06 Nov Un genio de la moda dio clase en la UBA
Por Einat Rozenwasser
Puede que todo se resuma a una pregunta: ¿qué ves en una lata de conservas? Porque ahí donde la mayoría encuentra metal opaco, Jean Paul Gaultier (francés, 64 años, discípulo de Pierre Cardin, de visita en Buenos Aires para, entre otras cosas, promocionar sus perfumes) vio un brazalete de estilo africano, un potencial alhajero y el contenedor perfecto para sus perfumes, un ícono de la moda actual. “Se puede ver la belleza de diversas formas”, insistió, después de contar que la visión le llegó mientras le daba de comer a su gato. Fue el jueves 20 de octubre, en el marco de la Master Class que dictó en el Aula Magna de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA, donde además fue distinguido como Profesor Honorario.
Allí, la postal habitual del tercer pabellón de Ciudad Universitaria estaba alterada con la fila de los que aspiraban a acceder al auditorio montado en el hall de la planta baja y todos los que se asomaban por los balcones para seguir el encuentro en pantalla gigante. “Llegué a las 7.30 y ya había gente esperando”, decía una organizadora.
Minutos antes de las 10.30 Gaultier subió al escenario en medio de una ovación. Llevaba un pantalón negro achupinado, camisa azul oscura, chaqueta entallada de cuero y -ah, que alivio-, zapatillas negras. “Se lo ve fresco, relajado”, comentaban en la segunda fila. Entre el público predominaba el mix blanco y negro (negro y blanco, ok), los que empatizaban código con las clásicas rayas marineras y alguna falda llamativa con tacos. Ana Torrejón moderó el encuentro ante un salón colmado por unos 700 alumnos que se habían inscrito hasta cinco meses antes, docentes y figuras de la moda.
¿Hay una fórmula para el éxito? “Trabajar. La crítica no está mal, pero si criticás a los otros tenés que empezar por vos mismo”, advirtió el “profesor”. Mencionó al movimiento punk como su principal influencia. “No solo por una cuestión de estética sino más bien de mentalidad”, explicó. Y la liberación femenina y la búsqueda de la igualdad. “Algo que tiene que ver con ellas, no ser sumisas al hombre, al macho”, enfatizó, gesticulando con la mano que no sostenía el micrófono.
Repasó sus comienzos, cuando con 18 años se convirtió en el asistente de Pierre Cardin. Volvió al salón de la peluquería de su abuela materna, donde entendió el poder transformador que podía tener la moda. Y a la historia de Nana, el osito de peluche que con maquillaje, pelo de colores y dos conos, se convirtió en la muñeca que sus padres no le compraban (su inspiración para los corsés que usó Madonna en su gira Blond Ambition Tour, en 1990).
Le preguntaron si se puede hacer moda sin el respaldo de grandes grupos económicos y una falla de audio desató la carcajada de la audiencia. “Hoy el marketing ha copado todo, se habla más de los diseñadores que de las colecciones, es triste. Mi consejo es: si querés hacer ropa, evitá al grupo económico. Si querés ser famoso, buscá un inversor. Y si lográs las dos cosas, maravilloso”, avanzó, en una mezcla de español, italiano y francés.
Para terminar, Torrejón lo invitó a hacer una pregunta a la audiencia. Se tomó unos segundos hasta que encontró la idea. “¿Ustedes saben que quieren hacer de sus vidas?”, disparó. Hubo un instante de dudas, risas y aplausos. ¿Sabrá él?
CLARIN