16 Sep Hillary y Trump tuvieron que revelar sus historias clínicas para cuidar los votos
Por Paula Lugones
No fue un acto más. Todos estaban atentos a su aspecto, a su vigor o a alguna visible secuela. Es que Hillary Clinton reapareció este jueves por primera vez en un mitín público desde que el domingo tuvo que abandonar subrepticiamente la ceremonia del aniversario de los atentados del 11 de septiembre y se la vio prácticamente desvanecerse mientras subía a una camioneta. Tras reponerse por tres días de una neumonía “benigna”, según su último parte médico, la candidata apareció en buena forma y dijo que era “una maravilla estar de vuelta en campaña” y que, “a dos meses de las elecciones, el último lugar donde quería estar era en casa”.
Su rival, Donald Trump, buscó neutralizar las noticias del esperado regreso y también copar la escena con su propia salud: fiel a su estilo de showman, apareció en un programa médico de televisión y dijo sentirse como “de 30 años”.
En un acto en Greensboro, Carolina del Norte, Hillary, de 68 años, subió al escenario mientras por los parlantes sonaba la oportuna canción “I feel good” (me siento bien) de James Brown y sus simpatizantes la vivaban. Bajo su habitual capa de maquillaje, la candidata apareció vivaz, sin efectos visibles de su neumonía. Poco antes había saludado personalmente al grupo de periodistas que la acompañaban en el avión. En su discurso, Hillary recalcó que la gente la acusa “de muchas cosas, pero nunca de abandonar”. De hecho, lo que más polémica había causado fue la falta de transparencia sobre el episodio del domingo y que había ocultado por dos días que sufría una neumonía, una enfermedad que se trata con antibióticos pero puede ser muy grave si el paciente no descansa lo suficiente.
En un discurso de 20 minutos, poco antes de partir para otro acto a la noche en Washington, Hillary aprovechó para criticar a Trump y lo calificó de un “elemento peligroso”. “Lo confieso, nunca seré el showman que es mi oponente y eso está bien. Pero yo voy a cumplir con ustedes y sus familias”. Se refería veladamente a la aparición del magnate en el reality televisivo del médico “Dr Oz”, donde aseguró que goza de buena salud y que un candidato presidencial tiene la obligación de estar sano.
“Me siento tan bien como cuando tenía 30 años”, señaló Trump, que acaba de cumplir 70, y dijo que la campaña electoral, que le demanda muchas apariciones en el escenario y viajes, lo mantiene en forma. Se ufanó de que la última vez que había estado en un hospital fue a los 11 años, cuando lo operaron de apendicitis. “Mis exámenes médicos muestran que mi estado de salud es muy bueno; la edad no importa, es sólo un número”, aseguró.
También el médico de cabecera de Trump, Harold Bronstein, dio a conocer ayer el historial clínico del candidato y certificó que su paciente tiene una “magnífica condición física”. No fuma, no bebe alcohol, tiene un nivel de colesterol ligeramente por encima de lo recomendable (por eso toma medicamentos para reducirlo) y con un peso de 107 kilogramos está un poco obeso para un hombre que mide 1,90 metros, señala el parte que el médico que envió a la prensa.
Sin embargo, en términos generales, Trump goza de plena salud, subrayó. La carta refleja sólo una parte del historial clínico y no menciona eventuales problemas de salud en el pasado. Bronstein ya había asegurado, en una controvertida carta anterior, que Trump era “el candidato más sano que jamás vaya a ser elegido presidente”. Más tarde, el médico confesó que había escrito la misiva en sólo cinco minutos mientras hombres de confianza del candidato republicano esperaban frente a la puerta de su consultorio.
La campaña estuvo estos días enfocada primordialmente en la salud de los candidatos. Fue una semana dramática para Hillary por la opacidad en sus explicaciones sobre su salud –que alimenta las acusaciones de que es una “mentirosa” y que “oculta todo”, los latiguillos preferidos de Trump– y por haber estado ausente a menos de ocho semanas de los comicios. Además, poco antes de su neumonía, ella había cometido el grosero error de calificar de “deplorables” a la mitad de los votantes de Trump. Luego se retractó, pero el daño ya estaba hecho. Las encuestas otorgan ahora un empate técnico a nivel de voto popular, aunque ella sigue adelante en estados clave como Virginia, Florida y Ohio, que son los que pueden definir la elección presidencial de noviembre próximo.
CLARIN