Cómo se define la amistad en la era de las redes sociales

Cómo se define la amistad en la era de las redes sociales

Por Déborah Slotnisky
La palabra amistad significa “afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”, según define la Real Academia Española (RAE). Sin embargo, a diario interactuamos con muchas personas a las que llamamos “amigos”, en una relación que consiste en saber de su vida por lo que publica en sus redes sociales, compartir sus comentarios y darle un “me gusta” a las fotos y video que difunde. Incluso hay quienes llaman “amigos” a las personas que son “contactos” virtuales y que jamás han visto cara a cara.
Frente a esta realidad, ¿es preciso actualizar el concepto de amistad? ¿Las personas con las cuales hablamos exclusivamente a través de las redes sociales pueden ser tan amigas como aquellas con quienes compartimos momentos de la vida real?
Según explica Liliana Nieri, profesora de la Licenciatura en Psicología de la Fundación UADE, el significado y el valor que se le atribuye a la amistad sigue siendo el de siempre. “Un amigo se define como un par con el cual uno se identifica, comparten las mismas características y valores. Además, se espera que esté presente ante las necesidades o problemas, como así también que destinen tiempo a la construcción de la misma”.
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Frente a esta definición, hay muchos usuarios que consideran que los “amigos virtuales” son tan importantes como los de la vida real. En este sentido, Nieri explica que “el significado que uno le otorga a la amistad tiene que ver con la autopercepción, esto significa que si una persona cree que la otra está cuando lo necesita, es escuchado y acompañado -más allá del medio en que se desarrolle esta amistad- será una amistad verdadera. Sobre este punto, un estudio reciente publicado en el medio científico PLOS encontró que sólo la mitad de las parejas de amigos sondeados sentían ese sentimiento de manera mutua, es decir, que alguien que cree que es su amigo podría estar interesado en él, en realidad no lo está.

Cuál es el límite
Según el psicólogo evolucionista británico Robin Dunbar, un individuo puede tener solo una o dos personas que funcionen como amigos íntimos, con las cuales hay interacción a diario. En otro nivel se encuentran los individuos con los que uno interactúa por afinidad y siente aprecio por ellos. Más abajo se encuentra el resto de los amigos, en los cuales se invierte menos tiempo en la relación, la conexión es más superficial y el contacto no es constante.
Para Dunbar, hay una cantidad limitada de tiempo y capital emocional podemos distribuir entre nuestros amigos. Esto significa que no todas las personas que conocemos son verdaderamente amigos. Sin embargo, Nieri disiente. Para ella, no se puede hablar de una cantidad limitada de amigos íntimos: “Cada amigo puede cumplir un rol específico y puede establecer un vínculo determinado con la persona. Por ejemplo, hay amigos que solo comparten momentos de entretenimiento y hay otros que están presentes en momentos más emocionales”, detalla.

Amigos íntimos y virtuales
Con respecto a las amistades basadas exclusivamente a través de medios de comunicación digitales, Arturo Fitz Herbert, profesor de sociología de la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral, explica: “Los comportamientos sociales no pueden explicarse por una sola variable, pero a partir de diversos estudios podemos decir que las interacciones mediatizadas probablemente estén afectando a las relaciones de amistad”. El profesor destaca que la mayoría de los mensajes relacionales no se dan a través del lenguaje, sino a través de la comunicación no verbal, como los gestos, la postura, el tono y el ritmo de la voz, entre otros. “Decimos “te quiero” mucho más con la cara y el sonido de la voz que con el lenguaje. Por ejemplo, uno construye la relación con los hijos a través de miradas, caricias, sonrisas. Después se puede mantener el contacto a través del teléfono o las redes sociales, pero ninguno de estos medios proporciona toda la variedad de mensajes que tiene el estar cara a cara con el otro. Por lo tanto, es difícil que la relación de amistad pueda construirse con la misma intensidad a través de WhatsApp o Facebook ya que son medios emocionalmente más distantes”, explica.
Fitz Herbert también indica que desde el punto de vista de la psicología, los seres humanos tenemos algunos mecanismos mentales que nos llevan a prestar atención a los otros: “Cuando escuchamos una voz humana que se dirige a nosotros, tendemos a prestarle atención por encima del resto de los sonidos del ambiente. Esta atención no se presenta en la comunicación mediatizada, lo cual refuerza esta noción de que los vínculos pueden deteriorarse o perder intensidad si no se mantiene el contacto cara a cara con los otros. Todo indica que difícilmente se puedan construir vínculos profundos, duraderos e íntimos con los otros sin la mediación del contacto cara a cara “, señala y concluye: “Las redes sociales pueden ayudar como medios adicionales, pero no como reemplazos”.
Desafía la idea de que las redes sociales pueden, además, servir para mantener viva una relación que en otra época hubiera languidecido por falta de contacto; que sonun sustituto para mantener viva la conexión.
Pero para Nieri, las cosas son diferentes: ella afirma que se puede mantener una “amistad verdadera” sin que haya contacto cara a cara, como alguna vez se tuvo por carta (los amigos por correspondencia, y antes también). “Hay que tener en cuenta que el contacto presencial fue perdiendo su significado a través de distintas generaciones. Hoy, los jóvenes miden la amistad en contacto y sostén, pero no en la manera de cómo es dicho contacto. Asimismo, estas nuevas generaciones consideran que una videollamada es similar o igual al contacto realizado cara a cara”, justifica.
Mientras que para los mayores puede ser inconcebible tener como amigo íntimo a alguien a quien nunca vieron en persona, la especialista de Fundación UADE dice que esto no sucede en las más jóvenes: “No hay que olvidar que los adolescentes nacieron en la época donde las redes sociales se transformaron en un medio masivo de comunicación que estrechó los vínculos y posibilitó las nuevas formas de comunicación, generando nuevas creencias sobre los vínculos amistosos y en la manera en que estos llegan a manifestarse”, dice.
Evidentemente, no hay una verdad absoluta entorno al concepto de amistad en la era de las redes sociales. Deberá entonces, cada uno, reflexionar acerca de cuán intensas son las relaciones que uno mantiene con las personas con las cuales se comunica exclusivamente a través de los medios digitales.
LA NACION