26 Oct Xul Solar, el bonaerense que logró grandes ventas de su arte en Christies
Por Ignacio Gutiérrez Zaldívar
Oscar Agustín Alejandro Schulz Solari nació en la localidad bonaerense de San Fernando en 1887. Fue contemporáneo y representa la vanguardia del arte argentino junto a sus amigos Emilio Pettoruti y Pablo Curatella Manes. Sus dos amigos eran de La Plata y Xul Solar, el nombre que adoptó, de San Fernando. Su padre era alemán y su madre italiana. Personaje del mundo de la plástica, era más conocido por sus aficiones astrológicas y a las ciencias ocultas, creó dos lenguas con intención de que la gente se comunicara: Panlengua y el Neocriollo.
Había estudiado arquitectura y a los 25 años emprendió un viaje que duró 12 años, visitando Hong Kong; Inglaterra; Francia; Italia y Alemania. Allí comenzó a pintar sus originales acuarelas de pequeños formatos.
En Italia comenzó su amistad de toda una vida con Pettoruti. Son Paul Klee; Kandinsky y Picasso los artistas que más lo influenciaron. Gracias a la Fundación Xul Solar, que dirige con gran capacidad Elena Montero Lacasa de Povarché, disfrutamos de una colección de 85 obras y de objetos personales del autor, quien vivió en esa casa de Laprida 1212 en Buenos Aires desde 1928.
Son cuatro propiedades unidas. Algunas eran alquiladas para generarle ingresos al artista, quien no tenía suerte en la venta. Recién hace 40 años empezó a ser reconocida su obra con muestras en museos de Argentina y Francia.
Pero la gran responsable de su difusión fue su mujer Lita. Con gran capacidad se ocupó de hacerlo conocer luego de su fallecimiento en 1963, con el apoyo fundamental de Natalio Povarché, el galerista exclusivo y fundador de Rubbers. Gracias al material de la familia y del galerista, y al trabajo de la investigadora Patricia Artundo, hay un catálogo razonable de su colección realizada a través de 50 años.
Son 1896 las obras catalogadas, algunas están pintadas en doble faz. La mayoría son acuarelas, también hay óleos sobre vidrio. Sus últimos trabajos de la década del 60 son témperas. Un gran esfuerzo de investigación y el resultado editorial tras seis años de trabajo dieron a luz dos tomos de 900 páginas que pueden adquirirse en la Fundación.
Su mayor coleccionista fue Ernesto Lowenstein, quien llegó a atesorar 75 de sus obras. Hoy posiblemente algunas estén en el el MALBA. Luego de fallecido su marido, Lita fotografió durante tres años 400 obras y con gran esfuerzo vendió alguna de ellas, como las tres que le compró el coleccionista entrerriano Ignacio Acquarone, en cómodas cuotas mensuales. A partir de la década del 70 y con la acción de la familia Povarché y Lita, su obra comienza a ser valorizada y está presente en muchos de los buenos museos del mundo. Unas 70 de sus obras se encuentran en Estados Unidos y otras tantas en Europa. Algunos, equivocadamente en mi opinión, lo han calificado como surrealista. Creo que ninguna categoría puede abarcar su misteriosa y personal obra. Fue gran amigo de Jorge Luis Borges, quien a través de escritos y conferencias, contribuyó en hacer conocer su obra.
Incluso en el Museo y Fundación hay muchos libros de Borges en la Biblioteca de más de 3500 volúmenes. Sus mejores ventas han sido en los remates de arte latinoamericano en Christies. En subastas se han vendido en los últimos 15 años unas 75 obras. Las más cotizadas son las de la década del 20, de entre u$s 50.000 y u$s 96.000 y que miden aproximadamente 15×25 cm. Pese a su gran estatura, sus obras son pequeñas y las realizaba en un pequeño lugar que el titulaba celda. No dejen de visitar este museo encantador de Xul Solar y conocer su original obra.
EL CRONISTA