20 Nov El cáncer en el cine
Por José Moviola
Love Story (1970) de Arthur Hiller recurre al cáncer como un sustituto mortal de lo que habían sido las armas y los rencores familiares, durante el Renacimiento, y la tuberculosis en el siglo XIX. En efecto,
Erich Segal (1937-2010) había ofrecido a varias empresas el guión, que finalmente convirtió en una novela. El éxito fulminante de ésta hizo que ese mismo año 1970 se la filmara. Su argumento plantea la historia como una actualización de los clásicos amores de Romeo y Julieta, según el drama de William Shakespeare, en 1597. Esa pieza ya había sido objeto de numerosas adaptaciones al cine, al music-hall y a la ópera.
Análisis crítico
Segal no disimula tal procedencia e incluso en la canción de Taylor Swift, del mismo título que la película cantada durante su desarrollo, hace directa referencia a tales personajes. Pero Romeo es aquí hijo de un potentado y Julieta una mu¬chacha humilde que mantiene con su trabajo de maestra a Oliver para que se gradúe de abogado, como su padre, e inicie una exitosa carrera.
En esa instancia, los jóvenes que se han unido a pesar de la oposición paterna, deciden tener un bebé y el desenlace se precipita, porque ella no queda embarazada y los médicos descubren que se debe a que padece leucemia.
Para llevar adelante un costoso tratamiento, Oliver finge que unos amoríos lo han comprometido económicamente y le pide dinero a su padre, quien se lo niega.
Solo en la última escena el adinerado inflexible se entera de la verdad y acude al hospital donde su nuera acaba de morir. Trata de disculparse de todas las maneras posibles con su hijo y entonces Oliver emplea por segunda vez en la película esta frase lapidaria, que pretende ser todo un apotegma: “Amar significa no tener nunca que pedir perdón”.
El viejo tópico romántico de los grandes amores imposibles vuelve a ser replanteado para el gran público y, en ese sentido, la película no deja de evocar por otro costado la pieza de Alejandro Dumas hijo (1824-1895), tan manoseada por reelaboraciones como la de Shakespeare, La dama de las camelias (1848). Muestra la misma oposición paterna, por motivos similares a los de Love Story, aunque la protagonista, Margarita Gautier, sufriera el ataque de otra enfermedad, igual de siniestra para el imaginario de aquella época: tuberculosis. (1) Pero con mayor grado de verosimilitud, pues esa afección pulmonar „ era considerada hasta cierto punto un castigo por la vida que ella había llevado, de excesos físicos y pecados morales. Por lo contrarío, el cáncer no tiene, salvo para “ciertos pacientes especiales, la connotación de un castigo, sino más bien, como en este caso, sirve para que irrumpa lo irracional y se cobre una vida joven.
Título original: Love story
País: Estados Unidos
Año: 1970
Director: Arthur Hiller Música: Francis Lai Fotografía: Richard C. Kratina Guión: Eric Segal
Intérpretes: Ali MacGraw, Ryan O’Neal, Ray Milland, John Maeley, Russell Nype, Katharine Balfour
Género: Drama romántico
Producción: David Golden, Howard Minsky
REVISTA GESTIÓN ENSALUD