24 Nov Desentrañan un mecanismo clave del telar de la memoria
Por Nora Bär
Cualquiera de los cientos de millones de usuarios del buscador de Internet Google estaría de acuerdo en que “Hillary” y “Bill Clinton” están relacionados. Igual que “Einstein” y “Teoría de la Relatividad”.
Lo notable del caso es que, al parecer, nuestro cerebro guarda el registro de lo que vivimos en neuronas que memorizan asociaciones similares a las que establece el buscador de Internet. El nombre de un actor o actriz y la película en que participó, o el nombre de una persona y el lugar en el que la conocimos.
“Encontramos que hay neuronas que «codifican» conceptos y los vínculos entre ellos -dice Rodrigo Quian Quiroga, investigador argentino que dirige el Centro para la Neurociencias de Sistemas, de la Universidad de Leicester, en el Reino Unido-. De hecho, estos conceptos y sus asociaciones son el «esqueleto» de los recuerdos que almacenamos. Tendemos a recordar conceptos y nos olvidamos de innumerables detalles.”
El estudio, firmado por Quian Quiroga, Emanuela De Falco, también de Leicester, Matías Ison, otro argentino, pero que trabaja en la Universidad de Nottingham, el Reino Unido, e Itzhak Fried, de la Universidad de California en Los Ángeles, Estados Unidos, acaba de publicarse en Nature Communications, y desafía algunas de las nociones aceptadas acerca de cómo se almacenan los recuerdos.
“La teoría clásica dice que el hipocampo tiene una función temporaria en la formación de memorias, sólo durante su adquisición, ya que es limitado. De modo que siempre se planteó que luego éstas se consolidan en la corteza cerebral -explica Quian Quiroga desde su laboratorio-. Simplificando, se podría decir que el hipocampo sería como la memoria RAM y la corteza, el disco rígido.”
Nuestra historia ¿es una ilusión?
En este trabajo, el científico, que saltó a la popularidad con un experimento anterior en el que descubrió lo que se dio a conocer como “la neurona Jennifer Aniston” (porque encontró neuronas que representan conceptos; es decir, responden a la imagen, el sonido y la escritura del nombre de celebridades), mostró que esto no sería tan así, y que habría codificación de memorias de largo plazo en esta área del cerebro.
“En estudios anteriores mostramos que en el hipocampo tenemos neuronas que representan conceptos y que pueden codificar nuevas asociaciones muy rápido -subraya el investigador-. Ahora, mostramos que este proceso no es sólo temporario, sino que perdura en el tiempo.”
Quian Quiroga y De Falco registraron la actividad de neuronas individuales y compararon esos patrones con resultados de la web. “Fue interesante ver después de miles de búsquedas en Internet, que las métricas podían decirnos algo sobre las neuronas que estábamos estudiando”, dice Falco en un comunicado de la universidad.
Los científicos les mostraron alrededor de 100 imágenes a pacientes a los que se les habían implantado electrodos que registraban cuándo se “encendían” ciertas neuronas. Luego, les preguntaban cuánto se relacionaban unas imágenes con otras y definían un grado de asociación basado en las búsquedas en la web.
Los resultados los sorprendieron: descubrieron que cuando las neuronas se activaban ante más de un concepto, estos tendían a reproducir los patrones de Internet.
“Ahora, la gran pregunta es cuál es el rol de esta área específica del cerebro en la memoria -plantea Quian Quiroga-. Nuestro modelo sugiere que la neurona ya en sí misma está registrando asociaciones, y que el hipocampo codifica redes de asociaciones.”
Y enseguida agrega: “Esto presenta connotaciones interesantes, porque si el hipocampo juega un papel en la memoria de largo plazo, pero es limitado, entonces: hacemos una construcción y la continuidad de la memoria es apenas una ilusión. Lo sorprendente es que aquello de lo que estoy más seguro en el universo, mi identidad, es en realidad tan frágil como una ilusión. Creemos que nuestra memoria es como una película. Yo argumento que recordamos unos pocos conceptos y sus asociaciones, olores, imágenes a partir de las cuales generamos una historia. Básicamente todo el tiempo estamos haciendo inferencias, no recordamos el hecho concreto, pero suponemos que tiene que haber sido así. Es exactamente lo mismo que pasa con la visión, en realidad vemos muy poquito, tal como lo postuló Helmholtz, y el resto lo agrega nuestro cerebro. Cuando se quiebran las inferencias, surgen las ilusiones visuales. Y con la memoria pasaría lo mismo.”
Para Pedro Bekinschtein, investigador del Instituto de Neurociencia Cognitiva y Traslacional (Conicet-Ineco-Favaloro) y autor de 100% memoria. Cómo funciona la fábrica de recuerdos (Ediciones B, 2016), “algo importante que tiene el trabajo es que los experimentos que se venían haciendo hasta ahora no descartaban que la activación de las neuronas se relacionara con un fenómeno de percepción. Esto apunta un poco más a que tiene que ver con el aprendizaje. De alguna manera, esas neuronas están guardando un concepto y eso tiene que ver con memoria”.
Aunque destaca que no suele hacer una diferenciación marcada entre lo que es percepción y lo que es memoria, Bekinschtein agrega que es interesante ver que los procesos de asociación son similares a los algoritmos de inteligencia artifical de Internet. “Estoy bastante de acuerdo con Rodrigo en que al recordar hay una reconstrucción a partir de conceptos, de generalizaciones -concluye-. Y para eso hay que olvidar detalles y «rellenar» lo que falta con información genérica.”
LA NACION