23 Dec El mapa del empleo muestra más precariedad en los puestos de trabajo
Por Paula Urien
El último dato del Indec sobre el mercado laboral habla de una mejora del empleo durante el tercer trimestre. El informe muestra que el desempleo bajó al 8,5% desde el 9,3% del trimestre inmediato anterior. Sin embargo, en un contexto de caída de la actividad económica, es difícil pensar en un aumento del empleo. Entonces, ¿qué pasó?
El economista José Luis Blanco, director de la consultora Tendencias Económicas, dice que no se puede comparar un trimestre con el anterior por un tema de estacionalidad, por lo que no sería correcto hablar de una baja de la desocupación. Propone, a pesar de las sospechas de manipulación en el Indec hasta el año pasado (que motivaron precisamente que la actual conducción del organismo no las compare con los datos actuales), mirar las cifras del tercer trimestre de 2015, que daban un desempleo del 5,9% (que no fue creíble) y una subocupación del 8,6%, que compara con la última cifra de este año, del 10,2%. En una traducción sencilla de estas cifras, Blanco afirma que “por la crisis económica hubo más gente que salió a buscar trabajo pero no lo encontró, y además subió la cantidad de subocupados, personas que trabajan menos de 35 horas por semana por causas involuntarias y están dispuestas a trabajar más”.
Juan Luis Bour, economista jefe de FIEL, prefiere mirar los datos en la comparación interanual del Ministerio de Trabajo, que dan una baja del 0,8% en el empleo privado formal. “No se puede hablar de un aumento del empleo en los últimos meses. El crecimiento o la caída del empleo están relacionados con el producto bruto: si el PBI crece un 3%, el empleo se expande, pero si es a la inversa, se contrae”, dice Bour. Con una caída del 3,4% en el PBI, en el segundo trimestre “el empleo debería haber caído más. Lo que pasa es que salen al mercado cuentapropistas y monotributistas. Crecen los empleos precarios, transitorios, temporarios”, dice. Comparando septiembre de 2015 con el mismo mes de este año, según datos del Ministerio de Trabajo, hay 91.738 asalariados menos en el sector privado y se sumaron 33.602 monotributistas, 8593 trabajadores de casas particulares y 6184 nuevos autónomos.
Al comentar las cifras recientes del Indec, Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social Argentina, opina que, “sin duda, se trata de un comportamiento al menos no esperable, por lo cual cabe no apresurar conclusiones. Dado que al mismo tiempo se mantuvo la tasa de actividad y aumentó la tasa de empleo, la reducción del desempleo no puede explicarse por una retirada de los desocupados del mercado de trabajo por efecto desaliento”.
Además, como según datos oficiales el nivel de actividad económica continuó cayendo durante el trimestre, “lo cual es coherente con la evidencia también oficial de que siguieron cayendo los puestos de trabajo formales, o con la Encuesta de Indicadores Laborales del Ministerio de Trabajo, que no registra variaciones en la ocupación en empresas medianas y grandes durante el período, en el mejor de los escenarios las tasas de empleo, desocupación y subocupación no deberían haber registrado cambios. O, en todo caso, mostrar un cierto deterioro como resultado de la caída del consumo interno y su efecto sobre el empleo informal”.
Salvia cree que “las supuestas mejoras observadas lamentablemente sólo pueden explicarse como parte del error estadístico o de un efecto estacional no muy claro. No hay ninguna evidencia que permita afirmar que haya habido mejoras en el mercado de trabajo. Quizá llegamos al piso de deterioro, pero de ninguna manera está teniendo lugar aún una recuperación significativa en la demanda de empleo”.
En materia de desempleo, el Indec mide una población que no es la total del país, sino que suma la de 31 aglomerados urbanos, donde viven 27.201.000 habitantes. Sobre ellos establece una población económicamente activa (PEA) de 12.503.000 habitantes. Pero “si se midiera además todo el interior urbano, la PEA sería de 18 millones de personas”, dice Bour. Bajo este concepto, hay más desocupados que el millón que registra el Indec. De todas maneras, si se suman los desocupados más los subocupados (1.777.000 personas), hoy hay en la Argentina 2.343.000 personas con problemas de empleo. En Tendencias Económicas, por otra parte, consignan más de 180.000 despidos en lo que va del año.
Informalidad y subocupación
Ante estos números, todos los especialistas miran hacia el lado del empleo informal o no registrado. El Indec aún no difundió los datos del tercer trimestre de este año, pero en el segundo la tasa de empleo no registrado fue del 33,4%. “El empleo informal parece no haber caído porque son personas que no están registradas y que, aunque les bajen el sueldo, siguen trabajando. Se perdió empleo en relación de dependencia, pero aumentó entre los monotributistas y cuentapropistas”, dice Bour.
“La subocupación crece porque en tiempos de estancamiento de la economía crece el cuentapropismo. Esta situación también se pudo ver en 2014”, dice Jorge Colina, director de la consultora Idesa. Para Colina, el aumento del empleo no se debe a un incremento del empleo de calidad, sino todo lo contrario. “Cualquiera que pone una manta en el piso para vender lo que sea y sacar unos pesos es un ocupado.”
“El aumento de la tasa de subocupación es un indicador del aumento de la precariedad laboral”, dice Eduardo Donza, integrante del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, que presentará un informe de la situación laboral de los argentinos el próximo jueves. “Lo bueno es que se mantiene la tasa de actividad y no existe ese «jueguito» de bajar esa tasa para que a su vez baje la desocupación por el efecto desaliento. Si baja la desocupación, es que hay más puestos de trabajo”, acota.
Los últimos datos de agosto del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), que mide la evolución de los trabajadores asalariados registrados del sector privado, muestra en la medición interanual que hay 91.738 empleos menos en este sector (perdieron su empleo mayormente trabajadores de la construcción, 54.101 personas, y del sector manufacturero, 44.492). “Son datos que en los últimos meses vienen planchados”, dice Colina.
La Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) del Ministerio de Trabajo en octubre muestra que, por segundo mes consecutivo, el empleo privado formal presentó una variación apenas positiva del 0,1% respecto del mes anterior. Pero comparado con el mismo mes de 2015, presenta una baja del 0,8 por ciento.
Uno de los datos clave en materia de creación de empleo durante este año es la cantidad de gente que ingresó al sector público, 46.298 personas, mientras que se desvincularon 43.000. Se trata entonces de un sector que prácticamente no movió la aguja en ninguno de los dos sentidos, sino que permaneció igual.
Si se contabilizan entonces los autónomos, los monotributistas (incluyendo los monotributistas sociales) y los trabajadores de casas particulares, más los asalariados privados, hay en la ecuación interanual 10.276 trabajadores menos.
LA NACION