05 Nov “El saber del cannabis lo tienen los pacientes, no los médicos”
Por Agustina Mai
Entre los miles de pacientes que durante 31 años atendió el doctor Carlos Magdalena, jefe de Neurología del Hospital de Niños Gutiérrez de Buenos Aires, Naira marcó un antes y un después. Esta beba de dos meses, con una epilepsia parcial migratoria maligna, internada durante seis meses con un coma farmacológico y un marcado deterioro, y cuya esperanza de vida no superaba los dos años, fue la “puerta de entrada al mundo del cannabis”, como lo definió el neurólogo infantil.
“Los médicos somos absolutamente ignorantes: el saber del cannabis no lo tenemos nosotros, lo tienen los pacientes. Por primera vez, se invierte la relación médico-paciente, en la que tradicionalmente el primero tiene el saber-poder y el segundo es un ser pasivo”, dijo y despertó una ola de aplausos del colmado auditorio del Hospital de Niños O. Alassia, durante la primera jornada de cannabis medicinal que realizó un efector público del país. Un tema que genera polémica, despierta prejuicios y del que todavía hay mucho por investigar.
Cuando Naira salió de terapia intensiva, siguió el tratamiento habitual con antiepilépticos. Para sorpresa del neurólogo Magdalena, en cada consulta, la beba estaba mejor y los electroencefalogramas no daban cuenta de su afección. “Su mejoría me llamaba poderosamente la atención. Hasta que un día, su mamá me confesó que le estaba dando aceite de marihuana”, contó el especialista.
Ante la desconcertante declaración de la mamá, a Magdalena se le planteó una disyuntiva: “O negaba lo que estaba pasando y le decía que no la podía seguir atendiendo; o decidía acompañarla y ver qué pasaba con esta droga que estaba dando resultados muy positivos”, recordó sobre sus inicios en la cultura cannábica.
La balanza se inclinó por la segunda opción y, a partir de ese momento, comenzó a leer, investigar y contactarse con otros especialistas del mundo sobre las alternativas terapéuticas que brinda esta planta.
“Las mejores revistas médico-científicas internacionales reportan, en base a los casos de pacientes, entre un 60 % y un 79 % de beneficios del uso del cannabis en epilepsia. Este porcentaje es altísimo en comparación con el 30 % ó 35 % de efectividad que demuestran los antiepilépticos fabricados por los laboratorios”, comparó el especialista ante un auditorio cautivado.
De madre a madre
Ana María García Nicora, otra de las disertantes de la jornada, se presentó como médica, pero también como mamá de Julieta, una joven a la que durante 24 años la medicina no le brindó respuestas para controlar su epilepsia refractaria.
En 2014, Ana María se contactó con otra madre que había pasado por el mismo sufrimiento y, gracias a ella, se enteró de la alternativa del cannabis como tratamiento. “Las necesidades sanitarias insatisfechas por parte de la medicina tradicional no se restringen sólo a ciertos tipos de epilepsia, sino que incluyen también al HIV, a las enfermedades neurodegenerativas, la fibromialgia y el cáncer, entre muchas otras”, reclamó.
Repleto. El auditorio del Hospital de Niños se llenó de profesionales de la salud, padres, políticos y activistas, en la primera jornada que se realizó en un efector público del país.Foto: Mauricio Garín
En su búsqueda -como médica y como madre-, Ana María aprendió mucho sobre los usos terapéuticos del cannabis y fundó la asociación civil Cannabis Medicinal Argentina (Cameda), que aspira a legalizar el uso de esta droga para los pacientes que no responden a los tratamientos convencionales. “Tenemos que construir desde cero”, dijo en referencia al vacío jurídico, académico, científico, político y social que existe en torno al uso del cannabis para tratar enfermedades.
En el Hospital de Niños
El Hospital de Niños de Santa Fe Dr. Orlando Alassia dio un paso histórico al convertirse en el primer efector público del país en el que se organizó una jornada sobre uso medicinal de la marihuana.
Con una concurrencia masiva, médicos, padres de pacientes que usan el cannabis para tratar dolencias que no encuentran respuesta en la medicina tradicional, representantes de ONGs y activistas debatieron sobre los usos terapéuticos de esta droga.
El encuentro fue convocado por la Asociación para Usuarios de Cannabis Medicinal (Apucam) y contó con el aval del Ministerio de Salud de la provincia y de varios legisladores provinciales.
“Se trata de abrir un debate intenso que debemos darnos. Es común tener miedo de lo que no conocemos. Por eso tenemos que aprender: porque si se trata de una situación que puede beneficiar a la población, bienvenida sea”, fueron las palabras de apertura del director médico del Hospital de Niños, Osvaldo González Carrillo.
Por su parte, Fabiana Roa, representante de la comunidad del mismo hospital e integrante de Apucam, se refirió a la “necesidad de discutir nuevas experiencias, de avanzar en investigación y capacitación, y de estar a la vanguardia en la búsqueda de alternativas para mejorar la calidad de vida de los pacientes”.
Permiso para importar
En octubre de 2015, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) autorizó por primera vez la importación de aceite de cannabis para Josefina, una nena de 3 años diagnosticada con Síndrome de West a los 7 meses, que sufría 300 convulsiones diarias, hasta que esta droga la estabilizó y le permitió una mejoría notable. Si bien Josefina todavía no habla, puede caminar, hace equinoterapia, va al jardín y juega con su hermano mayor.
A partir de este caso, este organismo nacional permitió que otros 100 pacientes importaran el aceite de cannabis. En nuestra ciudad, Patricia Molina y Mariela Schneider fueron las primeras madres en conseguir esa autorización y suministrar la nueva medicación a sus hijos.
MIRADOR PROVINCIAL