Justin Timberlake: “No creo que debamos estar siempre felices”

Justin Timberlake: “No creo que debamos estar siempre felices”

Por Pablo Scholz
Entró con su guitarra a cuestas, acompañado por Anna Kendrick. La Sala Debussy del Palais des festivals, en Cannes, no suele albergar más que películas de autor, pero esta vez en el Festival más importante del mundo hicieron una excepción. Y Justin Timberlake y la actriz entonaron True Colors, de Cyndi Lauper, en una versión mucho más parecida a la que cantan en Trolls, la película de DreamWorks Animation que se estrenó en la Argentina el 27 de octubre, una semana antes que en los Estados Unidos.
Esto sucedió en mayo, cuando la película sobre los míticos muñequitos popularizados en los años ’60 y ’70 no estaba aún terminada. Y antes de que la canción Can’t Stop the Feeling!, que el artista de 35 años, ex integrante del quinteto ‘N Sync, compuso para el filme, se convirtiera en el hit del año. Ya es la canción más vendida de 2016, quebrando récords en Billboard, con discos de platino en los Estados Unidos y toda Europa. Y el videoclip supera las 264 millones de visitas en YouTube…
Timberlake fue invitado por Jeffrey Katzenberg a ponerle la voz a Ramón, el huraño Troll, pero terminó componiendo cuatro temas y siendo productor ejecutivo musical.
Al día siguiente, Timberlake recibió a Clarín y a otros medios internacionales en el Carlton Hotel, en una suite frente al verde azulado del Mediterráneo. Se lo nota motivado, intenso. Como si el grito de la pequeña fan en la Debussy de “Te amoooooooo!” todavía siguiera retumbándole en los oídos.
La reacción de sus fans, a veces, lo desconcierta. “Y, ahora que estoy casado, mis fans tienen que tener más cuidado, porque Jessica (Biel, la actriz con la que se casó hace cuatro años) es brava. Yo la vi en el gimnasio pegándole a un puching ball. No les gustaría recibir algo parecido”, y lanza la carcajada.
No será la única. Y es que a Justin motivos para sonreír, no le faltan. Con 37 millones de seguidores en Instagram, la fama no debe resultarle sencilla.

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¿Cómo te relacionás con tus fans?
Tuve la suerte de haberme iniciado cuando era joven, y muchos que admiran mi música crecieron conmigo y hoy tienen también mi edad. Con los años te das cuenta de que la vida, es la vida… Un verdadero fan sabe cómo soy. Las más jóvenes son más fáciles de impresionar. Bueno, yo también fui joven alguna vez. Simplemente hay que ser honesto. Nada ha cambiado en mi forma de moverme en mi vida y manejarme con los admiradores.
Timberlake cuenta que “hasta que terminaron Trolls, sinceramente, me había tomado un año de vacaciones”.
¿Y qué hiciste en ese tiempo?
No hice nada, me dediqué a cambiar pañales. Tuve mi cuota de cambiar pañales, voluntariamente. ¡Un trabajo duro! Pero sumamente gratificante. Y le canto a mi bebe, por supuesto, todo el tiempo.
¿Qué le cantás?
De todo, desde Stevie Wonder hasta (entona) The Wheels on the Bus Goes Round and Round… (un tema infantil).
Tanto le pegó la paternidad que Can’t Stop the Feeling!, su primer single en editar en tres años, está inspirado en “las satisfacciones que me brinda” el pequeño Silas (un año y medio). “El ánimo de la canción y la actitud positiva que encontrás en las letras tiene que ver con él. Me ayudó a desarrollar mi música desde un punto de vista diferente”.
Pero ¿qué te pidieron para las canciones de “Trolls”?
Es una buena pregunta, porque yo nunca había hecho algo así, una banda de sonido, aunque me mataba por hacerlo. El proceso fue asombroso, porque yo suelo componer canciones para un álbum mío, sin criterios específicos. pero en este caso necesitaban una canción para momentos específicos del filme, para ayudar a desarrollar la historia, tenía que decir algo. Apenas me dieron algunas ideas, pero ni sabía cómo iba a lograrlo. Antes de mi incorporación, sólo habían elegido el tema de Cyndi Lauper True Colors. Y eso me dio la idea de la dirección que podíamos tomar. Me decidió que podía componer un tema de música disco, algo tipo Bee Gees, que fue Can’t Stop the Feeling! Estoy intentando reeditar aquella época de Fiebre de sábado por la noche, siempre adoré los sonidos de los años ‘70, y esa época juega un papel importante en la película.
¿Se viene un nuevo álbum?
Y… Trabajando en esta banda de sonido me entraron ganas de volver al estudio.
¿Te resultó extraño interpretar a Ramón, siempre enojado y sin querer que nadie lo abrace?
(Vuelve a lanzar la carcajada). No lo sé, habría que preguntarle al director de DreamWorks, Jeffrey Katzenberg. Pero me divirtió hacerlo. Anna Kendrick y yo intercambiamos los papeles. Ella, que por lo general hace el papel de pesimista y malhumorada, es el optimismo en persona. Ser feliz es una elección: se despierta y trata de vivir en armonía con los demás, siente que pertenece a algo más grande. Muchas veces la infelicidad es el resultado de sentirse excluidos. Para Branch (o Ramón), por ejemplo, es así. Poppy es lo contrario, tiene que aprender que el mundo no es color de rosa.
¿Tu Troll se parece en algo al verdadero Justin Timberlake?
¡A lo mejor soy así también! Sinceramente, no creo que tengamos que estar siempre felices, pero es lindo ser feliz.
Timberlake, que recibió el Premio de la década de los Teen Choice Awards, recuerda la primera vez que escuchó que pasaban una canción suya por la radio. “Yo estaba en Alemania con el grupo ‘N Sync, en una camioneta -rememora-. No teníamos mucho presupuesto. Y una de nuestras canciones apareció en la radio, ¡y nos volvimos locos! Paramos la camioneta en la primera salida que vimos en la autopista. Abrimos todas las puertas de la camioneta, salimos a la playa de estacionamiento y empezamos todos a saltar. No lo podíamos creer…”.
CLARIN