dijo Agnier Sánchez, de 32 años, técnico de imagenología médica.
El argentino conquistó esa ciudad en diciembre de 1958, después de una dura batalla. Pocas horas después, Batista dejaba el gobierno y huía de la isla. Treinta años después de su muerte en Bolivia en 1967, el “Che” fue enterrado con honores en una ceremonia en Santa Clara encabezada por Fidel. Las cenizas de Castro serán depositadas finalmente el 4 de diciembre en el cementerio de Santa Ifigenia en Santiago de Cuba, donde descansan los restos del también icónico José Martí, héroe de la independencia cubana.
El último viaje de Castro está cargado de simbolismo. En 1959 un enérgico líder guerrillero de 32 años salió, junto al resto de sus “barbudos” desde Santiago de Cuba hacia La Habana, donde proclamó el triunfo de la Revolución que derrocó al dictador Fulgencio Batista. Este miércoles sus restos emprendieron un largo camino desandando el viaje por el país que Fidel transformó con recetas de corte soviético, y en abierto desafío a Estados Unidos.
La muerte de Fidel reaviva las preguntas sobre el futuro del socialismo en Cuba, y de las relaciones con Estados Unidos ahora que Donald Trump se instalará en la Casa Blanca. El modelo de economía planificada hizo agua con el colapso del bloque comunista, y hoy Raúl Castro lleva a cabo una cauta apertura al trabajo privado y la inversión extranjera, al tiempo que alienta una histórica aproximación con Washington.
CLARIN