29 Nov Nora Dalmasso: una década de un homicidio irresuelto
Por Gabriela Origlia
Hace hoy una década, Nora Dalmasso fue estrangulada. Apareció desnuda sobre la cama de su hija Valentina, en su casa de country Villa Golf, de Río Cuarto. En el aniversario, que coincide con el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, siguen las dudas. Pero el viudo, Marcelo Macarrón, está imputado como presunto autor del crimen y cerca del juicio oral, que espera en libertad. Un jurado popular decidirá su destino.
El 24 de noviembre, en conferencia de prensa, el fiscal de la causa, Daniel Miralles, se limitó a plantear que sigue esperando informes desde Uruguay que le permitan establecer la “ventana horaria” de un presunto viaje del viudo desde Punta del Este, donde jugaba un torneo de golf, hasta Río Cuarto. Él cree que habría ido a su casa y que, después del crimen, regresó a Uruguay.
Su hipótesis es que un avión habría aterrizado en alguna de las “varias pistas” que hay en la zona de Río Cuarto, aunque admitió que, hasta el momento, no tiene “ninguna” prueba que avale la teoría. “Debo agotar todas las posibilidades, por eso espero la documentación uruguaya, aunque si fue un vuelo clandestino no habrá constancia”.
Marcelo Brito, defensor de Macarrón -antes lo fue de Facundo, el hijo de la pareja, que también estuvo imputado como presunto asesino-, adelantó que plantearía la nulidad del trámite del fiscal en Uruguay. Brito es un abogado de larga experiencia (fue fiscal general de la provincia) y muy hábil para “hallar vericuetos” en las causas.
La madre de Nora, Delia “Nené” Grassi, es querellante en la causa con su hijo, Juan. Hace casi cinco meses que no tienen abogado, lo que hace que el seguimiento del caso y la presión para que el crimen se esclarezca sean mínimos.
Pocos días antes de que Macarrón fuera imputado, su hijo Facundo -con la asistencia de Brito- pidió ser querellante en la causa. Para muchos fue una jugada para tener acceso al expediente por los rumores que había sobre el giro en la investigación. Desistió cuando su padre fue acusado.
Muestras genéticas
Por pedido de Brito habrá nuevos cotejos de ADN sobre un pelo encontrado encima del abdomen del cuerpo exánime de Nora. Sin embargo, para el fiscal la clave son las muestras de semen recogidas por hisopado en la vagina y en la vulva que, según exámenes hechos por el FBI norteamericano, colocan a Marcelo Macarrón en la escena del crimen.
Los tres peritos que participaron en un primer momento del caso habían planteado la misma tesis: la víctima tuvo una relación sexual contemporánea con su muerte y aclararon que “nunca” hablaron de violación, sí de lesiones de defensa.
El fiscal Miralles reconoció que el caso tuvo “ribetes políticos” y que el paso del tiempo “casi siempre juega en contra de una resolución”. Insistió con que, antes de elevar la causa a juicio, quiere contar con “una prueba sólida”.
La política dominó los primeros años del caso. Daniel Lacase, que fue funcionario de la Secretaría de Lucha contra el Narcotráfico en tiempos de Carlos Menem, fue un personaje central. Como vocero de Marcelo Macarrón se encargó de sembrar dudas sobre la conducta de Dalmasso y sobre su relación con otros hombres.
Macarrón regresó en auto con él desde Punta del Este; Lacase tiene constancia de ese ingreso pero el viudo no; sólo está documentada su salida. El abogado es quien dijo que estuvieron juntos hasta las 3, con lo que achicó la “ventana horaria” que plantea el fiscal.
Alberto Bertea, secretario de Seguridad del entonces gobernador José Manuel de la Sota, debió renunciar, salpicado por el caso a instancias de los pedidos de Lacase, lo mismo que su asesor, Rafael Magnasco, quien había exigido que se lo imputara en la causa para que le hicieran un ADN ante el rumor de que era amante de Dalmasso. Dio negativo y quedó afuera de la investigación.
Por este caso cayeron un ministro y toda la cúpula policial. Con esos antecedentes ahora varios abogados “leen” una interna judicial entre Miralles y el fiscal de Cámara, Jorge Medina. Uno respondería al actual gobernador, Juan Schiaretti; el otro, a De la Sota.
En 2012 el juez Daniel Muñoz, al sobreseer definitivamente a Facundo Macarrón en la causa, dejó la puerta abierta a la hipótesis que ahora sigue el fiscal Miralles. Sostuvo que la investigación se había abierto porque los estudios genéticos revelaban “incontrastables huellas” de linaje Macarrón en la escena del crimen, “posiblemente ligadas a quien habría estado presente en la ejecución del hecho criminoso”.
LA NACION