En busca del status de ícono

En busca del status de ícono

Por Carla Rodríguez
Donald Trump llegó a la Casa Blanca. Y con él las dos mujeres que lo secundaron en la campaña: su mujer Melania (46), ex modelo y hoy flamante primera dama, y su heredera mayor, su hija Ivanka (35). Y son ellas quienes, al instante de ser consagrado Donald Trump presidente, ya quedaron en la mira de los críticos de moda de todo el mundo.

Primeras damas con historia
La pregunta del millón es si la flamante primera dama eslovena -1.80 de altura, políglota- que en los últimos meses supo dejar de lado su imagen sexy de tajos y escotes por una más elegante y formal, acorde a lo que se espera de la mujer de un presidente, llegará a convertirse en un ícono de moda.
ivanka-trump-b-800 (1)
Algunas primeras damas de la historia americana como Jackie Kennedy o Michelle Obama lo han logrado. La mujer de Kennedy tuvo una influencia tan fuerte en la moda que tiene hasta su propio modelo de vestido: “Jackie” (recto y sin mangas, con cuello redondo). Y Michelle ha dado cátedra de estilo en los ocho años de gestión de su marido, luciendo la ropa de los nuevos talentos de la moda de su país como Narciso Rodríguez o Jason Wu, además de haber posado en tres oportunidades para la revista Vogue (la última sale en diciembre). Hasta Hillary Clinton tuvo su tapa de Vogue apenas Bill se sentó en el sillón presidencial.
Es tradición en la era de Anna Wintour, directora de Vogue USA, que la nueva primera dama pose para la tapa de la revista. Pero luego de militar para los Clinton, Wintour le dedicó la primera tapa post-elecciones justamente a Michelle. ¿Melania logrará seducirla para ser su chica de tapa?
Aunque con la moda se lleva de maravillas, Melania tiene de revertir una imagen sexy (recordemos que en 2000 posó desnuda para la edición inglesa de la revista GQ). A los 16, comenzó su carrera de modelo y posó para la tapa de revistas como Elle, Vanity Fair y Harper’s Bazaar. También desfiló en Milán y París para Versace y Thierry Mugler, hasta que se mudó a Nueva York para continuar con su carrera y conoció a Trump. Y allí, como se sabe, comenzó otra historia.

Fashionistas
uentan que Melania no ahorra ni un solo dólar con tal de verse espectacular y elige marcas de lujo, como Dior, Balmain y Chanel. Cuando se casó con Trump, el diseñador John Galliano (que estaba al frente de Dior) le hizo el vestido que costó 150.000 dólares, con el que posó para la tapa del Vogue estadounidense, y además lució un anillo de compromiso de diamantes de 3 millones de dólares. En los últimos meses ha vestido muchos diseños de Michael Kors y Ralph Lauren (increíblemente, el preferido de Hillary Clinton). En cuanto a su look: los diseños al cuerpo son su fetiche, al igual que los stilettos bien altos y los abrigos largos e imponentes. Adora el blanco, que lució en un mono de Ralph Lauren cuando Trump se presentó como presidente electo. Y el vestido blanco con mangas y volados que usó en la Convención Republicana (de la firma Roksanda, comprado en la web Net à Porter por u$s 1897), se agotó en 24 horas.
Ivanka no se queda atrás de su madrastra en relación con la moda. Hija de Ivana Trump, cultivó desde joven un estilo sumamente minimalista y elegante (¿habrá sido para contrarrestar los voluminosos batidos y las hombreras XXL de su madre?). A los 17 años hizo su primera tapa para la revista Seventeen y desde entonces no paró: fue la cara de Tommy Hilfiger y desfiló para los número uno en Milán, París y Nueva York. También, con su 1.80 de altura y su historia, se convirtió en una solicitada “cover girl”, que se lucía en las revistas Vogue, Elle y Harper’s Bazaar.
Con el tiempo -y luego de haber estudiado finanzas-, fue dejando el modelaje para convertirse en una gran empresaria: no sólo es la presidenta de Trump Organization sino que también tiene su propia línea de joyas y una tienda en la Quinta Avenida, en donde además vende ropa y accesorios. Y fueron justamente sus propios diseños los que Ivanka lució a lo largo de la campaña presidencial. La heredera es fanática de la sastrería y los equipos de pantalones con trenchs. Los vestidos los lleva tanto lisos como estampados y los jeans son parte de su cotidianeidad (no hay que olvidar que tiene tres hijos pequeños). Todos sus looks los muestra además en su cuenta de Instagram.
Entonces, ¿llegarán a ser íconos de estilo en su país y en el mundo? ¿Las dos? ¿Alguna? ¿Ninguna?
CLARIN