19 Nov Ventajas del running en tiempos de Tinder
Por Federico Ladrón de Guevara
Las parejas se pueden formar en los lugares más variados: en un bar, en un boliche, en el subte, en la panadería, en la oficina, en Facebook o, lo más novedoso, en Tinder o Happn. Y también, claro, en los grupos de runners, militantes de la vida sana que en los últimos años han formado verdaderas cofradías. Allí, se podría dar este diálogo-encare:
-¿Trabajás o estudiás? -le pregunta él a ella, mientras ambos elongan antes de los primeros trotes, debajo de una zona arbolada.
-A la mañana trabajo en una consultora, a la noche estudio un posgrado en marketing…
-¿Siempre venís a correr acá?
-No, hoy es la primera vez. Me lo recomendó una amiga. Y me parece que voy a venir más seguido…
Si en su momento las afinidades se establecieron a partir de gustos musicales, literarios, políticos, cinematográficos o hasta culinarios, es probable que entre runners haya otros motivos de acercamiento o re¬chazo. Por ejemplo:
-¿Qué remeras usás para correr? ¿De algodón o dry fit? -insiste él, cada vez más decidido a seducirla. -Dry fit, por supuesto.
-¡Te amo!
El flechazo recíproco entre estos atletas puede generar otras situaciones. Si él la invita a cenar y ella acepta, ¿cómo se vestirán para esa primera cita? ¿Con short y zapatillas? ¿Con calzas térmicas y pañuelo en la cabeza? Si están muy cerca de participar en una competencia, lo más probable es que los dos miren detenidamente la carta y, después de algunas vacilaciones, coincidan en pedir algo liviano.
-Para mí, una almendra -desplegará él todo su compromiso con la causa.
-¿Una almendra? Para mí, media… -subirá ella la apuesta.
Supongamos, también, que la pasión progresa. Y los tortolitos deciden casarse. El destino para la luna de miel estará cantado: Etiopía, tierra de maratonistas por excelencia.
Que no suceda, pero si el encanto se desvanece fatalmente a las dos semanas, él y ella van a estar muy bien preparados para lo que hay que hacer en esos casos: salir corriendo.
CLARIN